despues de lo que puede ser uno de los mejores momentos de mi vida, simplemente sucedio, la musa de mi vida desaparece sin dejar rastro alguno restando solo un par de semanas para culminar el año, fue tan repentino que la simple idea no entraba en mi cabeza.
Ahí estaba sentada yo en el suelo, abrazando mis piernas en silencio sentía como mis ojos ardían anunciando las lágrimas que amenazaban por salir, suspiré y limpie mis ojos, era preocupante el poder que tenía esa mujer sobre mi, el simple hecho de saber que no estaba ahí, me dolía.
-chamo quita esa cara dios mio- dijo dayana dándome un golpe en la nuca.
Ella se sentó frente a mi y hizo un puchero, yo simplemente le sonreí.
-esta es Mariangel?- dijo un chico que se encontraba sentado junto a nosotras y yo apenas notaba su presencia.
Dayana asintió repetidas veces mientras le sonreía a aquel chico.
Lo mire con los ojos entrecerrados unos minutos, se me hacía conocido, nunca había cruzados palabras con el pero, juraba haberlo visto, caminando por los pasillos y hablando con algunas personas de mi salón, ahí su nombre vino a mi mente.
-Sebasthian, no?- dije con duda.
-Ese soy yo- sonrio.
Había algo en la forma de expresarse de este chico que me hizo sonreír, un poco de calma en medio de la tormenta que era mi mente.
Solté una sonrisa débil y comenzó a hablar con este nuevo amigo, alguien ajeno a toda la situación que toma mi mente, era refrescante.
El final del recreo llegó y yo me sentía ligeramente mejor, aún mi morena hermosa corría por mi mente, pero ahora sin tanta resonancia.
Pase la siguiente semana en compañia de dayana y de sebasthian, se habian convertido en mi apoyo.
-brindame- dijo dayana haciendo un puchero.
-mariangel, prestame atencion- chasqueo sus dedos frente a mi, finalmente aparte mi vista del punto muerto y le di un empujon en broma.
ella me lo devolvio y entre empujones llegamos a la cantina, aunque no lo dijera, aunque no lo expresaba me sentia vacia, si me preguntas que habia hecho una hora antes, no tendria una respuesta, no lo recordaba habia caido en la monotomia de la vida.
-mariangel- llego sebasthian abrazandome por la espalda, el era ese tipo de persona cariñosa y en lo personal me gustaba que fuera asi.
le sonrei y le revolvi el cabello, cosa que el odiaba y yo solo hacia molestar, era graciosa la forma en que se arreglaba el cabello, justo como ahora.
-te queda exactamente igual, lo sabes?- dije mientras negaba con la cabeza
-callate mariangel- dijo con fingida molestia.
estaba feliz de tener a sebasthian y a diana, que fuera de mi sin ellos.
en esos dias, adopte la costumbre de hacer llamada todas las tardes con dayana, hablando de cualquier tonteria, tanto ella como yo evitabamos el tema de la morena, aunque yo decia -ya nada con ella- sabia que ella me creia menos de lo que yo lo hacia, pero queria tener algo a lo que aferrarme para no ahogarme tan rapido, esa tarde de llamada sucedio algo, singular.
-hable con sebasthian- comenzo dayana.
-y que dijo?- dije mientras encontraba un lugar comodo para colocar el telefono.
-dijo que si seria capaz de darte un beso-agrego diana.
-que?- dije con la boca abierta
-si eso me dijo, que desde los 15 de sara te tenia ganas-
fue como volver en el tiempo, sebasthian no era un total desconocido claramente recordaba mi encuentro con el en los 15 de sara.
-no veo los mensajes- dije riendome
-y tus lentes?-dijo sebasthian riendo por mi expresion de señora con graves problemas visuales.
-en mi cartera- antes de que pudiera decir algo mas, el tomo mi cartera y me paso mis lentes.
-gracias- dije colocandome mis lentes, estaban sucios pero eran suficiente para mi, pestañe varias veces adaptandome a la luz y por primera vez note lo cerca que estaba sebasthian de mi.
tome mi telefono y escribi a mi tia que ya estaba lista y que me viniera a buscar, ya todo habia terminado, las luces estaban encendidas y un ligero silencio inundaba el lugar, le regale una sonrisa a sebasthian mientras este se recostaba suavemente sobre mi hombro, era un peso agradable y no podia negarlo era reconfortante.
tenia mi vista en mi telefono pero podia sentir los ojos de sebasthian sobre mi, estuvo asi hasta que fui, de hecho me tome una foto con el, pero hasta ahora ese recuerdo volvia a mi mente.
-mariangel, mariangel- dijo dayana a travez del telefono sacandome de mi lluvia de recuerdos.
-entonces que dices tu?-agrego
-entonces, el quiere darme un beso?, un beso y ya?-pregunte.
-si, solo un beso, nada mas- dijo dayana.
esperen, siquiera lo estaba considerando?, pue si, lo estaba considerando despues de todo era solo un beso nada mas.
-yo no me niego- le dije a dayana riendo
-ya se lo voy a decir- dijo riendo de forma siniestra.
yo me limite a reirme, aunque en el fondo me preguntaba que carajos estaba pensando?, yo no hacia ese tipo de estupideces.
el fin de semana estaba haciendo mi llamada obligatoria con diana, cuando pregunto -puedo unir a sebasthian a la llamada?- lo pense unos segundos pero finalmente dije que si.
-hola mi gente latino- dijo el enrulado apenas entro a la llamada, con su tipico tono carismatico.
este chico es el tipo de persona que te hace feliz simplemente existiendo, lo queria mucho, estuvimos hablando, cantando y riendo hasta el amanecer, eramos un buen grupo de tres.
-voy a dormir people- dije mientras me estiraba en mi lugar, ligeramente adolorida por haber estado mucho tiempo en el mismo lugar.
-chao- dijeron ambos al unisono.
colge la llamada y me quede en silencio, admirando la oscuridad y el silencia, sentia algo, algo fuerte pero no me explicaba que era, pero si sabia a quien se debia.
morena, nunca piensas dejar a mi mente descansar?
....
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Enamorandome Del Azul
Novela Juvenil(sin corregir) Esto no es una historia de amor. tras la perdida de un gran amor, nuestra protagonista piensa que nunca volvera a enamorarse, pero las vueltas de la vida la atan a una chica, lograra ser feliz?