Capítulo 32: Luke Luke Luke...

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Sigo sin creerme que me haya escrito una canción. Y que la haya conservado durante todo este tiempo... Al igual que la púa.

Llevo sentada en el suelo de su habitación por más de quince minutos, releyendo cada palabra de esa canción. Le hago una foto y vuelvo a meterla en el sobre, el cual guardo junto a la caja. Cuando me levanto, me encuentro con una persona observándome desde el marco de la puerta.

- Parece que la gente no puede mantener las manos quietas. Vaya, ¿Tan grande era tu necesidad por mí que has tenido que venir a buscar algunas cosas mías para poder satisfacer tus necesidades? ¿O quizás simplemente has venido a buscar material de la banda para poderlo filtrar a tu revista de mierda? -dice un Luke sin ninguna expresión

- ¿Pero que mierdas dices, Luke? ¿De verdad crees que os haría eso? Eres increíble... La verdad es que no sé como...- no me deja acabar mis frases, cosa a la que ya me he acostumbrado.

- ¡¿Entonces por qué llevas un cuarto de hora leyendo canciones del grupo y sacándoles fotos eh?! -grita visiblemente enfadado. Pero entonces su rostro cambia por completo.- ¿Has leído esa canción, verdad? -asiento.- Vaya, ya ni siquiera me acordaba de que estaba allí, si quieres puedes quedártela, no me interesa para nada.

- No me engañas, Luke. Sé perfectamente que sabias donde estaba la carta. Estaba gastada del roce, sé que todavía sientes algo por mí, si no en uno de tus arrebatos la hubiese tirado, o quemado o algo por el estilo. -gesticulo y chillo demasiado mientras digo esto.

- Más te gustaría que "la causa perdida" sintiese algo por ti, Eleanor. Sigue soñando. -se acerca a la caja y saca el sobe. Me lo lanza.- Toma, quedatela, tírala, quémala, masturbate leyéndola, me da absolutamente igual.

- Luke, ¿Ya estás otra vez con lo de la causa perdida? Pensé que ya habíamos hablado de esto, no pienso que lo seas. Yo... -me interrumpo y no me dejo acabar la frase.- No sé que cojones hago....-decido abandonar su cuarto antes de que me deje más en ridículo.

Entonces él se me adelanta, cierra la puerta y me coloca a mi en ella. Sus manos se posan en mis hombros y me besa desesperadamente. Son esos labios los que he estado buscando por tanto tiempo sin resultado. Abro la boca y él introduce su cálida lengua. Torpemente le sigo, su arrebato me ha dejado en shock, y ahora mismo no puedo pensar en nada. Su lengua chocando contra la mía, su piercing rozando mi labio inferior, su aroma a cerveza y una colonia demasiado fuerte me embriaga, todo es perfecto.

Sus manos dejan mis hombros y se van a mi cintura, dejándome los brazos libres para poder tocarle el pelo. Lo tiene aplastado, ya no lleva su tupé. Su pelo está sucio, pero ahora mismo me encanta. Poco a poco me va empujado hacia su cama. Yo me tumbo en ella y el se coloca encima mío, mientras que nuestras lenguas bailan al mismo compás.

Se deshace de su camiseta gris rompiendo nuestro beso, seguidamente introduce su mano por debajo de mi camiseta de tirantes negra como pidiéndome permiso para quitarla, pero no le da tiempo a hacerlo, ya que yo me adelanto.

Me deshago de mis botas, al igual que él de las suyas. No rompemos le beso en ningún momento, y yo no aparto mis manos de su pelo, al igual que la fría piel de sus manos no se despega de mis caderas, haciéndome sentir como en el paraíso.

- Acaba la frase, Eleanor. -dice con la respiración agitada, dejándome un paseo de besos por el cuello.

- Te quiero... -digo como puedo, pero mi mente está completamente nublada a causa de sus besos.

La urgencia con la que busca mi boca tras haber pronunciado esas palabras, me da a entender que yo no era la única "necesitada" como había dicho él apenas hace unos minutos. Lo quiero, lo quiero más que a mi vida.

Strange change {5sos}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora