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Robby no sabía porque aquel anciano le parecía tan divertido, pero hacía caras graciosas y su peinado era chistoso.
-Oiga señor, ¿puedo ir a jugar con su abuelito?- Preguntó el niño con su inocencia, saliendo de las espaldas de Johnny y hablándole al mismísimo Daniel LaRusso.
-¿Q-Que...? Oh, no... él es mi... él no...- Daniel fue sacado de sus pensamientos por las palabras del infante, desviando por fin la vista de Johnny Lawrence. -Uhh...-
-Daniel-San, el niño te preguntó algo. Tú no ser grosero y responde.- Habló el viejo en su acento japonés y su calma habitual, aunque le tuvo que dar un codazo a su alumno para que reaccionara y saliera de Danielandia.
LaRusso solo pudo balbucear una afirmación, dejando jugar al niño con el señor Miyagi en la parte exterior del edificio funerario. Ambos adultos, que aún mantenían esa tensión entre ellos, los siguieron con calma, viendo como Robby le enseñaba una planta del suelo al anciano como si fuera lo más interesante del mundo.
-¿Es tuyo...?- Logró conjugar el hombre "patada ilegal" a Johnny, haciendo un gesto con la cabeza para señalar al niño.
-Si, es mío, LaRusso.- Contestó el rubio de forma cortante, cruzando sus brazos mientras se apoyaba en la pared buscando desesperadamente algo de comodidad que no lograba conseguir con Daniel al lado. -Al diablo, ¿que carajo haces aquí?-
El pelinegro imitó la postura de Johnny al apoyarse en la pared, metiendo sus manos a los bolsillos mientras veía a todos lados, excepto al rubio. -Bobby me llamó... por el asunto de Kreese y... Eh... Él y yo habíamos mantenido contacto, así que cuando me llamo para contarme...-
-Espera, ¿contacto? ¿Robert Brown? ¿Esa monja traidora y tú han estado chismoseando? ¿D- Desde cuando?- Lawrence estaba boquiabierto y bastante incrédulo. ¿Uno de sus mejores amigos, no, su mejor amigo había estado manteniendo contacto con el idiota al que le rompieron la pierna hace 25 años? ¡Esa monja lo iba a oír!
Daniel no sabía si contestar, o siquiera decir algo. ¿Abrió la boca de más? Ya no era un adolescente débil y acosado, no debería tener ese sentimiento de pequeñez.
Además, ambos hombres ya deberían haber superado su etapa de rivalidad pero... Nada parecía inconcluso aún. Y ciertamente la presencia del otro era todavía... tormentosa. Los dos idiotas hubieran seguido en su burbuja de incomodidad si no hubiesen escuchado las risas de tres niños y un anciano, divirtiéndose con un saltamontes. Los hijos de LaRusso convivían con el pequeño clon de Johnny, mientras que el señor Miyagi les seguía el juego animadamente.
-¿Tienes dos engendritos?- Soltó Johnny sin pensarlo mucho, viendo como su propio hijo hacía amigos fácilmente con las crías de el medio-italiano.
-Oye, tienen nombre...- Respondió el pelinegro con un ligero manotazo al hombro de Lawrence. ¿Por qué eso había salido tan natural? -La niña es Samantha... y el niño es Anthony.-
-El mio se llama Robby...-
De nuevo, el silencio agobiador. O habría sido agobiante si no hubiera risas de niños en el fondo. Incluso Johnny casi se había olvidado de que estaban afuera del velorio de John Kreese.
-Hiciste tu vida, ¿eh?-
Las palabras en un tono más suave del Lawrence hicieron que Daniel se desequilibrara un poco antes de responder. -Si... la vida ha sido... buena... casi siempre. El señor Miyagi ayuda mucho... no se que haría sin él...- Daniel responde, también en un tono más tranquilo.
Y ante aquellas palabras, Johnny no pudo sentir nada más que envidia. Envidia de Daniel por tener un amigo y un apoyo al cual recurrir. Alguien quien le daba una mano y nunca lo dejaba solo. Aquello hizo que el rubio apretara los labios con amargura, ya que el único mentor y figura paterna que había tenido fue un idiota, y por la mañana lo enterrarían.
"¡Basta de autocompasión, Lawrence!" Se dijo a sí mismo, mordiendo sus mejillas por dentro y tragándose el orgullo.
Su charla motivacional interna fue interrumpida (de nuevo) por el llanto de un niño pequeño. No era su hijo, si no el de LaRusso, el menor, quien se había hecho un raspón en su pierna con un arbusto espinoso. Anthony estaba siendo consolado por dos menores y un viejito japonés, hasta que Johnny se acercó corriendo casi por instinto, sacando un curita de quien-sabe-donde y calmando el llanto del niño más chiquito.
No hacía falta decir que Daniel estaba hecho piedra observando la escena. ¿Desde cuando su bully de la escuela era tan... tan...? Carajo, ¡tan dulce! A su hijo le estaban limpiando las lágrimas de sus cachetitos Johnny Lawrence, ¡y se veía genial haciéndolo!
-Hey... ¿desde cuando eres tan paternal?- Preguntó un aturdido Daniel mientras cargaba a su hijo menor y este se hacía bolita en su pecho.
-Uhh... desde que tengo un hijo, bruto.- Dió Johnny en respuesta, con un tono sarcástico, pero su sonrisa era una extrañamente más amable de lo que su voz daba a entender.
Ahí, con esa frase, Daniel cayó en cuenta de que Johnny era el responsable de su hijo día y noche. Inconsciente miró las manos del rubio, y no encontró anillo. En realidad, cargaba una mochila que no había notado antes, de ahí había sacado la curita azul que le puso a Anthony.
Johnny Lawrence. Padre soltero.
Algo de eso hizo que se le removiera el estómago al pelinegro. Fue extraño, incómodo y con un intimidante sentimiento de deja-vu.
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¡En realidad no planeaba que se encontraran tan pronto ahhhhhh! Me encuentro extrañamente inspirado, no se, es raro y solo estoy aprovechando que mi cerebro está funcionando antes de que vuelva a invernar
Chau chau ฅ^•ﻌ•^ฅ
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Cobra Dad - Lawrusso/Kiaz Fanfic
FanfictionUn AU donde, en vez de que Robby se criara con su madre, Johnny tomara toda la responsabilidad. Siendo papá soltero, con el reto de educar a un pequeño él solo. Tomando a Sid y John Kreese como todo lo que NO debía hacer. ¿Que tan bien, o mal, le p...