Cayendo En La Tentación [Gay]

Capítulo 10: Dulce psicólogo

Mientras espero en la quietud de mi oficina, los recuerdos de sesiones pasadas con Dominik fluyen a través de mi mente, cada uno más provocativo y desafiante que el anterior. Recuerdo vívidamente un día, cuando la conversación tomó un giro inesperadamente explícito.

Dominik, siempre desinhibido en su expresión, me preguntó directamente: "¿Quieres que te enseñe lo que sé hacer?" Su voz, cargada de una confianza provocadora, envió un escalofrío a través de mi cuerpo.

Esa sesión, en particular, había empezado como cualquier otra, pero rápidamente se convirtió en un campo minado de tensión sexual. Dominik describió su experiencia con el sexo oral con tal detalle que podía verlo ante mí, sentir casi la calidez y la humedad de sus palabras. "¿Cómo te sientes cuando te hacen sexo oral, Eric?" Su pregunta no era simplemente curiosa; era una invitación, un juego peligroso al borde de la profesionalidad.

Me encontré luchando por mantener la compostura mientras mi cuerpo reaccionaba de manera inconfundible. Sentí mi miembro endurecerse, una respuesta física que no podía disimular ni ignorar. La tensión en la habitación era palpable, y por un momento, nuestro intercambio fue suspendido en un silencio cargado.

Otro recuerdo me golpea, aún más intenso. Fue un día en que Dominik, discutiendo su fascinación por la dominación y sumisión, se acercó demasiado. Podía sentir el calor de su cuerpo, ver el ligero bulto en sus pantalones que revelaba su propia excitación.

"A veces, esto es lo que necesito," había dicho, su mano casualmente rozando su entrepierna por encima del pantalón mientras mantenía contacto visual fijo conmigo.

Su cuerpo era puro fuego, cada movimiento lleno de una promesa no dicha. Observé, casi hipnotizado, cómo se ajustaba, cómo su mano descaradamente acariciaba su miembro duro por encima de la tela.

La proximidad y la carga eléctrica entre nosotros crecían, y me encontré imaginando lo que sería tocarlo, ser tocado por él, tenerlo de rodillas con mi miembro en la boca, una fantasía profundamente inapropiada pero irresistiblemente tentadora.

A medida que Dominik continuaba hablando, cada palabra suya se convertía en una caricia imaginaria, incitando un fuego dentro de mí que luchaba por contener. Mi propio cuerpo respondía con una urgencia que me aterraba, mi miembro duro, un testigo mudo de la lucha interna que enfrentaba.

Esos momentos, esas interacciones, han comenzado a pesar en mi conciencia, desafiando la frontera entre el profesional y lo personal. Cada sesión con Dominik no solo es un espejo de sus propios conflictos y deseos sino también un reflejo de los míos. Me veo obligado a enfrentar no solo cómo manejar esta atracción creciente, sino también cómo proteger nuestra relación terapéutica sin comprometer mi integridad profesional.

Reconozco que necesito ayuda, una manera de poner barreras entre mi vida personal y mi profesión, pero también un apoyo que me permita procesar lo que estoy sintiendo sin comprometer mi ética o mi eficacia como terapeuta. Justo cuando estoy sumido en estos pensamientos, mi mirada se posa sobre un montón de documentos en mi escritorio, entre los cuales destaca un papel con el nombre de Laura.

Recuerdo nuestra breve conversación en Tinder, una interacción casual que no había considerado seriamente hasta ahora. En el papel, Laura solicita una oportunidad para realizar prácticas en mi consulta, una coincidencia que parece ofrecerme una posible solución.

La idea de tener a Laura en la oficina no solo proporcionaría una presencia que podría ayudar a mantener un entorno más estructurado y profesional, sino que también me permitiría tener a alguien con quien hablar sobre mis propios dilemas, alguien externo a mi círculo habitual.

Sentado en la soledad de mi oficina, los recuerdos de las sesiones con Dominik invaden mi mente, cada uno más intenso que el anterior. A medida que los detalles vívidos de sus relatos explícitos resuenan en mi cabeza, me doy cuenta de que la tensión emocional y física está alcanzando un punto crítico.