⋆｡˚୨ La Niñera ୧˚｡⋆ ˗ˏˋ☭ ×🇨🇴 ˎˊ.

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El moreno sostenía a Azerbayan quien era el único bebé despierto en la casa  a la vez  subía las escaleras en dirección a la oficina del jefe,  pues ayer se le olvido llevarse el dinero a casa.

—  Hambre— Colombia estaba agotado de  escuchar eso. El niño azabache  mordia su puño y babeaba inocentemente nin parar de mirarlo.

Pero el de ojos rojos acababa de cenar hace poco y lo estaba retrasando. Ya que no podía irse sin llevar a dormir a ese  bebé.

《 Vete a acostar, chino. Yaaaa》

Tocó la puerta de la oficina un par de veces y luego el curioso azerbayan con la audacia que lo caracterizaba golpeo la puerta también,  mostrando sus rosadas encías qué ya avisaban la salida de otros pequeños y débiles dientes además del canino que ya estaba adornando su pequeña boca.

— Hota... HOTA!— Empezó a gritar eufórico y Colombia podía sentir que en cualquier momento despertaría a sus hermanitos pequeños.

El de ojos negros lo despego de la puerta  y empezó a decirle que guardará silencio.

— Xi!— Dijo determinado mientras ponía una de sus pequeñas manos en sus boca indicando que no diría nada.

A Colombia le pareció tan tierna esa acción que no pudo evitar soltar una risa.

《 Parce, ¿cómo puede ser tan lindo?》

Y justo vio como la puerta se abría dejando ver a un pelinegro erradiando esa fría aura de siempre.

Urss al ver a ese niñero riendo y mostrandole un rostro tan cálido a su hijo sintió que su corazón se volvía pesado . Carraspeo su garganta y Colombia volteo su cabeza junto a Azerbayan dejando ver ese brillo tan hermoso en sus ojos.

El bebé en brazos no tenía ni un rasgo físico de Colombia en él, pero si que eran iguales. Tan amorosos.

— Señor, ¿y el sobre?— Pregunto directo pero Urss solo se aparto dejandolos pasar.

—¿ No quiere un té?— Colombia quedo en blanco.  La última vez que ese hombre le ofreció algo las cosas no terminaron muy bien, pero estaba bien . Después de todo tenía a Azerbayan.

Ambos entraron y Colombia se sentó en el sillón mientras que el bebé empezaba a decirle al oído al mayor que tenia hambre.

《 Barril sin fondo》

Colombia solo le apretó las mejillas al niño quien se quejo e intento morder al cafetero como si fuera un cachorro molesto. Urss al ver eso solto un bufido y sirvió el té.

Azerbayan al sentir la mirada de su padre se quedo quieto, mostró sus cejas fruncida y su claro resentimiento.

— Señor Ivanov,  Veo que le gusta mucho el trabajo.  Diría que nació para ser niñero en vez de tutor — Dijo tranquilo y Colombia no se espero que aquel hombre quisiera iniciar una conversación con él.

Así que sorprendido solo respondió.

— No es eso, señor unión. Sus hijos son realmente encantadores—  Alego mientras se inclinaba para tomar el té qué estaba servido en la pequeña mesa.
Los ojos curiosos del niño se abrieron inmensamente al ver esa extraña bebida — Hacen que un inexperto como yo parezca una hábil nana— Siguió comentando y ante la curiosidad de niño le acercó el te a su nariz y él,  al sentir el perfumado aroma hizo una mueca de asco sacanadole una sonrisa al moreno.

Lo que había  dicho era una mentira combina con la verdad. La primera vez que tuvo que cambiar un pañal casi se muere, ahora puede hacerlo incluso con Bielorrusia en brazos.