not worthy

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Jade's pov

Sentí los rayos del sol chocar contra mis parpados, la luz hizo que frunciera el ceño y cubriera mi rostro con las sábanas; mi cabeza dolía como si estuviera a punto de explotar, podría jurar que sentía que alguien martillaba dentro de ella.

—Apaguen el sol... — Me quejé con un gruñido, al notar que mi petición era imposible, suspiré y abrí mis ojos lentamente, quitando la sabana de mi rostro. — Dios... Mi cabeza... — Gruñí levemente, podía escuchar que mi voz se encontraba levemente ronca.

Ajusté mi vista a la luz de la habitación, pude notar algunas cosas fuera de lugar, como algunas almohadas tiradas en el piso, la lampara de mi mesita de noche rota y sin mencionar el hecho de que solo llevaba puesto el mismo pantalón de ayer y ninguna camisa.

—¿Qué mierda pasó anoche? — Murmuré y sentí un ardor en mi garganta. Creo que tengo gripa.

Caminé hacia el closet y saqué una camisa holgada, usándola para cubrirme, al terminar de hacerlo, noté la hora.

9:45 AM

Lo poco que recordaba era que ese día era Domingo, no era necesario que fuese al trabajo, pero normalmente me gusta ir para terminar algunos papeleos extra. Esta ocasión lo dejé pasar, no tenía ni las ganas ni la voluntad para ir en esa ocasión. Mi cabeza era un desastre, muchos recuerdos revueltos y a la vez sin poder descifrar ninguno. Lo último que recuerdo es haber estado bebiendo con Cat en un bar de mala muerte, porque ella me lo pidió.

Después de algunos minutos tratando de recordar qué había pasado, y sin ningún éxito, bajé a la cocina, tal vez encontraría algo bueno de comer y relajarme.

Bajé las escaleras, y mientras más descendía, más escuchaba las risitas de quienes parecían ser Vega, Cat y Sarah; es extraño que Cat esté aquí tan temprano, a pesar de que ama estar de metiche en mi casa, siempre viene de visita a partir de las once de la mañana los fines de semana.

Decidí salir de mi habitación y caminar hacia la cocina, mi boca se sentía reseca y tenía demasiada hambre, más de la que alguna vez haya tenido; los murmullos y risitas se volvían más fuertes mientras más me acercaba a la cocina, una vez puse un pie en ella, todas las personas que estaban allí se me quedaron viendo, pude reconocer solo a algunas pocas, Vega se me quedó viendo como si hubiese visto un fantasma, apartando su mirada de mí y bebiendo de lo que sea que tenía en su taza, Cat por su parte me sonrió extrañamente, como si estuviera burlándose de mí en secreto, y Sarah, bueno, ella solo dejó ir una risita.

—Buenos días, solecito.— Cat me saludó burlonamente, tomando un mordisco de su desayuno.

—Hola...— Devolví el saludo desconfiadamente, lentamente entré a la cocina, entrecerrando mis ojos para verla detalladamente y notar si se estaba burlando de mí. Odio que se burlen de mí.— Sarah, me puedes dar el desayuno, ¿Por favor? Mi cabeza está a punto de explotar y mi estomago no deja de quejarse.

—Por supuesto.— Sarah asintió y se volteó para preparar mi desayuno.— Después de tu espectáculo de anoche, debes estar hambrienta.

—¿De qué hablas?— Alcé mi ceja, volteando a ver a Cat y Vega, buscando respuestas de cualquiera de ellas, Cat trataba de no reírse, lo notaba en la forma que trataba sin éxito de cubrir su boca para no hacerlo, mientras que Vega bajó aún más la mirada. ¿Estaba... Sonrojada? ¿Qué carajos hicieron mientras yo no estaba?

—De nada en especial, solo el hecho que ayer viniste sin siquiera poder caminar de tan borracha que estabas.— Sarah explicó mientras ponía mi plato en la mesa y yo tomaba asiento en la pequeña mesa donde estaban sentadas Cat y Vega, no tenía la energía para irme al comedor principal.

The BabysitterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora