El Último Año

Extra: El Fin Es Nuestro Inicio.

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La adrenalina de la última vuelta, mientras permanecía manejando por el circuito que ya conocía con anterioridad, su mente de repente proyectó imágenes como si de una película se tratase de los cuatro años que estaban por llegar a su fin apenas cruzara la línea de meta.

Línea de meta a la cual llegaría siendo el segundo lugar, porque el primero lo había conseguido Carlos, la parte competitiva de él se sentía molesta pues eran más puntos por haber concluido en primero que en segundo, pero su lado enamorado lo estaba haciendo gritar internamente de felicidad.

Bandera a cuadros, el final de la carrera, el final de la temporada, y ellos lograron otro doblete, se alineó con el auto número 55 para recorrer juntos un tramo de la pista, sonrió lo más amplio que pudo al escuchar la emoción en la voz de Carlos al agradecer al equipo, a los fanáticos, a su familia y amigos, lágrimas traicioneras salieron de sus ojos ante la despedida que el español estaba pronunciando en italiano.

"Grazie ragazzi, grazie Charles, grazie per questi quattro anni e grazie per essere insieme a me, grazie mille, mi amor".

Ahora su cara era un desastre de lágrimas y sudor, cuando pudo contener su llanto encendió el micrófono para contestarle a su pareja y agradecer al equipo, todo entre algunos hipeos y sollozos que delataron su estado.

Estacionó frente al número que le correspondía en el podio y apresuradamente salió del monoplaza, sin siquiera haberse quitado el casco corrió hacia la figura que ya tenía sus manos abiertas hacia él, al arrojarse al español el impacto los hizo desestabilizarse un poco, pero Carlos no tardó en volver a poner los pies firmes para evitar una caída de ambos, y entonces se permitieron fundirse en los brazos del otro demostrando en el contacto todo lo que tenían por expresarse.

—Vamos, debemos celebrar con los mecánicos.

Una vez se separaron y se quitaron los cascos pudieron ver las sonrisas del contrario, asintió a las palabras de su novio y mientras ambos corrían hacia los uniformados en rojo, él aprovechó para limpiar un poco su cara.

La oscuridad de la noche era iluminada por las luces y fuegos artificiales en festejo de la victoria del equipo del caballo rampante, primero se escuchó la melodía del himno español, volteó para encontrarse a un muy sonriente Carlos, luego miró hacia abajo allí una marea rojiza coreaba las letras del himno italiano.

Tomó la champaña y fue rápidamente a empapar a Carlos, al igual que el mecánico que subió con ellos, al igual que Checo estaba haciendo ya que este concluyó la carrera en tercer lugar, rio divertido al ver como el madrileño intentaba que el chorro que salía de su botella le cayera a alguien, fallando pero siendo libre de esa lluvia de champaña cuando se terminó la espuma.

—Vas a necesitar un buen baño después de esto —comentó Checo acercándose a chocar su botella con ellos.

—Vaya que sí, pero ya sé quién me hará compañía. —Con una sonrisa coqueta Carlos lo volteó a ver, haciendo que al de Mónaco se le encendieron las mejillas del mismo color del traje que usaba.

—Tendrán mucha diversión entonces —se burló el mexicano.

Los tres se acomodaron para la foto, Carlos lo sostuvo de la cintura acercándolo a su cuerpo más de lo que usualmente ocurría, sonrió ampliamente, Carlos había conseguido llevarse la última carrera, su última en Ferrari, su última juntos.

—Creo que esta victoria se merece un beso —le susurró sin soltarlo de la cintura.

Charles giró hacia la multitud que observaba curiosa como ambos pilotos de Ferrari no se habían bajado del podio, luego regresó su atención al rostro del moreno, se detuvo un momento en sus ojos brillantes, descendió a sus labios, esos que a inicios de año no pensó podría probar nunca.