Lo Tengo Todo

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Bueno y aquí termina este escrito, que en un principio iba a ser un One Short, que al final término siendo un fics de 16 capítulos más el epílogo.

Sin embargo quiero dedicar este final de historia, a todas aquellas que siempre me dejaron un review, y que cada día esperaron por mis actualizaciones, a todas ustedes chicas gracias por todo de verdad que no tengo palabras para agradecerles.

Y por supuesto, sería una mala agradecida si me olvidara de todas aquellas lectoras anónimas que aunque no dejaban review, sé que seguían esta historia, a ustedes también le doy humildemente las gracias.

Una vez más GRACIAS y espero verlas en mi otra cuenta.

Saludos.

                                                                                         ��ȸ��

Law

Sin embargo, de su boca una vez más no salió palabra alguna. Sólo se limitó a mirarme un momento para luego levantarse, tomar su ropa y comenzar a vestirse. Me levanté también aún desnudo para detenerlo, tomándolo suavemente por el hombro y volteándolo, obligándolo a mirarme y volví a preguntar si quería venir conmigo.

—Luffy... estaré esperándote en la entrada de la ciudadela y...

—Torao... —dijo sin dejarme terminar la pregunta. Le solté. Mientras más pronto abandonara este maldito lugar sería mejor.

No esperaba eso. No entendía tanta intriga sin respuesta que no me dejaba saber qué demonios pasaba.

Lo único que me había quedado claro era que Luffy no vendría conmigo, o eso creía. Su expresión insegura y desconcertante me daba a entender que nada bueno se venía y aunque lo amaba más que a mi propia existencia, no iba a obligarlo a dejar atrás la vida a la que estaba acostumbrado sólo por un capricho mío.

Me metí a la ducha con la esperanza de que el agua se llevara todo el dolor que mi alma sentía.

Me dormí tan rápido que hasta me pareció ridículo, dada la situación.

A la mañana siguiente el reloj despertador sonaba estruendosa y escandalosamente fuerte, así que no fue difícil que me despertara.

Me vestí lo más lentamente que pude esperando a que llegara Luffy, sin embargo, pasaron un par de horas y él no llegó. Tomé mi mochila, me la eché al hombro y empecé a arrastrar mis maletas. Me detuve frente a la puerta de la habitación. Los recuerdos de aquella noche y de todas las noches que estuvimos juntos compartiendo aquella cama que ahora lucía como cualquier otra, me envolvieron.

—Luffy... —dije en un susurro y abandoné la vivienda.

Lo vi en la entrada de la ciudadela, Dragón y la mayoría de los habitantes del lugar estaban allí. Tanto mis amigos como los suyos se quedaron mirándonos, me sentí algo nervioso de verme tan observado con todos esos ojos sobre mí, que sentí escalofríos.

Luffy estaba en la entrada de la Ciudadela, pero no tenía con él sus maletas.

—Luffy... tus maletas, ¿dónde están?—Había dado por hecho que se largaría conmigo, sin embargo...

—Torao... en cuanto a tu propuesta de anoche... no puedo irme contigo—me dijo—por favor vete y déjame en paz.

Sus palabras me cortaron literalmente la respiración. Me sentí mareado al notar que no llegaba aire a mi cerebro. Y sacudiendo un poco mi cabeza, volví a la dura realidad que esas palabras traían consigo.

Mi VecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora