kayn x zoe

Día cuatro

Perdido en sus pensamientos, caminando hacia el humilde hogar, unos dedos inocentes punzando su espalda.

-Bip, bup ,bip bip, bop. Llamando al chico de las sombras...¿Ya llegamos?

-Si, tal vez si dejarás de juguetear y hubieras abierto un portal hacia alla, hubieras ahorrado tiemp-

-¡¡No!! ¡Le quita toda la onda!

"POR LO MENOS HAY ALGO PARA MI, ME ENCONTRABA SEDIENTO."

"No confundas la misión con tu sed de sangre, Rhaast."

El sendero se perdía entre la jungla, los pies de Zoe dejaban caer pedazos de tierra húmeda, cambiaron de color, ahora eran marrones. En cambio los pies de Kayn eran completamente morenos llegando a negro llenos de piedritas incrustadas, y tierra, el joven guerrero ya estaba acostumbrado.

Zoe dejo de juguetear con la espalda del muchacho y volteó, solo estaban ellos y un pequeño mercador a lo lejos yendo en la misma dirección, se giró y contemplo la ruta que seguían. 

-Ahh, ya veo las casitas, se ven muy tiernas. Muy coloridas. ¿Porque  la tuya no es tal como aquellas, Kayn?

Kayn se giró para mirarla, deslumbrando un semblante despreciable, frunciendo el ceño, las comisuras de sus labios bajaron, marcando las líneas de expresión.

Zoe se sobresalto pero recupero la compostura como un colibrí. 

Él sonrió, burlón, deshaciendo su cara de viejo malhumorado. Ella respondió a su sonrisa, devolviendo el gesto.

Ambos vuelven a concentrar su mirada al camino, las cabañas ya se hacían notar, parecían ser raíces de árboles formando una cúpula, era una mezcla híbrida entre construcción y la formación natural de los árboles.

-Jonia no deja de sorprenderme, definitivamente uno de mis lugares favoritos.

Un ser con orejas largas y pelo suelto en las puntas. Se acerca silencioso hacia ambos.

Zoe lo nota por el rabillo del ojo y lanza ágilmente un burbuja somnífera, siendo esquivada con facilidad por el ser humanoide.

-GOOOoooh-...¡Injusto! ¡Alerta trencitas!

Kayn toma una posición defensiva, empuñando la guadaña con ambas manos, suelta un suspiro mezclado con gruñido.

El vastaya llega hacia el guerrero en un parpadeo y con una mano presiona la guadaña, bajándola con gentileza.

Las pupilas del guerrero se dilatan, y apuntan hacia el ser mítico con precaución. 

-Tranquilos viajeros, los guiaré a la casa del hombre Hans, toda la aldea sabe quien llega y se va. Ustedes ya eran visita esperada.- Confiesa con tranquilidad, haciendo contacto con ambos mediante la mirada, y saltar con agilidad hacia delante para guiarlos.

-Kayn...-murmura la pequeña, aprovechando para codear presurosa la cintura del chico.

Él se inclina demasiado para estar a su nivel.

-¿Que?

-¿Como sabemos que no nos miente?

-Puedo asesinarlo en cualquier momento. No necesitamos saber que miente.- Afirma seguro, exhalando aire caliente, en la oreja de la adolescente.

-¡Eugh! Ok, entiendo, no debes de acercarte tanto.- exclama con asco dando manotazos en el aire.

-Mhm.- se mofa, recuperando su postura.

-Ambos no deben de temer, solo soy un mero vigilante, trato de proteger esta pequeña comunidad de invitados no deseados.

El ser antropomorfo camina con sutileza,  arrastrado por el sendero.

Kayn se percata de una insignia noxiana en el hombro derecho del vastaya.

"Los noxianos no se cansan de infectar a Jonia por lo que veo"

"CREO QUE SIEMPRE ESTUVO EN SU SANGRE SER UNA PLAGA, KAYN"

"Silencio"

Paso izquierdo

Paso derecho

Paso izquierdo

Paso derecho

. . .

Acaso ella me llamo...¿Trencitas?