Capítulo 14

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Gp de Brasil


La atmósfera en el circuito de Brasil estaba cargada de emoción y adrenalina. La multitud rugía desde las gradas, ondeando banderas y gritando los nombres de sus pilotos favoritos. Sin embargo, para Carlos, el ruido exterior era solo un eco distante. Estaba sentado en su monoplaza en la parrilla de salida, con las manos apretadas en el volante y el corazón latiéndole como un tambor. No podía dejar de pensar en Charles.

Las palabras de Teto resonaban en su mente: "Esto tiene que cambiar... o terminar." Pero ¿cómo enfrentar a Charles? ¿Cómo encontrar el valor para decirle todo lo que llevaba tiempo reprimiendo?

Mientras los mecánicos hacían los últimos ajustes, Carlos sintió una palmada en el hombro. Era Teto, quien siempre encontraba la manera de estar cerca de él antes de las carreras importantes.

-Concéntrate cabrón. Deja esto fuera de la pista, aunque sea solo por ahora.-
Carlos asintió débilmente, pero sabía que sería imposible. Su mente estaba atrapada en el conflicto.

El semáforo se apagó, y los motores rugieron como bestias desatadas. Carlos salió bien en las primeras curvas, manteniéndose en el tercer lugar detrás de Charles y otro piloto. Pero su desconcentración empezó a notarse. Frenaba tarde, tomaba las curvas de manera errática y perdió posiciones rápidamente.

Desde el muro, su ingeniero de carrera intentaba animarlo.
-Vamos, Carlos, enfócate. Todavía puedes recuperar.-
Pero Carlos apenas escuchaba. Su mente no estaba en la pista, sino en las palabras no dichas, en las miradas frías de Charles, en el peso insoportable del contrato que los mantenía.

En la vuelta 35, Carlos estaba luchando por el sexto lugar. Se acercaba a la curva más cerrada del circuito, pero no midió bien la distancia. Frenó demasiado tarde y perdió el control. El monoplaza derrapó, chocando violentamente contra las barreras de protección.

La radio se llenó de estática y gritos.
-¡Carlos! ¿Estás bien? ¡Responde!-

Carlos, aturdido, levantó una mano para indicar que estaba ileso. Los comisarios corrieron hacia él mientras la multitud observaba en silencio. La carrera continuó bajo el régimen de un auto de seguridad, pero para Carlos, el Gran Premio había terminado.

[...]

Después del choque en el garaje, Carlos estaba sentado con la cabeza entre las manos. Había evitado lesiones físicas, pero su espíritu estaba destrozado. Teto preocupado entró rápidamente, apartando a los ingenieros curiosos.
-¿Estás bien?-
Carlos no levanto la mirada -No, Teto. No lo estoy. Esto no es solo la carrera... es todo.-

Antes de que Teto pudiera responder, Charles apareció en el garaje. Llevaba su traje aún empapado en sudor y lluvia, su expresión era una mezcla de preocupación y enojo.
-¿Qué demonios fue eso, Calos? ¿En qué estabas pensando? Te pudiste haber lastimado- el Monegasco decía frío.

Carlos levantó la mirada, sus ojos llenos de dolor y rabia contenida.
-¿En qué estaba pensando? ¿En serio me preguntas eso, Charles? Quizás estaba pensando en cómo soy invisible para ti. En cómo esta relación me está destrozando mientras tú solo piensas en tu maldita carrera.-
Decía el español con voz temblorosa.

Charles retrocedió un paso, sorprendido por la intensidad de las palabras de Carlos.
-C-Carlos, esto no es el lugar para hablar de eso...-
Carlos lo interrumpio -No, Charles. Ahora es el momento. Porque no puedo seguir así. Estoy cansado de ser un secreto, de sentir que no soy suficiente para ti.-

El garaje quedó en un silencio sepulcral. Incluso Teto, que siempre intervenía para calmar las cosas, permaneció al margen, observando cómo Carlos enfrentaba finalmente a Charles.

Entre celos y secretos  || Charlos ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora