Retos y Bendiciones
(DoJaeJung Parte 7)Era un día perfecto para disfrutar en familia. El sol brillaba cálidamente en el cielo despejado, y el sonido de las risas llenaba el aire. La enorme casa de DoJaeJung estaba vibrante, pues no solo albergaba a sus hijos, sino también a los miembros de NCT, WayV y las nuevas subunidades. La piscina era el punto central de diversión, mientras que en un rincón del patio, Doyoung y Lucas estaban concentrados en una carne asada que prometía deleitar a todos.
Los cinco niños DoJaeJung estaban en el jardín, corriendo, riendo y jugando mientras Jaehyun y Jaemin los vigilaban de cerca. Ijun, el mayor con 8 años y una actitud protectora, lideraba el grupo como si fuera su pequeña tropa. Mi-Hi, que cumplía 8 años pronto, intentaba seguirle el ritmo, mientras que Dak-Ho, Young-Su y el pequeño Min-Jun se esforzaban por no quedarse atrás.
Los niños y sus travesuras
—¡Cuidado, Dak-Ho! —gritó Jaehyun desde una silla, viendo cómo su tercer hijo casi tropezaba mientras intentaba atrapar a Min-Jun.
—¡Estoy bien, papá! —respondió Dak-Ho con una sonrisa traviesa.
Jaemin, sentado junto a Jaehyun, observaba con una mezcla de diversión y preocupación.
—Tus hijos tienen demasiada energía. No sé cómo lo manejan tú y Doyoung.
Jaehyun rió, apoyando una mano en el hombro de Jaemin.
—Es un caos controlado… o al menos eso intentamos. Aunque admito que a veces parece más caos que control.
Mientras tanto, Min-Jun, de 4 años, corría con todas sus fuerzas, gritando de alegría mientras Ijun y Mi-Hi lo perseguían.
—¡No me atrapan, no me atrapan! —gritaba el más pequeño, riendo a carcajadas.
Ijun, siempre el líder, se detuvo un momento para dirigir a sus hermanos.
—Mi-Hi, ve por la derecha. Yo iré por la izquierda. Dak-Ho, bloquea el camino. ¡Young-Su, tú quédate atrás por si se escapa!
Mi-Hi frunció el ceño.
—¿Por qué siempre me das las órdenes difíciles, Ijun?
—Porque eres rápida, ¡ahora vamos!
Jaehyun y Jaemin no pudieron evitar reírse al escuchar la pequeña discusión.
—Definitivamente tienes un pequeño comandante en casa, Jaehyun —dijo Jaemin, sacudiendo la cabeza.
—Eso lo sacó de Doyoung, sin duda —respondió Jaehyun con una sonrisa orgullosa.
En la alberca
Mientras tanto, en la piscina, Jungwoo y Haechan se encontraban disfrutando del agua junto al resto de NCT, WayV y las nuevas subunidades. Jungwoo, que parecía rejuvenecer cada vez que estaba rodeado de sus amigos, nadaba con una energía contagiosa.
—¡Haechan! ¡Atrápame si puedes! —gritó Jungwoo antes de lanzarse al agua en un clavado perfecto.
Haechan bufó, acomodándose las gafas de natación.
—¿Es en serio, Jungwoo? ¿Un reto? Sabes que no puedes ganar contra el sol brillante de NCT.
Jungwoo emergió del agua, riendo.
—¡Ya veremos!
Mientras tanto, Taeyong, Kun y Winwin observaban desde el borde de la piscina, riéndose de las payasadas de sus compañeros.
—Jungwoo parece más joven cada vez que lo veo —comentó Kun.
Winwin asintió, cruzando los brazos.
—Eso debe ser porque tiene a dos hombres como Jaehyun y Doyoung cuidándolo. Aunque, con lo que cuentan sus hijos, también se gana sus momentos de descanso.
La parrilla con Doyoung y Lucas
En el rincón del jardín, Doyoung y Lucas estaban encargados de la parrilla. Lucas, siempre enérgico, sostenía unas pinzas y volteaba los cortes de carne con entusiasmo.
—¿Crees que hicimos suficiente comida? —preguntó Lucas, mirando la montaña de carne que tenían.
Doyoung lo miró con incredulidad.
—Lucas, tenemos a todos los niños, a NCT, WayV y las nuevas subunidades aquí. Más vale que sea suficiente.
Lucas rió, volteando un trozo de carne.
—Tienes razón. Pero, Doyoung, ¿cómo haces para equilibrarlo todo? Entre tus hijos, Jaehyun y Jungwoo, parece que nunca tienes un momento libre.
Doyoung suspiró, pero su sonrisa lo delató.
—Es difícil, no lo voy a negar. Pero ellos son mi vida. Cada risa, cada travesura… todo vale la pena.
Lucas asintió, observando cómo Doyoung añadía condimentos a la carne con precisión.
—Creo que tienes el corazón más grande de todos nosotros.
Doyoung rió suavemente.
—Eso, o simplemente estoy acostumbrado al caos.
Una tarde perfecta
Cuando finalmente llegó la comida, todos se reunieron alrededor de una gran mesa en el jardín. Los niños estaban emocionados, especialmente Ijun y Mi-Hi, quienes ayudaban a servir los platos.
—¡Papá! —gritó Young-Su mientras se subía a la silla junto a Jaehyun—. ¿Puedo comer más carne?
Jaehyun rió, sirviéndole un poco más.
—Claro, pero no te llenes demasiado rápido.
Mientras todos comían y disfrutaban, Jungwoo, que estaba sentado entre Doyoung y Jaehyun, miró a su familia con una sonrisa de satisfacción.
—Esto… esto es todo lo que siempre quise.
Doyoung tomó su mano, apretándola suavemente.
—Y nosotros no podríamos estar más agradecidos de tenerte.
Jaehyun asintió, colocando una mano en el hombro de Jungwoo.
—Eres el corazón de esta familia, Jungwoo. Nada de esto sería posible sin ti.
Los niños, que escuchaban la conversación, levantaron sus vasos de jugo como si brindaran.
—¡Por papá Jungwoo! —gritó Ijun, seguido por Mi-Hi y los demás.
Las risas resonaron en el jardín mientras el sol comenzaba a ponerse, tiñendo el cielo de tonos naranjas y rosados.
Una promesa para el futuro
Al final del día, mientras los niños se quedaban dormidos en sus camas y los invitados se iban, Jaehyun, Doyoung y Jungwoo se sentaron juntos en el sofá, exhaustos pero felices.
—Hoy fue perfecto —dijo Jungwoo, recostándose en el hombro de Jaehyun.
Doyoung, sosteniendo una taza de té, asintió.
—Lo fue. Y aunque a veces sea agotador, no cambiaría esto por nada.
Jaehyun sonrió, abrazando a sus dos compañeros.
—Nuestra familia es nuestro mayor logro. Y mientras estemos juntos, podemos superar cualquier cosa.
En ese momento, los tres compartieron un beso suave, sabiendo que, aunque los retos seguirían llegando, también lo harían las bendiciones. Y juntos, enfrentarían todo lo que la vida les pusiera por delante.