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Abrirse


Cerré la puerta principal y subí las escaleras. Normalmente me parecen eternas y cansadas, pero hoy resultaron particularmente más cómodas de lo habitual. Me dejé caer sobre la cama boca arriba y respiré hondo. Hoy había sido un día importante. Todo parecía encajar de manera maravillosa, como si el universo estuviera conspirando a mi favor.

Me resultaba sorprendente que esto estuviera pasando. Coloqué música, me senté en mi escritorio, saqué una hoja del cajón y comencé a escribir.

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Querido ________,

Ha pasado algo de tiempo desde la última vez que vine aquí a plasmar mis pensamientos más sinceros hacia ti, pero hoy siento la necesidad de expresarte cuánto agradezco a la vida por haberte puesto en mi camino. Todo ha pasado tan rápido que parece como si aún fuéramos esos niños que jugaban juntos. A veces me cuesta creer cómo siempre estuviste a mi lado y yo nunca me di cuenta de lo que sentíamos ambos.

Desde que estamos juntos, mi vida ha mejorado porque tú formas parte de ella. No importa qué tan mal me haya ido en la escuela o lo insípida que haya estado mi comida, si al final del día puedo ver tu hermosa sonrisa, todo vale la pena. Me duermo con la idea de despertar a tu lado, y sueño con que un día seas tú quien siempre esté del otro lado de la cama, quien me sujete cuando tropiece. En fin, deseo que seas tú para siempre.

A pesar de todo esto, lamento no expresarme tanto en ocasiones. Es solo que me aterra abrirme con alguien más, y a veces uso ese miedo en mi contra. Pero escribirte de esta forma me ayuda a entender lo que siento y a comunicarlo mejor.

Hoy fue un día especial. Estuve tan feliz de poder salir contigo, y jamás imaginé que terminaría siendo nuestro primer beso. Fue el primer beso real de mi vida, uno que llevaré conmigo siempre. Más allá de lo físico, también fue la primera vez que te dije que te amo, y no sabes cuánta sinceridad hubo en esas palabras. Te amo de tantas maneras que finalmente poder expresarlo es un alivio inmenso.

Te amo con todo mi corazón.

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Sellé la carta y la guardé. Me levanté de la silla y bajé a cenar algo. Ya era tarde, así que mi familia ya había cenado; solo estaría yo y lo que sea que quedara en la nevera. Al abrirla, me encontré con mi comida favorita.

¿Acaso algo podía salir mal hoy?

Definitivamente, todo estaba saliendo demasiado bien. Solo esperaba que nada malo estuviera por venir.

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