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Al salir del baño se dio cuenta que los 6 chicos estaban fuera del tocador de damas. Todos la miraban menos Jace, él tenía la mirada baja.

-Ya era hora. Te ves bastante bien- mencionó Bradley, el chico con lentes.- Ni hubo necesidad de aplicar maquillaje. Tienes una cara hermosa.

-Luces radiante, Jace se entiende bien con el cabello.

-Digamos que es su especialidad desde hace... -el menor del grupo se detiene, tratando de recordar algo -, bueno ya tiene su tiempo, ¿verdad, Jace?

Jace alzó la mirada.

-Bien, ya es hora. Vamos.

Todos asintieron y se apresuraron a caminar entre los invitados de aquel evento. Thom tomo de la muñeca a Ale para que no se perdiera y les siguiera el paso. Ale estuvo varias veces a punto de caerse, los chicos caminaban tan rápido que le era muy difícil seguirles el paso.

En una ocasión, su pie se había torcido al bajar un escalón que no sabia que estaba ahí, y que Thom no se había molestado en advertirle. Una pareja que se encontraba a lo lejos se percato y rieron levemente. Julieta no se sintió mal, se reían de ella últimamente así que si se reían de ella una vez mas no haría la diferencia.

-Bien, ya llegamos.

Thom le soltó la mano y le sonrió señalando a una mesa diferente a la que les habían indicado que era su mesa anteriormente. Ahí se encontraban una pareja de adultos.

-Jace, nosotros los dejamos, mucha suerte. Estaremos en nuestra mesa. -El pelirrojo estaba a punto de retirarse.

-Muchas gracias Dikael, en un momento los alcanzamos.

El pelirrojo asintió y se alejó junto con los otros chicos que se notaba estaban preocupados, pero no lo querían demostrar.

Jace los miraba retirarse. Dirigió la mirada después a la de Ale, mordiendo su labio, pensando en que decir.

-Solo recuerda que te llamas Julieta McLane, nos conocimos hace más de un año y hace un mes te pedí matrimonio, ¿lo recordaras? Espero que sí, los señores que están ahí son mis padres. No necesitas saber más, te harán muchas preguntas yo tratare de responderlas por ti, ¿bien?

-Bien

Menuda sorpresa, no pensaba que ella iba a acceder rápidamente. Pensaba que le iba a costar convencerla. Pero ella estaba ahí porque le iban a pagar, entonces, estaba obligada a aceptar.

-De acuerdo, bueno, vamos.

Jace tomo el brazo de Ale para acomodarlo junto con el suyo y así parecieran una pareja de verdad. Ale estaba nerviosa, más que nada porque quería cumplir con las demandas de aquel joven rubio que parecía tener mal humor, había algo en él que lo hacía especial.

Por fin llegaron a la mesa. Jace se puso rígido y mas recto aun. Era obvio que sus padres eran el motivo.

-Madre, padre, les presento a Julieta, mi prometida.

Los señores tenían aspecto de gente rica que no acepta que cualquiera les hable o siquiera los mire. Ya eran muy avanzados de edad.

-Tomen asiento -ordenaron.

Jace se adelantó a acomodarle la silla a Ale, lo cual ella agradeció. Sabia como comportarse en la mesa, la señorita Jo. le había enseñado. Cosa que Julieta le agradecía enormemente en este preciso momento. Jace tomó asiento enseguida, esperando por las críticas de sus padres.

-Buenas noches jovencita, yo soy Gloria Harley, madre de Jace.

-Mucho gusto señora.

-Él es mi esposo Robert.

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