Capitulo 1

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"De ninguna manera mamá". Soplé en el teléfono, claramente agitada

"Vamos, Maddie. Es solo una vez. Hoy trabajo hasta tarde y nos sirve el dinero extra." Mi mama suspiro en el teléfono, su tono suavizándose.

Mi mama tenía 2 trabajos para mantenernos a ella y a mí. Uno era en una oficina para algún negocio, y un segundo trabajo como la ama de llaves para una mujer rica del vecindario; Sra. Louise. Es decir, no me malinterpreten, Louise era una mujer muy agradable. Ella era casi como mi propia abuela, pero algo sobre aspirar el polvo de esa enorme casa no sonaba muy lindo, especialmente en el primer día de las vacaciones de verano.

Me quejé apenas, cambiando de oreja mi celular. "Bien lo haré, solo porque te amo"

"Gracias cariño. Ella dijo que estés allí a las 3. Estará fuera por el fin de semana y dijo que dejoó un cheque en el mostrador. Y tu tendrás la mitad, lo prometo."

"De acuerdo, está bien." Sonreí, y mi humor cambio.

"Te amo"

"Te amo más. Adiós" Corte la llamada, arrojando el celular a mi cama.

Mi madre había sido la única persona quien había derribado mis muros. Ella era mi roca. Luego de que mi padre se hubiera ido cuando tenía 11, me cerré. No podía entender realmente que ocurría, pero sabía que no era algo bueno. Sabía que no estaba bien. Perdí interés en todo lo que una vez amaba, mis amigos se convirtieron en extraños, y me perdí a mi misma. Construí estas barreras a las que nadie podía atravesar, así que cuando mi mama finalmente lo hizo, comencé a ver la luz en mi vida. Pero hasta este día, apenas puedo confiar en alguien, usualmente aparto a la gente antes de poder conectar. Las únicas personas que tengo en mi vida son mi mama y mis tres mejores amigas; Julia, Lue y Annabel. Ellas han estado conmigo desde el principio y fueron capaces de aguantar hasta, bueno, ahora. Ellas me ayudaron, y mucho. Y nunca podré agradecerles lo suficiente.

Miré hacia el reloj en la pared, eran ya las 2:30. Resoplando por tener que ir a trabajar, decidí cambiarme por ropa que no me importaba ensuciar. Busque entre mis cajones, sacando una remera negra y unos shorts azules de jean. Trote al baño, soltando mi cabello castaño de la trenza que antes tenía dejándolo sobre mis hombros. Aplicando maquillaje y poniéndome mis zapatos, me dirigí hacia la puerta y caminé a mi auto.

Tiré mi bolsa hacia el asiento trasero. Leí la dirección garabateada en el cuadernito de notas que mi madre tenía, esforzándome por leer la mala caligrafía.

Luego de conducir por unos 10 minutos, aparqué en la entrada de una hermosa mansión color blanco. Alcancé mi bolsa e ingrese el código de entrada dirigiéndome hacia adelante por el sendero de cemento. Mi mama dijo que podría entrar directo considerando que no había nadie en la casa y que la llave estaba sobre el marco superior de la puerta.

"Mierda." Murmure para mí misma. El marco estaba muy alto para que yo lo alcance, así que me estiré todo lo que mis brazos y piernas me permitían para alcanzar las llaves.

"Um, necesitas ayuda?" Una desconocida vez pregunto detrás de mí.

Salté ante la pregunta porque se suponía que nadie estaba aquí. Me dí la vuelta, mirando al chico a mis espaldas.

"Creo que la pregunta es, qué haces tu aquí? Cómo entraste?" Mire su alta figura de arriba abajo, notando que él estaba usando jeans negros en verano.

El rodó sus ojos y empezó a buscar en su bolsillo trasero. Yo crucé mis brazos sobre mi pecho, no muy contenta con su gesto.

Vi como sus cejas se juntaban mientras sus dientes mordían su labio inferior.

Walls | Michael Clifford {Español}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora