I L U S I O N E S.

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Deje de esperar tus mensajes.

Deje de querer iniciar las conversaciones.

Dejo de doler.

En planes había dos sesiones en mentes, la casual y la formal.

Aún estaba en proceso la segunda y hablábamos casualmente de ella.

 Cuando descompuse mi celular, perdí cosas valiosas en el, pero la cuestión es que tuve que alejarme estrictamente de ti.

Eso me ayudó a que las cosas fluyeran, tú jamás te conectabas en facebook y yo no era de las que suelen iniciar las conversaciones.

Pasaron varios días.

Hola Ana, me dijiste...

Mi whatsapp te extraña.

¿Cómo estás?

¿Ya está listo tu vestido?

¿Por qué tus letras removían cosas en mí?

Decidí ignorarlo y obligarme a mi misma a no responder.

No quería que volvieras a escribirme.

Porque yo no quería volver a escribir sobre ti.

Ya no.