(c u a t r o)

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Después de la sesión fotográfica me convencí a mí misma que lo mejor era alejarme.

Dejarte ir, soltarte.

El hecho de que me aferrara a unas absurdas ilusiones sólo terminaba dañándome cada vez más.

Así que acepté la idea de lo patético que resultaba seguir insistiendo.

Acepté tu realidad y la mía.

Acepté  tu presente.

Acepté el hecho de que estabas escribiendo una historia con alguien más, cuando yo escribía sobre ti.

Acepté darle vuelta a la página.

Porque aún no estaba lista para cambiar de libro.

Me gustabas, me gustabas mucho.

Y yo, yo sabía que esto no era recíproco.

Qué ridículo sería seguir fantaseando con que tus ojos me miraran, sabiendo perfectamente que eso jamás pasaría.

Fue duro.

Conocer a alguien tan increíble y darte cuenta que esa persona ya conocía y tenía a su lado a alguien increíble.

Pero no fue imposible.

Pude conllevarlo.

Me liberé de esa sensación repetitiva que habitaba en mí ser.

La esperanzadora idea de que te gustaba, cuando sabía que no era así.

Decidí superarte, porque después de todo, tenía que aprender a vivir sin tus ojos, tus hermosos ojos verdes.

I L U S I O N E S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora