CAPITULO 7 || Mentirosa

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Nunca me he sentido tan desplazada en mi vida, cuando lo miraba a el, sus ojos iban a ver a otro lado. Yo sonreia, una sonrisa bien colocada. Dolia, cuando el ponía atención a otros lados, yo no era importante. Jamás lo fui, su manera de decirme Hay prioridades significa que no le importa como me sienta o lo que me afecte, solo importa el, y su entorno. Ahí me di cuenta que yo no pertenecia a el, no pertenecía a su mundo de mentiras : la traición, y el engaño. Duele, pero si fuiste capaz de quejarte de mi, cuando deje de contestar.

Solo mírame a mi, te lo ruego. Mírame por un minuto, y piensa en mi. Piensa en como me siento en cada vez que te juntas con las personas que me dañaron, solo piensa en mi, y mírame a mi.

Pero simplemente, nada funciono, tu corazón ya pertenecia a tu amiga, aquella amiga que comparaste un intento de suicidio con un ataque de ansiedad. Ambos son peligrosos, pero ahí demostraste que tú amiga sufre mas, y que yo puedo aceptar todo. Pero recuerda que otro cuida tu lugar, mientras tu calientas en esa cama, promesas vacías que jamás cumplirá.jnnnn

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Me acomode en mi silla, dejando de leer, mis compañeros se quedaban boquiabierto. Mi mirada se perdió en la nada, pensando en los protagonistas de esta historia. Una chica humillandose por un amor que jamás la verá a ella. Rei ligeramente, para seguir leyendo en silencio, y el profesor de ciencias, salió del salon, todos callados para ganar puntos; claro olvidé mencionar que actualmente estamos recaudando puntos.

Ni siquiera paso diez minutos, cuando Emma Salvatierra, interrumpió en mi salón de clase. Ni siquiera tuvo la descencia de pedir permiso, con su típica sonrisa de que ella tenía el control del lugar, todos callados, y permitiendo sus humillaciones, yo quería hablar, y gritarle a los cuatro vientos lo falsa que era, pero obviamente me abstuve para no separarme de mis amigos.

— Bueno, quiero avisarle que dos de ustedes serán mis guardaespaldas, y encargado de organizar mi hermosa cena con mi novio. — La voz de emma, sonaba infantil e incluso caprichosa, caminaba por el salón, hasta llegar a rengoku que se quede callado al ser seleccionado, y Rui, que quería reprochar la situación.

— Señorita Salvatierra, yo no creo poder ayudarla. — Replicó rengoku con su característica sonrisa.

— ¿Porque Rengoku no? ¿Acaso se le olvida que si usted está acá es porque mi padre apoya a tu padre en su proyecto de construcción?.  — ella frunció el ceño, con disgusto, y sacando su teléfono para llamar a su padre. — ¿O acaso quieres que mi madre hable con la familia de mi novio para que boten a tu hermanito menor del hospital?. Dime Rengoku ¿Eso deseas?

El silencio sepulcral, era un silencio incómodo, todos observaban, y bajaban la cabeza. Eran unos cobardes, que no tenían los pantalones bien puestos, sobre todo cuando se involucra a un niño de nueve a diez años que sufre de leucemia.

— Emma te jactas de tener influencia ¿Cierto? — Hable, manteniendo mi rostro firme, y sin bajar la mirada. — ¿Acaso el hospital es tuyo?. Tu padre solo es un socio, no es el dueño, y si tú padre saca su sociedad de la empresa del señor Rengoku, facil, mi familia materna: Kochō S.A entraría en acción, porque solo a los Salvatierra se les ocurriría romper dicho contrato por un capricho de una niña mimada y arrogante.

— Respondes tú, alguien que no perteneces a este país, y que solo estás aquí porque andas de arrastrada con mi novio. — Su defensoría era sutil y sin sentido alguno. — Aunque claro, mi padre y tu padre, piensan formar una sociedad¿Te imaginas que un día tu laboratorio termine incendiado?.

La mire con la seguridad que me caracterizaba, caminando hasta su dirección, y tirándole una cachetada por amenazas tontas; era demasiado tonta y descerebrada para darse cuenta de su posición en la vida, si gustaba jugarme sucio, yo conocía varios, y suficientemente bien.

EL CHICO DE LOS OJOS AZULES [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora