°•30 Días De Parejas•° - Countryhumans

𝔻𝕚𝕒.26|ℂ𝕒𝕤𝕒𝕟𝕕𝕠𝕤𝕖

Pedido de: milanwi

Ship: Emiratos Árabes Unidos x México (BL)

No canon en mi UA.

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El árabe miraba de un lado a otro si todo estaba preparado. No era un boda religiosa por los choques culturales entre el y su prometido.

Había decoraciones, asientos, un pastel y toda esas cosas que hay en una boda la diferencia es que no habría alguien más que un juez que los uniría en matrimonio.

Tratando de acomodar su corbata en busca de relajarse terminó por enredar el nudo.

—Algo tienen ustedes los hombres con las bodas y las corbatas—se escuchó la voz de Jordania acercándose en ayuda.—Egipto pasó por el mismo problema.

Ajusto el nudo para cómoda el saco avergonzado al emiratí.

—Yo puedo solo—trato de alejar a la mujer.

—Lo mismo me dijo Líbano y tú sabes que la novia hasta le tuvo que acomodar el anillo—dio unos últimos toques para mirar con ojos lagrímosos al hombre más alto.—te deseo suerte y felicidad en esta nueva etapa de tu vida.

—Gracias Jordania—no resistió en darle un abrazo a la mujer menor.

—No hay de que—correspondió.—ahora ve, que tu pareja te espera.

El hombre asintió con la cabeza para caminar hacia un salón pequeño donde el juez los esperaba.

México tenía una traje de color blanco y una corbata negra; como poco se le acostumbraba ver, su cabello estaba bien organizado.

—Nos encontramos aquí para celebrar la unión de Estados Unidos Mexicanos y Emiratos Árabes Unidos—empezó con un breve discurso; sentado en una mesa con una pluma en mano continuó hablando.—intercambien sus votos.

El juez con sus manos señaló a la pareja, loa dos se miraron nerviosos y con las emociones al mil. Aunque el árabe era quien quería hablar primero México le ganó.

—Yo México, te quiero a ti Emiratos Árabes Unidos como mi esposo y me entregó a ti, prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza—hizo un breve pausa para tomar aire.—Quiero amarte, respetarte y permanecer a tu lado todo los días de mi vida.

El oriental aguantaba las lágrimas que ya estaban por salir como agua en tubería dañada, de a gotitas.

—Sigue usted—el juez señaló al árabe.

—Yo. . . Yo Emiratos Árabes Unidos prometo quererte y estar a tu lado en los momentos en que tu más me necesites, ser incondicional contigo y amarte hasta que la misma muerte nos separe.

Dichas las palabras, el juez les dio una certificado un pluma para firmar.

Ambos se dieron una mirada enamorada y llena de un profundo amor para firmar la hoja.

—Pueden celebrar y besarse—el juez no pudo terminar su discurso por que ya el mexicano se le avalanzo al árabe.

Juntos salieron de la pequeña habitación con el certificado en mano llegando hasta donde los invitados los esperaban. Los gritos de celebración junto a lo silbidos se escucharon por toda la sala.

—¡beso!—empezó el argentino animando a los demás a continuar.

—¡BESO!—la sala al unísono empezó a gritar poniendo rojo a EAU.—¡Beso!

El oriental miró a el mexicano ahora su esposo.

—¿Estos es normal para ustedes?—preguntó tomando las mejillas del más bajo.

—Depende—pasó sus brazos por el cuello del árabe.

—Pues me gusta—le dio un beso corto para repetir varios por la mejillas del americano.

—¡Viva el amor!—gritó Palestina emocionada por la ocasión para luego taparse la boca.

—¡Eso bebé, alócate!—gritó el chileno al ver como el su amigo jalaba de la corbata al árabe para que quedara a su altura aunque la diferencia de tamaño no era mucha.

Los novios se separaron para ver como México si iba a un lugar a buscar algo y volver con un oso de peluche color blanco.

—Amo las tradiciones pero esta vez quiero hacer algo nuevo—se puso enfrente de todos.—ya se la saben.

Jugando con varias de las invitadas y también incluyendo hombres lanzó de una vez por todas el oso de peluche que lo agarró con fuerza y garras Guatemala.

Después de una fiesta bastante loca por parte de todo el mundo, los esposos llegaron a la famosa habitación nupcial sentándose en la cama tomados de la mano.

—Por fin se logro—murmuró el mexicano.

—Así es cariño.

—Somos esposos—soltó la mano de su pareja llevar sus manos a sus mejillas rosadas.—es tan difícil de creer.

—demasiado pero ahora—levantándose tumbo al norteamericano en la cama.—aprovechemos cada minuto juntos.

—Claro mi amor—soltó una risa juguetona.

La noche fue divertida para ambos, muy divertida, quizás demasiado divertida. . . . .

—¡¿Cómo demonios rompieron la cama?!—Arabia Saudita llevo sus manos a su cabello mientras que el matrimonio lo veía rojos.

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Espero les haya gustado mucho, nos vemos.

Palabras: 813.