Veinte años solares han pasado desde el acuerdo de paz que unió a los seis reinos formando la Alianza de Coronas. Terrasol y Rocallosa ahora son los reinados más prósperos de todos gracias al fuerte matrimonio que une a sus reyes.
Con los años, la i...
Pensé que no podría tener capítulo para este semana pero se logró.
Este capítulo contiene mucha información importante de acontecimientos que pasaron en rey Cordero. Si están interesadas en saber se tratan de los siguientes capítulos de Rey Cordero: Capítulo 13, 51 y 59.
Muchas dudas serán aclaradas con este capítulo, seguirán habiendo cosas que se explicarán más adelante con otros personajes.
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Capítulo 11
Todo era un desastre y era su culpa. El plan inicial de venganza estaba estancado con tantos imprevistos en el camino del príncipe Thomas Jr. impidiéndole avanzar hacia Meria. La compra del retrato de su amor platónico y el esclavo le trajeron consecuencias de las que se arrepentía demasiado.
Luna le contó con detalle todo lo sucedido durante el asalto, pero el Taurino nunca reveló la razón por la cual no estuvo en el campamento cuando los Saigas aparecieron por vergüenza.
Limpiar la zona de los hechos les llevó tiempo, para cuando salió el sol lograron evitar que el fuego siguiera propagándose al talar los árboles dejándolos en zonas rocosas.
Luna cumplió su palabra de comerse a los bandidos al transformarse en un dragón común, uno a uno los tragó desapareciendo la evidencia. Pasó su hocico cerca del difunto Carnero oliéndolo para después soltar un chillido lastimero, se echó junto a él derramando lágrimas espesas que mojaron las escamas de su cara.
No muy lejos Thomas Jr. se hallaba apoyado de espalda a un árbol, sus brazos cruzados le servían para consolarse de alguna forma, todo el caos que sucedió antes de amanecer lo dejó inquieto, debían de irse pronto.
Seguiría echándose la culpa de todo, si no fuera tan débil de mente y no se dejara afectar por los traumas de su pasado no hubiese escapado asustado como un chiquillo. No sabía cómo controlar los ataques de pánico, y eso podría ser un obstáculo grande en su venganza más que cualquier otra cosa, debía tener una mente clara y llevar a cabo sus planes sin titubeos.
Resopló enderezándose, se limpió las manos sucias sacudiéndolas al frente notando que el anillo de dominio en su dedo anular se había tornado completamente negro, tal vez en señal de la muerte de su esclavo. Lo tocó con la yema de sus dedos y lo jaló con intenciones de quitarlo, ya no le serviría de todos modos, pero después de unos segundos de pensarlo volvió a dejarlo en su sitio sin querer cuestionarse el por qué quiso conservarlo.
—Es hora de irnos, Luna. Cómetelo de una vez.
Luna levantó su gran cabeza, su amo empezó a recoger sus pertenencias para continuar el viaje. Los ojos lila regresaron a ver el cuerpo inerte de Marell, no podría comerlo, no se comería a un amigo, suficiente había sido con comerse a Crujiente antes.