Volver a Amar ♥ Yuta x Toge

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—¡Ya regresé, mis queridos compañeros! —anunció Panda desde la puerta de entrada, con su equipaje y una bolsa que contenía recuerdos de viaje para sus roomies— ¡Me alegra que hayan sobrevivido a mi ausencia! ¿Cómo les fue?

Toge salió corriendo a abrazarlo, diciéndole que lo había echado de menos y Yuta le dio un par de palmadas en la espalda, afirmando que se hizo extrañar en la casa. Ambos lo ayudaron con su maleta y bolsas, para sentarse en la barra de la cocina.

—¿Qué tal tu viaje de trabajo, Panda? Espero que no te hayan explotado —se rio Yuta, seguido por Toge, que le pareció graciosísima la pregunta.

—¡Todo bien! Aunque estaba preocupado, pensé que no llegaría a tiempo para celebrar mi cumpleaños con ustedes. No quería pasarla por allá, qué aburrido.

Panda le dio a cada uno una caja con chocolates rellenos de diferentes sabores, otra caja con galletas multisabor, adornos religiosos tipo talismán y un par de llaveros.

—¿Cuándo es tu cumple, amigo? —preguntó Yuta mientras masticaba una galleta de limón. Le causó mucha curiosidad porque el siete de marzo estaba a la vuelta de la esquina y esa era su fecha de cumpleaños, ¿Panda cumpliría antes o después que él?

—¡El cinco de marzo! ¡Soy piscis! —dijo Panda orgullosamente, pavoneándose de que el signo piscis era el mejor y que además era de agua— ¡Por eso me llevo bien con mi querido Toge! Él es escorpio y ambos compartimos elemento además de que somos muy compatibles, ¿verdad, Toge?

El chico rubio afirmó abrazando a Panda como los buenos camaradas que eran.

—Bueno, me parece que todos nos llevaremos muy bien porque yo también soy piscis —dijo Yuta con una risita nerviosa—, aunque no creo mucho en eso, la verdad.

—¡No digas eso, Yuta! Toge es muy fan del horóscopo y todo eso —bueno, ahora Okkosu quería que se abriera un hoyo y se lo tragara la tierra por siempre, jamás habría querido incomodar a Toge con su comentario— ¿Cuándo cumples?

—El siete.

Toge y Panda chillaron de la emoción, planeando acaloradamente una grandiosa fiesta para el día seis, fecha intermedia donde los dos cumpleañeros podrían celebrar su gran día. Uno decía que el apartamento era lo suficientemente amplio para meter mucha gente, el otro sacaba cuentas de cuanto alcohol iban a comprar, cuantos snacks, si alcanzaría el presupuesto para hacer perros calientes. Ideas iban y venían, Panda hacía una lista rápida de las personas a las que invitaría, Toge ya hablaba de una torta de tres pisos, Panda aseguraba que sería una fiesta tipo Disneyland para los degenerados, todo esto sin prestarle el mínimo de atención a Yuta que se quedó como petrificado en la silla.

—M-muchachos —se atrevió a hablar— ¿Y-y si salimos los tres a comer algo y ya?

"Nahhhh", corearon los otros dos, dándose la vuelta para seguir hablando de toda la planificación de la mega celebración de cumpleaños.

Yuta se sintió ansioso, desde que se fue su amada Rika no volvió a celebrar ninguno de sus cumpleaños. No podía, le era imposible. Desde que cumplió diez años ella lo había acompañado, aunque era una niña sin padres y con un hogar lleno de carencias, ella siempre se las arreglaba para regalarle un trozo de torta de chocolate, o de tres leches con una fresa arriba, a veces de selva negra. Siempre con una sonrisa y palabras lindas para él, dándole después un besito en la mejilla o en la punta de la nariz. No sabía cómo lo hacía, seguro le sacaba a su abuela dinero de la billetera, porque Rika era así, arriesgada, valiente y medio tostada, pero en su cumpleaños siempre le regalaba algo y le recordaba lo mucho que lo amaba.