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No sabia que pensar ahora. Ale había escuchado atentamente cada una de las palabras que Ángel le había dicho. Aun le taladraban en la cabeza, parecía que nunca se marcharían. <<Eres una callejera>>. Eso era cierto, no lo iba a negar pero... <<No tienes nada que hacer en casa de gente como Bradley>>. No era asunto suyo. <<Ni pienses que me trago eso de que aun eres virgen, estas más usada que un baño público>>. Ale podía jurarlo, aun seguía siendo virgen... <<Jace se merece lo mejor, no cualquier desecho de la sociedad>>.

Malditamente cierto.

El frío le golpeaba en la cara, sus pequeñas botas estaban húmedas por haber estado en contacto con montones de nieve. Hace ya algún tiempo que no nevaba, era extremadamente raro cuando sucedía. Ale andaba con las manos metidas en su pequeño abrigo rosa, caminando rápidamente sin fijarse realmente en sus pasos, ni siquiera se fijaba en la dirección en la que caminaba por la calle, sólo quería alejarse lo mas que pudiera de la casa de Bradley, no quería ver al tonto de Ángel nunca mas.

Tuvo suerte que Bradley no se diera cuenta cuando se escapó, pero era una lastima que no le hubiera pagado primero...

El maricon de Lytos la iba a matar.

Realmente no le preocupaba eso, lo que la preocupaba era el hecho de que ni pudo ver a Jace. Se supone que estaría ahí. A estas horas ya tenia que haber salido del colegio privado al que le mandaban sus padres. No entendía por que no había estado ahí.

Seguía caminando por el camino desconocido del bosque en el que se encontraba. Ya tenia media hora que se había escapado de la mansión y, si no se equivocaba, le faltaba media hora mas para encontrar la ciudad. Subiría al tren subterráneo por la linea turquesa y se encontraría de nuevo con la asquerosa calle en la que solía trabajar. Pero primero tendrían que llegar a la ciudad.

Quizá si se iba por la carretera le sería más fácil llegar a la ciudad, de seguro ese camino la llevaría de vuelta. Y si tenia suerte, alguien le ofrecería ayuda y llegaría mas rápido a su destino. Sus botas le lastimaban, tenían un pequeño casquillo. Era una medida de defensa personal. Gray decía que eran botas patea traseros. Realmente eran bonitas. Eran de color café caramelo y cortas, apenas le cubrían los tobillos. Era cansado cargar con ellas pero no se podía imaginar sin ellas.

Ángel le había dicho que su apariencia era de lo peor.

<< Por Dios, ¿cómo pudo siquiera fijarse en ti? Simplemente eres mas corriente que los productos hechos en China>>.

Puede que sea verdad.

<<¿Has intentado arreglarte una vez?>>

Sí, siempre. Pero nunca da resultados.

<<Deberías hacernos un favor y marcharte de nuestras vidas>>.

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