FINAL

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Un mes había pasado desde que Zayn había probado por primera vez las drogas, y al conocer el efecto que tenía, aunque fuera momentáneo, había funcionado para él. Así que ahora él mismo conseguía dichas pastillas que no eran tan difíciles de comprar, y luego de sus presentaciones llegaba el bajón de adrenalina, las tomaba para evitar convertirse en un mar de llanto pensando en Liam y en cuánto desearía odiarlo, pero su corazón decidía que era mejor amarlo con tal intensidad que muchas veces se hacía insoportable.

Pero hacer esto a escondidas muchas veces era imposible, y mucho más por las distintas personas que siempre estaban vigilando que él no hiciera ninguna estupidez por culpa del dolor, fracasando en el intento, claramente, porque no había nada más estúpido que envenenarte a ti mismo poco a poco con sustancias dañinas.

Así que, en una noche, había olvidado completamente que tenía que asistir a una cena por el cumpleaños de Harry, así que luego de media botella de whiskey y una pastilla de éxtasis después, tenía a Niall, a Harry y a su baterista tocando la puerta.

- ¡Mis mejores amigos!

- Lo voy a matar – Dice Niall mientras abre la puerta para ingresar a la casa de Zayn.

- ¡Es tu cumpleaños! – Se acerca a Harry para abrazarlo como si de un oso de peluche se tratara – Feliz cumpleaños, Hazza.

- Lo olvidaste, acabas de recordarlo porque estamos aquí.

- No es verdad, sí lo recordaba.

- Que mentiroso eres.

- Hay que celebrarlo, vamos a beber.

- No quiero beber, gracias.

- Tengo algo que hará que dejes de parecer un maldito zombie, Harry, es increíble, lo juro.

- Si me ofreces drogas, voy a lanzarte por la ventana.

- Pero si tú sabes de drogas, ¿No es así? ¿O ya superaste a tu ex n...?

- Cierra la maldita boca, imbécil – Dice Niall tirando del brazo de Zayn para hacer que se siente en uno de los sillones – Tú te vas a quedar ahí, Harry y Farid van a ayudarme a buscar las drogas y el alcohol que tienes en esta casa para deshacernos de eso.

- ¿Perdona? No puedes hacer eso, no seas aguafiestas.

- Y yo voy a comprar un vuelo para Ámsterdam, vas a hablar con Liam quieras o no – Eso sí que parece tranquilizar a Zayn, al menos por un momento, ya que cuando ve que por el lavabo se están yendo los litros de whiskey y las pastillas que guardaba en los cajones de su ropa, es como si estuvieran tirando a su madre por dicho lugar.

- ¡Oye! – Le grita a Harry - ¡¿Qué mierda haces?! ¡Para! – Intenta levantarse del sillón, pero de un empujón Niall lo devuelve - ¡Por eso tu novio desapareció! ¡Porque eres un aburrido de mierda! – La bofetada que recibe definitivamente no la esperaba.

- No le hables de esa manera, Zayn, sabes perfectamente por lo que ha tenido que pasar, ¿Las drogas valen más que la amistad de Harry?

- No te preocupes, Niall – Dice Harry – Creo que yo también le dije cosas horribles bajo el efecto de las drogas y mi propia tristeza. No me lo tomo personal.

- ¡¿Por qué no me dejan en paz y ya está?!

- Te dejaremos en paz cuando superes la maldita depresión en la que estás hundido.

- No estoy deprimido.

- Eso dicen los deprimidos antes de llegar al fondo, y cuando llegas al fondo, o te quedas allí, o sales del hoyo.

- No quiero ir a Ámsterdam.

- ¿Vas a dejar las drogas y el alcohol? ¿Y de comportarte como un imbécil?

Resistir // Ziam MayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora