Crepusculo afternoon

6. Los Vampiros no duermen.

Me empujo suavemente y levanto su ceja.

-Si quieres información te costara.-se mordió el labio inferior.

-Déjate de tonterías Gabriel.-sonreí de lado. -No cambias... Necesito saber, es importante para mí.

Le suplique con la mirada y una sonrisa.

-Bien, hay muchos problemas rondando alrededor de ti. En primer lugar jamás debí decirte que soy un vampiro.-se llevó la mano a la frente algo pensativo.

-Ahora estas en peligro al menos que te vuelvas una de nosotros.-me miro en busca de una respuesta.

-Sabes que esa no es una opción para mí. Primero debo saber cómo sucede. ¿Qué hacen los vampiros? No sé nada acerca de vampiros. Además sabes que no quiero matar personas.-no lo consideraría ser una asesina no está en mis planes futuros.

-No tienes que hacerlo. Los Cullen me están enseñando una nueva dieta. Aunque claro hago trampa por que antes de venir a verte voy al hospital y me robo una bolsa de sangre.-se rio al final. -O positivo ya que descubrí que es la más que me gusta.-ignoré sus nuevos gustos y me enfoque en lo que me interesaba.

-¿Cual nueva dieta? ¿De qué se trata?-le pregunte curiosa.

-Ellos se alimentan de animales, pero para mí esa dieta no es suficiente. Si viviera de eso nada más te mataría cuando te viera no podría contenerme.

-Pues no vengas a verme.-le dije pero rápidamente me arrepentí cuando comprendí lo que eso significaría.

-No lo hare, no ahora que estas en peligro.-negó con la cabeza y le agradecí mentalmente por no abandonarme.

-Gracias...-el asintió y nos quedamos en silencio. -Me dijiste que tengo una doble a la que por cierto me encontré hace un rato con Edward. ¿La conoces?

-Sí, se llama Bella y está loca no te acerques a ella.-lo dejo ahí, pero yo no me quedare con dudas.

-¿Por qué?-le cuestione.

-Si digo que te alejes de ella, te alejas y punto.-se paró y se alejó un poco de mí.

-No, me dirás el por qué.-lo seguí instintivamente y me pare frente a él.

-No, es no. Te alejas y ya.-tenía una mirada intimidante.

No me importo lo rudo que fuera él sabe algo que quiero saber y me lo dirá.

-¿Crees que no cuestionare lo que me estas pidiendo?-le dije levantando mi ceja.

-Se llama sentido común. Obviamente se algo que tu no y si no te lo digo es para protegerte.

-No puedes pensar que tendré una fe ciega en ti y hare lo que dices.-camine hasta la cerca y busque algo en que treparme para brincarla.

-¿En serio te enojaras?-se trató de acercar.

-¿¡Qué edad piensas que tengo!? ¿Cuatro? No soy una bebe si quieres que te haga caso tendrás que explicarme.

Se quedó callado observándome, actuaba raro.

-Me lo dirás...-le asegure con seguridad.

-Lo hago porque quiero protegerte, confía en mí.

Suspire molesta y lo ignore. Encontré una caja y la utilicé de banquito para brincar.

-No me pidas tal cosa cuando sabes que no confió en ti...-salte la cerca y camine hacia el bosque.

Él se puso frente a mí y puso sus manos en mis hombros.