⋆｡˚୨ La Niñera ୧˚｡⋆ ˗ˏˋ☭ ×🇨🇴 ˎˊ.

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Colombia apretó su maletín sin percatarse de que un carro brillante y negro estaba a su espera. Los hombres quienes estaban recostados en el coche al ver salir al cafetero  suspiraron aliviados y empezaron a acercarse.

Colombia no tardo mucho en darse cuenta que lo seguían. Varios hombre de negro iban tras el y el moreno se tenso.

《 Asi que a esto se refería la gringa 》

El moreno al recordar las palabras dichas por Usa, suspiro. Eran hombres mandados por México para golpearlo.
Si los atacaba o hacia algo sospechoso el mexicano iba a saber que no era un simple niñero.

No podía ni matarlos.

Así que solo se giro de golpe asustandolos por el repentino movimiento.  Quedaron estáticos y Colombia se rasco el puente de la nariz.

— Oh, miren un capitalista!— Grito derrepente haciendo que los matones se giraran para ver donde señalaba el cafetero.

Y enseguida que dejaron de observarlo Colombia empezó a correr. No quería ser golpeado, su rostro era muy hermosos para ser hecho añicos. Además, posiblemente le saquen los ojos con el pretexto de quitarle las lentillas. Que por cierto podrían descubrirlo si lo atrapaban.

El cafetero corría como si no hubiera un mañana, se metía a callejones que nunca antes había estado. Como si estuviera en un laberinto intentando perder de vista a sus posibles secuestradores y homicidas.

Sujetaba el maletín en su pecho y no miraba hacia atrás. 

《 Puta vida》

Al pasar por uno de los callejones vio como el carro que estaba parqueado antes en la casa de la unión lo seguía entre calles también.

Estaba jodido. Y lo estuvo aun más al ver  la reja metálica puesta en medio del csllejon y no lo dejaba cruzar a la otra acera.

— Yo soy el ser más salado de este hijueputa mundo— murmuró.

Fácilmente podría saltarla pero los otros mercenarios irían corriendo como  hormigas en busca de azúcar a contarle al de ojos ámbar que el dulce niñero podía saltar rejas como si fueran muros fronterizos.

Los hombres rápidamente lo tomaron y pusieron un pañuelo blanco en sus rostro.

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Colombia abrió los ojos con pesadez, intento moverse pero estaba amordazado. Sus manos estaban amarrados contra los brazos de las sillas y sus pies también en la misma situación.

No tenía zapatos y hacia mucho calor.
Estaba en una bodega mientras sentía que se estaba derritiendo.
Enfoco la vista y pudo oír como los hombres hablaban entre ellos.

— Te digo que hay que esperar a que llegue la jefa. Como chingas—

—  Si ya esta amarrado. Empecemos a hacerlo hablar. Quizás y nos den un poco más de propina—

—  A ver, quédense quietos. El patrón no nos mando aquí para hacer el trabajo sucio.  — interfirio el tercer hombre  haciendo que Colombia se quedara pasmado.

Así que eran sicarios del propio mexicano.  Usa se va a poner tan feliz. Si es que logra salir de aquí para contarle.

— cállense— Comento la mujer quien abrió la puerta metálica de la bodega haciendo que el moreno sintiera sus ojos arder por el repentino cambio de luz— Como ladran estas putas.

Colombia abrió sus ojos de par en par. La rubia sexy del supermercado.

— Jefa!.

Uno de ellos empezó a suspirar aliviados. Pero esta de inmediato al ver al moreno amordazado río.