En el vacio de su amor ©+21

|6|

***†***¡¡Andrew!!***†***

Pov Mary:

Porque cuando una dice la famosa frase: "¿Qué puede salir mal?" todo sale mal. A ver, les cuento todo lo que pasó.

*****†*****Flashback*****†*****

Tomo los dos tragos de una sola vez; ya llevo cinco tragos y me empiezo a sentir mareada. Ainara me agarra de la mano y me dirige a la pista de baile, a lo que yo le pongo mala cara, porque ella sabe que no sé bailar.

—Vamos, Mary, mueve ese sexy cuerpo que tienes —dice en mi oído para que pueda escucharla.

Siento que los tragos hacen su magia porque siento una valentía que, si estuviera sobria, no haría tal cosa.

Empieza a sonar "Criminal" de Natti Natasha y Ozuna. Muevo mi cuerpo al ritmo de la música y no sé si lo estoy haciendo bien o mal, y no me importa tampoco.

De repente, siento una sensación extraña, como cuando te miran fijamente. Busco por todos lados y me topo con unos ojos bicolor y otros grises.

No sé si es el alcohol o locuras mías, pero me siento más valiente que nunca y un poco acalorada por esas miradas puestas en mí.

Empiezo a mover las caderas lentamente y a pasar mis manos por todo mi cuerpo, sin despegar la mirada de ellos dos. Llego a mis senos y los aprieto un poco.

Cuando voy a continuar, veo cómo el mayor agarra a una rubia de la cadera y la besa apasionadamente sin dejar de mirarme.

Yo me detengo, decepcionada de todo lo que hice, y regañándome mentalmente por estúpida.

Claro, ¿a quién le iba a gustar un baile de una persona tan voluptuosa como yo? Con esos pensamientos, me dirijo a la barra y pido cuatro tragos, los cuales, en menos de un minuto, me tomo y todo empieza a dar un poco de vueltas.

Me dirijo al baño porque tengo muchas ganas de hacer pipí.

Entro y voy a hacer mis necesidades. Cuando me estoy lavando las manos, alguien entra y, cuando alzo mi rostro, me quedo petrificada viendo quién ha entrado.

—Este es el baño de damas —digo nerviosa.

—Lo sé —responde con arrogancia y le pone pestillo a la puerta.

Empieza a acercarse más a mí y yo retrocedo hasta que choco con la pared.

Él se ríe y pone sus manos a cada lado de mi rostro en la pared.

Genial, ya no tengo cómo escapar.

Pienso y él acerca más su rostro al mío; es cuando siento su aliento chocar con el mío, huele a vodka y menta.

—Princesa —dice, acercándose a mi cuello, acción que me hace temblar y sentir una opresión en mi vientre bajo—. ¿Piensas que después de ese baile tan... —hace una pausa y aspira mi cuello—... tan exquisito? —Muerde mi cuello levemente y yo me sobresalto—. ¿Puedes escapar sin ningún castigo? —Ahora siento cómo lame mi cuello y empieza a subir hasta que está a centímetros de mi boca.

Yo lo miro fijamente y pasa; tengo sus labios en los míos, no me muevo por unos minutos de la sorpresa.

Cierro mis ojos y me dejo llevar. No es mi primer beso, pero sí el mejor. Sus labios son como me los imaginé tantas veces: suaves y se acoplan tan bien a los míos. Siento una de sus manos en mi cadera, pegándome más a su cuerpo, y es cuando siento su gran erección chocar con mi vientre, y me sonrojo.

—¿Ves lo que haces con tan solo un beso tuyo? —dice con voz ronca por la excitación que tiene en estos momentos.

—Lo siento —susurro, avergonzada por lo que hice.

Sube mi rostro con sus dedos en mi mentón.

—No, princesa, no te avergüences, que no has hecho nada malo. —No digo nada, solo me pierdo en sus hermosos ojos bicolor. Él vuelve a acercarse lentamente y me besa esta vez con más intensidad que la anterior.

Me pega al lavamanos y me sube a él sin ningún esfuerzo. Desciende por mi cuello y empieza a chupar. Jadeo sin poder controlarlo.

—Eso, princesa, gime para mí —me besa—, que todos sepan quién es el dueño de tus gemidos —susurra en mi oído y me da un leve mordisco.

Esto es nuevo para mí; estas sensaciones y este deseo que siento me matan lentamente con sus besos. Cuando siento su mano adentrarse en mi pantalón, lo detengo, agitada.

Él me mira interrogante, esperando una aclaración de mi parte.

—Es que... yo... —hago una pausa y miro hacia otro lado, tomando la valentía para decirle—: s-soy vi-vi-virgen —me sonrojo por mi declaración.

Lo miro, esperando su rechazo, y me sorprende cuando se me acerca y me besa.

—No tienes por qué avergonzarte de ser virgen, princesa; eso es algo que admiro de ti. Gracias por decirme. Así no voy a cometer un error y voy a cuidarte más, pero no tenía pensado cogerte hoy y mucho menos en el baño de un club —me besa y no me deja pensar nada más—. ¿Puedo? —pregunta y yo asiento.

Mete sus manos dentro de mi pantalón y siento cómo toca mi parte sensible.

—Exquisitamente mojada para mí— susurra y me mojo más.

Mueve sus dedos en mi parte más sensible y siento una descarga eléctrica en todo mi cuerpo. Gimo cada vez más fuerte; siento cómo mete un dedo. Es extraña la sensación, pero no me molesta. Luego mete otro dedo y empieza a embestirme con sus dedos.

—Andrew —gimo.

—Eso es, princesa. Gime el nombre del hombre que te va a dar tu primer orgasmo —me tenso y siento cómo se va formando un nudo en mi vientre.

—Voy a... Voy a... —no puedo decir ni siquiera una palabra completa.

—Vamos, princesa, córrete en mi mano. Dame tu esencia— y eso basta para correrme intensamente en su mano. Veo cómo saca su mano de mi pantalón y se lleva los dedos a la boca —exquisita, eres tan sabrosa, princesa— dice, dándome un beso, haciendo que yo misma me pruebe.

Me ayuda a bajar del lavamanos y es cuando caigo en cuenta de todo lo que ocurrió. Salgo corriendo del baño, tomo un taxi y me voy a mi casa...

****†****Fin del Flashback****†****

Estoy con un dolor de cabeza horrible y con todos los recuerdos de la noche anterior. Cuanto más lo pienso, más dolor de cabeza me da.

No vuelvo a tomar más.

Y con esos pensamientos, me acuesto para dormir otra vez. Ya mañana me preocuparé por lo que hice la noche anterior y, sin más, dejo que la oscuridad me lleve con ella.

*****†*****

¡Aaaaaaaaah, qué emoción! Se dejó tocar por nuestro Andrew.

¿Será que después de eso sucede algo más?

¿Qué pensará Joseph de todo esto?

No se te olvide votar y dejar tu comentario.