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No se podía medir ni comparar con nada la felicidad que sentía Yuta cada mañana al despertar y saber que Toge estaba durmiendo bajo el mismo techo que él (aunque fuera en otra habitación), que por fin había regresado de su viaje en el extranjero y que le trajo tantas golosinas y recuerditos que aún ocupaban buena parte de su escritorio.

Okkotsu trataba de disimularlo, pero los ojos del amor son más traicioneros que Judas ante treinta monedas de plata. Así que, cuando estaban juntos los tres amigos, o salían por ahí a socializar con amistades de Panda, Yuta trataba de ver siempre a otras personas o algún punto nulo de la habitación o de donde sea que estuvieran, porque si veía a Toge casi cualquiera podía darse cuenta lo que gritaban sus ojos.

No era estúpido. Yuta Okkotsu sabía que estaba sintiendo algo, pero ya había decidido que no haría absolutamente nada al respecto. Era un pequeño –muy leve– enamoramiento platónico porque Toge era un muchacho increíble. Es más, puede que esté confundiendo admiración con enamoramiento.

Sí, eso era lo más probable. Estaba mezclando cosas.

Pero lo peor de la situación no era su "confusión extrema" sino que, cada que alguien sacaba a relucir en una conversación el tema de Toge en Suecia para felicitarlo, preguntarle algo o simplemente chismosear, el delator de Panda era el primero en abrir su bocota para soltar algún comentario que Yuta NO PEDÍA.

"Toge, la próxima vez que viajes vas a tener que llevarte a Yuta porque parecía un muerto en vida sin ti".

"Lo hubieses visto comparando los husos horarios para saber a qué hora llamarte".

"Ni un zombi podía tener tan mal cara como la de Yuta mientras estuviste fuera".

A Panda ni siquiera le importaba si estaban otras personas con ellos para decir esas cosas tan vergonzosas, parecía que su deporte favorito era molestar a Yuta. Incluso, una noche que los tres amigos salieron a compartir unas cervezas con los usurpadores de cama (aquellos que se acostaron a dormir entre las sabanas de Yuta el día del cumpleaños de Panda), el gordito amiguero abrió de nuevo su bocota para preguntarles si no les parecía sospechoso que dos amigos se extrañaran de manera exagerada.

—Es que el amigo de un amigo —dijo Panda mirando de frente a Yuta— estaba muriendo en vida porque otro amigo se había ido de viaje —recalcó, mirando esta vez a Toge, que se metió dos tragos largos de cerveza para fingir que no era con él— y como no sabía cuándo iba a regresar se la pasaba lloroso mirando el calendario, ¿qué opinan ustedes?

—¡¡AY!! —gritó emocionado el chico de cabello rosado, completamente ajeno a que hablaban de los otros dos hombres allí presentes y sentándose en las piernas de su novio, para atraerlo con un abrazo posesivo— Cuando éramos solo amigos Gumi también me extrañaba mucho cuando teníamos vacaciones y yo regresaba a mi ciudad, ¿verdad mi amor? —el otro chico solo asintió con un gruñido, tratando de cubrirse la cara de la vergüenza— Y cada vez que regresaba mi lindo Gumi me preparaba mis comidas favoritas ¡y no se molestaba cuando quería ver películas de cine independiente!

—Uff, qué tortura —se rio Panda con ganas.

—¡Así que seguro el amigo de tu amigo quiere mucho al otro chico! —continuó diciendo, abrazando a su novio con tanta fuerza que parecía que lo quería exprimir— ¡Así como Gumi me quería a mí!

—¿¡Puedes dejar de llamarme así delante de la gente!?

—¡¡NO!!

Todos se rieron, Panda a carcajadas, Yuta y Toge incómodos y Yuuji con muchas ganas mientras le daba besitos a su novio por toda la cara. Cuando se calmaron un poco, Panda volvió a hablar:

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⏰ Última actualización: 7 days ago ⏰

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Volver a Amar ♥ Yuta x TogeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora