Strange change {5sos}

Capítulo 3: El Starbucks

Las clases pasaron rápidamente, sinceramente mis lunes eran fantásticos, me tocaban todas las clases que me gustaban: Las tres primeras horas eran mis favoritas, de 8:00-9:00 Música, en la clase de música nos dedicábamos tanto a aprender a tocar nuevos instrumentos, crear canciones, estudiar compositores, practicar el canto... De 9:00-10:00 Arte, analizábamos cuadros, creábamos, analizábamos esculturas, recitábamos poesías, leíamos novelas, las interpretábamos... 10:00-11:00 Inglés, nos dedicábamos a aprender la materia pero no solo escuchando a gente hablándola y mirando a un libro, hacíamos intercambios, leímos textos en el idioma, canciones en ese idioma... De 11:00-11:30 teníamos un pequeño descanso para tomar el almuerzo, podíamos ir a cualquier instalación de centro, biblioteca, cafetería, sala de música, teatro, pista de basquet...De 11:30- 12:30 tenía matemáticas, me llamareis rara, pero me encantaba esa clase. De 12:30-13:30 francés, hacíamos lo mismo que en la clase de inglés pero (evidentemente) cambiando el idioma, el francés me parecía un idioma precioso... De 13:30-13:50 teníamos un descanso para comer pero durante este tiempo, solo nos podíamos mantener en la cafetería o en el patio. De 13:50-14:30 toda la escuela tenía clases de diferentes materias, mientras que la nuestra tenía hora libre, podíamos ir a cualquier parte dentro del recinto escolar, al sitio donde yo siempre me dirigía era a la biblioteca o a la sala de música para practicar, el piano, la guitarra, la batería o el saxofón. Amaba la literatura y la música, juntas eran la perfección.

Una vez las clases finalizaron, me dirigí al starbucks a tomarme un frapuccino, era como una especie de ritual, siempre que acababa las clases me dirigía al él, abría mi portátil, miraba mis redes sociales mientras escuchaba música, luego me disponía a escribir lo primero que se pasaba por la cabeza, a veces continuaba historias que un día comencé, otro retocaba historias o poemas, otros solamente escribía partes o ideas que se me ocurrían, otros versos o frases que me gustaban, luego formaba historias o poemas o canciones con esas partes de nada. Había tenido una brillante idea para una canción mientras escuchaba música que me relajase. Mis dedo se movían solos por el teclado intentando que quedara grabado en esa página que se iba llenando lentamente de letras todo lo que se me ocurría sin olvidar una sola palabra.

Todo lo que estaba escribiendo me estaba encantando, ya había terminado la letra en apenas 5 minutos, abrí una aplicación para crear partituras que tenía en mi ordenador y empecé a crear la melodía. Sólo me faltaba la melodía de la tercera estrofa de la canción. cuando noté una risa que me sonaba mucho, entonces noté que alguien se sentaba en el sillón de enfrente mío. Automáticamente bajé la pantalla de el portátil, y me quité los auriculares.

Vi la cara de Ashton con una enorme sonrisa reflejada en ella. Sin decir nada cogió un auricular y se lo puso en la oreja (no, se lo va a poner en la boca XD). Vi como sonreía aún más y movía la cabeza al ritmo de la canción, dirigió sus ojos color verde avellana hacía mi y me dijo:

- Buenos gustos musicales, así que... Arctic Monkeys ¿eh?- Asentí, me gustaban mucho ese grupo.- ¿Se puede saber que escribías como una posesa antes de que yo llegara?

- No, ¿Donde están los chicos?- El señaló con el dedo índice a una mesa donde se encontraban tres chicos completamente vestidos de negro y con unas gafas más grandes que su cara, Luke me miró y me guiñó un ojo.- Parecéis cualquier cosa Ashton...

- ¿Acaso no has conocido nunca a un grupo de amigos superando su fase emo? Apuesto a que te encanta, y a que esta noche tendrás fantasías sexuales conmigo y mis pantalones. -me quedé asombrada ante tal respuesta, pero no pude evitar reírme, ese chico era demasiado atrevido.

- Vale Ashton, lo que tu digas. Pero recuerda que seguramente eres tú el que quiere que las tenga, y por favor, quitaros esas gafas, son horribles. -no me contestó, se limitó a meterlas en su chaqueta y a dedicarme una media sonrisa. Algo dentro de mí se movió.