Entre celos y secretos || Charlos ||

Capítulo 8

En el apartamento de Charles

-Estás seguro que quieres esto, no quiero que pienses que solo te quiero para esto y te arrepientas después.-

El Monegasco asentía desesperado.

-Muy bien, aqui voy.- dijo el Español mientras se desabrochaba el cinturón para dejar caer sus pantalones junto a sus boxers.

El menor estaba perplejo, ya había visto el miembro del mayor en una ocasión, pero esta vez se veía más grande.

¿Eso entrará en mi? Era la duda que se repetía una y otra vez en su cabeza.

-¿Asustado Charlie?- dijo el moreno con un tono coqueto acercándose al más alto.

-Ni un poco.- dijo desafiante mientras tragaba saliva, claramente estaba nervioso.

Carlos tomó la mejilla de Charles dándole un pequeño pero intenso beso en los labios, ambos se sentían plenos, por fin sus deseos más íntimos se harían realidad.

El Madrileño se sentó en la cama y tocó a su lado haciendole una seña para que Charles se sentara.

En un abrir y cerrar de ojos el más alto estaba sentado a su lado.

-Tengo que dilatarte para que entré más rápido, si no te dolera.-

El Monegasco asintió nervioso.

-Súbete en mis piernas, quiero ver tu linda carita mientras te toco-

Charles sintió como sus mejillas se tornaban rojas, pero no dudo en ponerse a horcajadas del español.

Carlos tomó un poco de lubricante y lo puso en sus dedos, primero insertó solo uno cuidando no lastimar a charles, el menor emitió un suave jadeo.

-Tuve un dejavu.- Decía con dificultad.

-Lo se, pero esta vez terminará bien.- Dijo el moreno mientras besaba nuevamente el cuello del ojiverde.

Después de un tiempo metió otro dedo esperando a que el más alto se acostumbrara.

Charles comenzo a mover sus caderas mientras el español sacaba y metía su dedos, estirando y tocando sus paredes intentando encontrar su punto dulce.

Charles gimió fuertemente, sintió una explosión de placer, mas del que ya sentía, tapó su boca apenado.

-Lo encontré.- sonrió gustoso el Español- bueno, ya estas suficientemente dilatado, ahora si.

Retiró sus dedos del monegasco mientras este solo le dedicaba un puchero.

-Ya voy Charlie, no seas desesperado.-con una sonrisa en su rostro.

Limpio su mano y agarró un condón colocándoselo en su erección necesitada de atención.

-Ponte de espaldas bonito.-

El más alto ya se encontraba acostado de espaldas en la cama, estaba nervioso y sonrojado, no quería que su chilli lo viera así.

-No te pongas tenso, si estás así dolerá más, seré suave, no tengas miedo.- dijo el mayor dejando un rastro de besos en su espalda. Agarró su miembro y lo posicionó en la entrada del monesgasco hundiéndose lo más despacio posible.

-Agh Calos.-

Charles emitía jadeos suaves, era una sensación extraña, dolía pero era un dolor placentero, se sentía lleno.

-Mierda, Charlie relajate un poco o me partirás en dos.- El español tensaba la mandíbula conteniendose para no embestirlo con una sola estocada.

-¿Ya entró todo?- preguntó el Monegasco impaciente.