Capítulo 13

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Era una mañana perfecta, para ser honesta. Mi ventana estaba abierta dejando que la luz del sol brille por las cortinas. Tenía una sabana en mis piernas y mi laptop en mis muslos. En mi mano derecha tenía una taza de café y con la mano derecha movía el cursor para leer lo que había en mi pantalla.

Eran las 9am en un domingo y no me importaba que mi cabello fuera un desastre, ni escuchar a los niños en la calle gritarse por una bicicleta. Disfrutaba la paz que tenia, era felicidad pura.

Hacia esto una vez cada dos semanas, solo me sentaba n la comodidad de mi habitación para despreocuparme, era como mi escape para liberar estrés, pero no había estado tan estresada últimamente.

Salí de mis sabanas para ponerme una sudadera negra bastante familiar que me seguía negando a devolver. Todavía tenía su perfume, y la verdad creo que ni el sabia que todavía la tenia, pero no es como si yo quisiera dársela devuelta. Al menos no sin pelear.

Mi bolsillo delantero comenzó a vibrar y alcance mi celular. Antes de poder decir hola, escuché una voz muy familiar del otro lado.

"Ashton me plantó hoy así que te voy a llevar a desayunar."

"Buenos días a ti también, Michael. Y porque ibas a ir en una cita con Ashton?" Pregunté. Hasta podía verlo rodar sus ojos, sin notar mi comentario sarcástico.

"Eso no importa porque ahora voy a ir en una cita contigo."

"No es una cita." Respondí apresurada.

"Qué? Compartir con unos panqueques y café no es suficiente para ti?" Dijo, tratando de sonar ofendido.

"Sigue sin ser una cita." Bromeé. Lo escuché reír del otro lado, causándome una sonrisa.

"Estaré allí en 10 minutos, te conviene estar lista."

"Alguien está en demandante hoy, pero lo estaré" Nos despedimos y corrí escaleras arriba para vestirme.

Como no tenía ganas de prepararme demasiado, solo me puse unos shorts, dejando la sudadera y até mi cabello en un moño desordenado. Puse un poco de base en mi rostro y mascara en mis pestañas.

Mientras estaba terminando de ponerme unas sandalias, escuché como abrían la puerta de entrada.

"Oh Maddie!" Michael gritó. No podía tocar como una persona normal?

Salí de mi habitación para verlo al final de la escalera.

Realmente irrumpiste en mi casa así?" Pregunté con una mirada desaprobadora.

"Realmente me preguntaste eso? Me conoces mejor que eso, claro que lo hice." Me sonrió, observándome mientras bajaba la escalera.

Dejé de bajar en el anteúltimo escalón, quedando un par de centímetro más alta. Puse mis manos en sus hombros y le sonreí.

"Tienes suerte de no ser molesto a la vista." Le di una palmada en su hombro y me hice paso lejos de él.

"Y eso que se supone que significa?" Preguntó confundido mientras me seguía a la puerta.

"Significa que no me hago más joven ni menos hambrienta, así que vamos!"

-

Michael me había llevado al mismo lugar que habíamos ido la mañana luego de conocernos, incluso nos sentamos en el mismo lugar al final del lugar.

Estaba poniendo bastante jarabe en mis panqueques cuando me di cuenta que Michael me miraba fijo. Su cabeza estaba cobre sus manos entrelazadas, y sus codos sobre la mesa. Bajé la botella y lo miré curiosa.

Walls | Michael Clifford {Español}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora