POV Nami
Al día siguiente, me desperté temprano, había dormido toda la noche de un tirón y me sentía extrañamente bien descansada. Probablemente mi mente había estado tan agotada por los acontecimientos del día anterior que simplemente me había dado un merecido descanso.
Me levanté de la cama, ligeramente adormecida y todavía con el sabor de la piruleta de ayer en los labios. Me acerqué al baño y comencé a lavarme la cara y los dientes, tratando de despertarme y prepararme para el día.
Una vez terminé de prepararme, salí de mi habitación y bajé las escaleras hacia la planta principal de la casa. Era temprano por la mañana y había una sensación de calma y silencio en el ambiente.
Fui a la cocina, encendí la cafetera y me serví una taza de café. Mientras esperaba a que se calentara, me quedé sentada en la cocina con la cabeza ligeramente gacha y pensamientos vagos cruzando mi mente.
Permanecí sentada en la cocina, bebiendo café y tratando de prepararme mentalmente para el día que tenía por delante. No quería ir a clase, no quería ver a Seonghwa.Tan solo la idea de enfrentarme a él y a sus actitudes me llenaba de aprensión y temor.
Eventualmente llegué a la universidad, las clases pasaban rápido y aburridas, y finalmente llegó el momento de la última clase del día: la de Seonghwa. Vi que el pupitre de Jongho estaba vacío, lo cual me provocó una mezcla de sentimientos: alivio por no verlo, y a su vez aprehensión por la clase que estaba a punto de empezar.
Miré a mi alrededor, observando a mis compañeros de clase, que ya estaban sentados en sus lugares, charlando entre sí despreocupadamente. Me sentía cada vez más nerviosa a medida que pasaba el tiempo. Seonghwa llegó a la clase y comenzó a repartir los exámenes del día anterior entre los estudiantes. Cuando llegó a mi pupitre, dejó mi examen delante de mí, pero al hacerlo, pasó suavemente una mano por mi cabeza y acarició mi pelo.
¿Le habrá dicho Jongho que fui a la policía anoche?
Sentí un escalofrío al sentir su mano en mi cabello, y traté de no reaccionar ante su gesto. Él siguió con lo suyo, entregando los exámenes a cada uno de los estudiantes, como si lo que acababa de hacer fuera algo totalmente normal.
Entregó el último examen y se volvió hacia la pizarra, aparentemente concentrándose en lo que iba a hacer en la clase. Me quedé sentada en silencio y con los puños apretados, aún más nerviosa al recordar la leve caricia de antes.
Traté de controlar mi respiración y mantener la calma, escuchando a Seonghwa explicar la lección de hoy. No me atrevía a mirar hacia él, temerosa de que pudiera notar lo nerviosa y aprensiva que me sentía.
Pronto, Seonghwa terminó de dar clase y nos mandó hacer unos ejercicios. Mientras los estudiantes empezaban a trabajar, él comenzó a dar vueltas por la habitación, observando lo que estábamos haciendo y dando indicaciones o aclaraciones cuando era necesario.
Me mantuve enfocada en el ejercicio que estaba haciendo cuando sentí como Seonghwa se acercaba a mí por detrás, lo cual me hizo estremecer ligeramente. Se inclinó hacia mí, su presencia justo detrás de mí hacía que mi cuerpo se tensara aún más. Sentía su mirada enfocada en mí y su aliento cerca de mi cuello.
"¿No te gustó el vídeo que te envié, eh?" dijo en un susurro, su tono ligeramente arrogante y juguetón, pero también con un poco de molestia audible en su voz.
Me estremecí ante su proximidad y su voz, tratando de controlar mis emociones y no reaccionar ante sus palabras y su tono. Estaba convencida de que podía escuchar los latidos acelerados de mi corazón. El vídeo... la imagen de los ojos de la mujer, llenos de terror y dolor, sus mejillas empapadas de lágrimas y sangre... la palabra "A V A R I T I A" escrita con sangre corriendo por cada una de las letras, manchando su piel... No había sido mi imaginación. Jongho me había intentado convencer de que el vídeo era falso, pero ahora se que no. Ahora sé que era real.
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Peccavia Obscura - ATEEZ
Fanfiction"Bienvenida a casa, princesa", dijo San, su voz suave y seductora contrastaba con su apariencia intimidante. "¿No nos esperabas, eh?" Me retorcí con más fuerza, pero Mingi me sujetaba con determinación. San se acercó lentamente, sus pasos resonando...