16 ENCUENTROS

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SESSHOMARU

-¡Aceptamos!

Inuyasha me miró fijamente por unos cuantos segundos, el tiempo suficiente para obligarlo a no quejarse más. Agachó la mirada, se apoyó en el respaldo del sillón y cruzó los brazos en clara señal de frustración. Onigumo en cambio, aplaudía disfrutando de su "victoria" al tener a dos fuertes elementos de la policía de su lado.

-Siempre supe que tú eres el mejor para negociar -Onigumo seguía riendo victorioso.

-Haremos lo que quieras, pero... si te atreves a tocar a alguien de nuestra familia, considérate hombre muerto.

-Y me sigues impresionando. No esperaba menos de ti, Sesshomaru -soltó una risa maliciosa llena de soberbia-. Aunque deberías tener cuidado con tus amenazas. En este juego de ajedrez, los peones no dictan las reglas.

-Peones o no, ten algo claro: si rompes tu palabra, no habrá lugar en este mundo donde puedas esconderte -Onigumo siguió sonriendo, demostrando que nada de lo que le dijera iba a afectarle.

-Me encanta tu actitud -respondió finalmente-. Estoy seguro de que trabajaremos muy bien juntos -dijo levantándose de su asiento-. Solo espero que mantengas tranquilo a tu hermanito que no se ve nada contento.

-¿Y qué querías? ¿Qué aplaudiera como una foca mientras amenazas a nuestra familia y a... a personas que no tienen nada que ver en esto? -soltó Inuyasha con demasiada molestia.

-Oh, te refieres a Kagome Higurashi, ¿verdad? -Pude ver en los ojos de mi hermano un dejo de miedo y preocupación al escuchar el nombre de esa mujer-. Inuyasha, no te preocupes, solo mantén cerca a tu ramera y sigue cogiéndotela como hasta ahora.

-¡MALDITO! MAS TE VALE QUE LA RESPETES -Onigumo estaba logrando alterar a Inuyasha y eso no era para nada conveniente.

-Esa mujer se ve bastante deliciosa. -continuó Onigumo-. Me pregunto ¿Qué se sentirá estar entre sus piernas?

Inuyasha estuvo a punto de lanzarse sobre Onigumo, y me hubiera gustado unirme a él, pero tenía que detenerlo antes de que mandara todo al carajo.

-¡Suficiente, Onigumo! -exclamé deteniendo a Inuyasha por los brazos-. Dijimos que trabajaremos para ti, no es necesario esos comentarios tan misóginos.

Onigumo disfrutaba hacernos perder los estribos. Pero si quería mantener a todos salvos, tenía que "doblegarme" un poco.

-Mañana tendrán en sus oficinas unos celulares única y exclusivamente para que me mantengan informado de todo. Y cuidado con querer hacer algo en mi contra -Expresó con una seriedad inquebrantable -. Recuerden que los tengo vigilados.

Onigumo y Byakuya salieron del lugar sin decir nada más. Una vez que desaparecieron, solté a Inuyasha y este se dejó caer en el sillón.

-¿Qué demonios estás haciendo, Sesshomaru?

-Vámonos -me di la vuelta para dirigirme a la puerta-. ¿Te quedarás aquí? -pregunté al ver qué no se movía.

Inuyasha gruñó y se levantó de golpe. Mientras tanto, mi mente ya estaba trabajando en el siguiente paso. Este juego apenas comenzaba, y no pensaba perder.

Una vez que subimos al auto, comencé a interrogar a Inuyasha sobre esa mujer de la fotografía.

-¿Quién es Kagome?

-Nadie -dijo sin mirarme

-Y si es nadie, ¿por qué te alteraste?

Fhe!

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⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

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