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Contraria a toda la parranda y descontrol de la fiesta del cumpleaños de Panda, la celebración de Yuta en su día fue ir a comer con sus dos amigos a un sitio nuevo que ofrecían mucha comida chatarra, bebidas excesivamente dulces y algunos tragos.

Aunque Okkotsu no estaba acostumbrado a celebrar nada cuando cumplía años, esa noche se sintió feliz de comer algo rico con sus compañeros de piso, Panda y Toge, sus salvavidas de colores en la inmensidad del océano gris que navegaba.

—¡Gracias chicos! Pero yo puedo pagar mi comida.

—¡De eso ni hablar! —rugió Panda, pagando la hamburguesa del cumpleañero, mientras Toge hacía lo mismo, sacando el dinero de su cena más lo que correspondía al batido de oreo y leche que pidieron para Yuta— ¡Hoy te invitamos a ti!

Avergonzado al punto de que sus mejillas estaban como dos manzanas, pero agradecido por el gesto, Yuta comenzó a comer mientras conversaba con los chicos de cualquier cosa.

De verdad se esforzaba por hablar de temas normales, pero Panda estaba enfrascado en hablar de Maki y en lo mucho que podrían congeniar.

—¡Pero solo como amigos, Okkotsu! Date una oportunidad —le decía Panda en tono sospechoso, para luego dirigirse a Toge— ¿La viste? Maki Zenin una de pelo verde y grande pechonalidad ja, ja, ja.

Toge negó con la cabeza, fingiendo demencia y metiéndose como diez papitas fritas a la boca para no hablar.

La cosa se estaba tornando incómoda, puesto que el único que quería hablar de ligues y chicas hermosas era Panda. Toge estaba como mudo y Yuta miraba para todos lados menos a su amigo. Parecía que todo se perdía, que Yuta tendría que responder de forma grosera o tajante para que lo dejaran en paz hasta que vio a una persona que lo sacó de aquel momento tan tétrico.

—¡¿Nobara?!

Una muchacha de baja estatura, preciosa, delgada y de un muy buen estilo para vestir, volteó al escuchar su nombre.

Ella no tuvo que responder, cuando vio a la persona que la llamó sus ojos se iluminaron de tal manera que ningún bombillo del restaurante le podía hacer competencia. Abrió los brazos y corrió a abrazar a Yuta, que se levantó de su asiento como una flecha para corresponderle el gesto.

—¡Yuta! ¿Cómo estás, amigo? —le dijo al borde de las lágrimas— Pensé que no te volvería a ver...

—Estoy bien —le dijo él con una sonrisa cálida—, ¿tú como estas? Te queda muy bien el cabello teñido, aunque casi no te reconocí.

Los amigos intercambiaron un par de frases más, hasta que Yuta se acordó que estaba allí con otras personas, presentando a los chicos con su amiga.

Las reacciones del otro lado de la mesa eran de película: Panda sonreía de oreja a oreja, pensando que su amigo podría superar la tristeza eterna de su luto junto a una chica tan linda y femenina como esta, que se vestía a la moda y parecía quererlo mucho. Toge pensaba exactamente lo mismo, pero en vez de sonreír estaba con el rostro más inexpresivo que nunca, mirando de arriba abajo a la muchacha, con el corazón partido en dos porque a Yuta le gustaban las chicas lindas y bien acomodadas. Jamás lo había visto con los ojos tan brillantes...

—Siéntate con nosotros, Nobara —la invitó Yuta— ¡Hoy es mi cumple!

La chica chilló de emoción, abrazándolo un poco y robándole tres papitas fritas. No se sabe de qué cosa estaban hablando cuando de repente Toge soltó una bomba sobre la mesa:

—Deberíamos irnos, Panda. Yuta puede tener una buena cita esta noche.

Yuta casi se desmaya de la impresión y Nobara se ahogó con el refresco que le robaba ahora a su amigo el cumpleañero.

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⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

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Volver a Amar ♥ Yuta x TogeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora