.

28 1 0
                                    

parte 2.

Iba cumplir quince años, él ya tenía dieciocho, era tan imposible de tantos ángulos distintos.

Iba en el mismo salón de mi hermano, él sugirió que fueses mi fotógrafo e hiciéramos una sesión casual para probar tu trabajo.

Yo simplemente dije de acuerdo. 

Jamás imaginé todo lo que esto conllevaría. 

Era tan curioso, sus expresiones... Siempre que dudaba de algo agregaba  "Me parece que..."

O ese movimiento extraño de su mano para indicar que pase primero y ni hablar de la seguridad con que podía decir cualquier cosa, admito, me comenzabas a gustar.

Yo quería una sesión de fotos urbana.

No quería maquillaje excesivo, ni ropa elegante, aparentemente quería algo muy sencillo.

Tardamos mucho en tomar la primera foto, él se relajaba con el paso del tiempo y yo me ponía más nerviosa, ansiosa, cohibida.

Me hacía reír mucho, risa de nervios y carcajadas largas.

Le pedí que tomara una foto, lucía tan hermoso...

La situación empeoraba, me intimidaba su enorme seguridad, y yo... Yo me hacía más pequeña cada segundo.

Respiré y suspiré continuamente y tomó la primera foto.

Me escondí detrás de un árbol aparentando timidez, (no fue difícil aparentarla)

Lo difícil era no capturar mi atención en él, no sentirme especial cada que me miraba o decía algo alentador y esa perfecta paciencia para escucharme, nadie me había hecho sentir única al mismo tiempo que sabía que era insignificante y él... él , él siempre sabía.

I L U S I O N E S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora