¿Estas bien?

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Narra Jack
Mi papá y yo hicimos caso a lo que Hipo nos pidió y lo seguimos, la casa era enorme, era muy hermosa, las paredes de color azul pastel y el piso blanco, pasamos por varias partes de la casa hasta que por fin llegamos con mi abuela, estaba sacando galletas del horno, eso lo sabia porque toda la cocina olía a chocolate -Hijo, Jack ya están aquí- dijo mi abuela sonriendo, puso la bandeja en la mesa y se acercó a saludarnos, era tal y como la recordaba, su cabello blanco, sus ojos azules y su voz suave y amable, primero me saludo a mi dándome un fuerte abrazo y luego depositando un beso en mi frente, después saludo a mi padre, se dieron un abrazo y mi abuela le dio un beso en la mejilla -Te extrañe mucho madre- expresó mi padre tomando de las manos a mi abuela -Yo también los extrañe mucho hijo- le dijo mi abuela.

Narra Hipo
Llegamos a donde estaba la señora Paula, ella estaba sacando galletas de chocolate que había hecho, todos los días hacia galletas pero estas eran sumamente especiales ya que eran para su nieto que no había visto en 10 años, la señora Paula se acercó a sus familiares y los abrazo, era realmente enternecedor ver ese reencuentro familiar, pero algo que llamaba mucho mi atención era la gran sonrisa en el rostro de Jack, se notaba que adoraba a su abuela y que la había extrañado demasiado -Jack te hice tus galletas favoritas- le comento la señora a su nieto, el cual al oír eso se dirigió hacia la bandeja y empezó a comerlas, tenía demasiadas ganas de tomarle una foto a la expresión de Jack, realmente estaba disfrutando esas galletas -Hipo, ¿quieres?- me pregunto el peliblanco ofreciéndome una galleta que tenía en su mano, camine hacia él y tome la galleta de su mano, otra vez me estremecí, me encantaba sentir mi piel tocar la de Jack -Gracias Jack- le agradecí al peliblanco.

Narra Jack
Le ofrecí una galleta a Hipo y el la acepto, cuando nuestras manos se tocaron sentí mi cuerpo vibrar otra vez, no se que tiene ese chico que siempre que nuestras pieles se rozan me estremezco -Gracias Jack- me dijo el castaño -De nada pequitas- le dije en tono burlón y con una sonrisa de lado, Hipo rápidamente se sonrojo, era la segunda vez que pasaba y me seguía pareciendo lo más adorable del mundo.

Paula: Hiccup hijo le podrías mostrar a Jack su habitación en lo que yo hablo con mi hijo, por favor

Hiccup: Claro señora Paula, sígueme Jack -recogí una maleta para ayudar a Jack-

Jack: Gracias "Hiccup" -reí ya que no había escuchado el nombre completo de Hipo-

Paula: En 40 minutos estará la cena, Hiccup te quedas a cenar?

Hiccup: Será un placer señora Paula

Paula: Bueno, acomoden las cosas y bajen

Jack: Si abuela

Después de esa pequeña platica Hipo me guió a las escaleras y de repente se tropieza, fue como ver un jarrón invaluable a punto de caer y romperse en pedazos, rápidamente solté las maletas y lo atrape, tenía a Hipo entre mis brazos, desde este punto de vista se veía realmente hermoso, me le quede mirando unos segundos hasta que rompí el silencio -¿Estas bien?- le pregunte al pequeño, pero el tardo unos segundos en responder y note que estaba totalmente sonrojado -S-Si, mu-muchas gracias por evitar que cayera Jack- me contesto tartamudeando y después seguimos caminando, Hipo ya había subido 2 escalones cuando de repente otra vez se tropieza pero esta vez en vez de caer para adelante cayo de espaldas y de nuevo lo logre atrapar -Sabes que, haremos esto- cargue a Hipo como un héroe carga a una princesa o en este caso príncipe y subía a Hipo por las escaleras, no quería por nada del mundo que ese pequeño llegara a caerse de ellas -Ja-Jack esto no es necesario enserio- expresó el castaño todo sonrojado -No me voy a arriesgar de que te tropieces y caigas por las escaleras, además no me molesta hacer esto- le dije sonrojado y era cierto no me molestaba en lo absoluto, Hipo no pesaba y me agradaba sentir su cuerpo tan cerca del mío -Bueno ya subimos las escaleras, ahora iré por mis maletas- le avise al castaño y segundos después lo baje de mis brazos -Jack lo siento, en vez de ayudarte solo estoy siendo una molestia -dijo apenado el menor -Molestia? Claro que no, realmente me agrada estar cerca de ti- Me sonroje al decirle eso a Hipo y el también se ruborizó, baje por mis maletas, primero subí dos y luego subí la tercera -Déjame ayudarte con una- exclamo Hipo sonriendo tomando una de las maletas -Pero no te vayas a caer pequitas- dije riendo y tomando las otras dos maletas e Hipo soltó una pequeña risa debido a mi comentario, volví a escuchar esa risa tan hermosa que tiene -Tu cuarto es por acá- dijo Hipo guiándome hacia una puerta, al abrirla pude ver el cuarto, era grande, era de un color blanco azulado, tenía un balcón con vista al río, había un clóset de madera realmente hermoso, una cómoda blanca, había un buro azul al lado derecho de la cama con una lámpara y la cama era enorme y no resistió aventarme en esta -Jajaja parece que te gusto tu habitación- dijo Hipo riendo -¿Gustarme? Me fascino- le conteste con una gran sonrisa -Bueno vamos a desempacar Jack- al decir esto Hipo abrió una maleta y para su suerte era donde estaba mi ropa interior al verla se puso rojo -Lo siento- dijo apenado -¿Porque lo sientes? No es como si me hubieras visto en ropa interior- le comente riéndome y el rió también, empezamos a guardar todo, hacíamos bromas, nos empujábamos a la cama y nos reíamos, parecíamos amigos de toda la vida, cuando me acerque a la cómoda para guardar mi ropa note un dragón hecho de madera -Que hermoso es- comete mostrándole a Hipo el dragón -Me alegro que te haya gustado, lo hice para ti- dijo sonriendo el pequeño -¿Tu lo hiciste?- le pregunte sorprendido y mirándolo a los ojos -Si, es que me gustan mucho las artes y decidí hacerte un regalo y opte por hacerte un dragón de madera pensando que eras un niño de 7 años- me contesto sonriendo.

Te encontré y conocí el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora