Días después del inchident
Los días seguían pasando. Las redes sociales, noticieros y artículos no cesaban; el caos era constante. El famosísimo sex tape de Ferrari continuaba siendo el tema de conversación principal en todos los rincones del mundo, desde los titulares de los periódicos hasta los memes virales en internet.Para ambos pilotos, la avalancha de comentarios despectivos, burlas y críticas se volvió parte de su rutina diaria. Sin embargo, entre los insultos, también aparecían mensajes de apoyo y hasta elogios descarados hacia sus cuerpos.
Era imposible ignorarlos, y aunque ambos sentían una punzada de celos al leer ciertos comentarios, decidieron no mencionarlo.La relación entre ellos, por ahora, estaba en un incómodo punto muerto. Desde aquel día, apenas habían cruzado palabras, cada uno lidiando a su manera con la tormenta mediática.
Pero la Fórmula 1 no es solo adrenalina y motores rugiendo; también está llena de reglas y expectativas estrictas.
Una mañana, sus teléfonos vibraron casi al mismo tiempo. Era un mensaje de Fred Vasseur, el director del equipo, convocándolos a una reunión.Ambos sintieron cómo el corazón les daba un vuelco. Las preguntas empezaron a inundar sus mentes:
¿Qué harían con ellos?
¿Les obligarían a separarse?No comentaron nada entre sí, pero la inquietud era evidente en sus gestos.
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Horas después, ambos llegaron al lugar acordado. Era la primera vez que se veían desde aquella noche. El ambiente era tenso; se notaba en la rigidez de sus movimientos y en las miradas furtivas que compartían.
Se sentaron alrededor de una mesa donde un abogado ya los esperaba con un contrato en mano. Fred Vasseur también estaba presente, con una expresión tan seria como el peso del documento que les tendió.
-Esto es inaceptable para la imagen de la FIA -comenzó el abogado, sin preámbulos-. Este contrato establece que, para mantener la profesionalidad del equipo y la reputación del deporte, deberán evitar cualquier comportamiento que pueda interpretarse como poco serio.
Carlos frunció el ceño, leyendo rápidamente las cláusulas.
-¿Qué significa esto exactamente?
El abogado suspiró, como si explicarlo le incomodara.
-Significa que su relación personal, cualquiera que esta sea, debe permanecer estrictamente profesional. Nada de bromas, gestos románticos o cualquier actitud que pueda ser vista como impropia. De no cumplirlo, el equipo procederá con el despido inmediato de ambos al finalizar la temporada.
Carlos soltó una carcajada sarcástica.
-¿Es una broma, verdad?
Pero el silencio de Vasseur y el abogado dejó claro que no lo era.
Charles, en cambio, permanecía en silencio, leyendo las palabras que parecían gritarle desde el papel.
-Calos, tenemos que hacerlo -dijo finalmente, su voz apenas un murmullo.
El español lo miró incrédulo.
-¿De verdad, Charles? ¿Estás dispuesto a tirar todo por... esto?
El monegasco no respondió de inmediato. La idea de perder su lugar en Ferrari lo aterraba, pero tampoco podía ignorar el dolor que veía en los grandes ojos avellana de su ¿novio?.
-No quiero perderte... ni a Ferrari -admitió al fin, su voz quebrándose.
Carlos soltó un suspiro pesado, pasando una mano por su cabello antes de tomar los papeles.
-Voy a firmar, al final yo ya estoy fuera-dijo con determinación, aunque su voz estaba cargada de amargura.
Charles intentó detenerlo.
-Calos, no...
El español miró a su "compañero", sus ojos esmeralda reflejando una mezcla de tristeza y vergüenza.
-Esto es por ti, Charles. No quiero ser la razón por la que pierdas tus sueños.
Las palabras quedaron suspendidas en el aire, y con un nudo en el estómago, ambos firmaron.
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Las semanas siguientes fueron un auténtico infierno. En las carreras de Azerbaiyán, Singapur y Estados Unidos, la tensión entre ellos era palpable. Cada interacción estaba medida, cada gesto calculado.
Las bromas internas y los pequeños momentos de complicidad que solían compartir se desvanecieron. Ahora eran solo compañeros de equipo, nada más.
Una noche, después de una larga jornada, Charles rompió el silencio.
-Esto no es vida, Calos -dijo mientras hablaban por teléfono, su voz cargada de frustración-. Estamos perdiendo lo que nos hacía únicos.
Carlos, al otro lado de la línea, intentó sonar optimista.
-Es temporal, Charlie. Cuando la temporada acabe, podremos volver a estar juntos como antes.
Pero ambos sabían que no era cierto.
Con el tiempo, la distancia emocional entre ellos se fue volviendo más grande. Sin embargo, en el fondo, ninguno de los dos estaba dispuesto a rendirse del todo.
¿Era este realmente el final?
《--Mensajito de autoras--》
Volvimoos, no sé como sentirme al respecto, yo también estoy sufriendo y mucho. Se vienen cositas pero les puedo asegurar que también momentos felices, gracias por el apoyo, soy muy felíz leyendo sus comentarios. También a mi amiga del alma, que la amo mucho, gracias por escribir este fic conmigo, esperamos les guste y los amamos. 🥹🫶🏻
[J]
Helloo, no saben lo que me dolió escribir este capitulo, esta algo cortito pero no los queríamos hacer sufrir más (y aparte que andamos creativamente medio bloqueadas jajaj).
Pero aquí seguimos, no los vamos a abandonar de eso estén segurxs. Como dice mi amix sus comentarios nos alegran el alma, les mandamos besos y abrazos. 🫶🏻🫶🏻[E]
-Jemani👭🏻
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Entre celos y secretos || Charlos ||
FanficTodos hemos sentido celos alguna vez, pero te has preguntado. ¿hasta donde te harían llegar tus celos? ◇Lo narrado es solamente ficción. ◇No se trata de ofender o difamar a ningún piloto mencionado en este fic.