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Nami deseaba tener una chaqueta con capucha para ocultar su rostro dea situación

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Nami deseaba tener una chaqueta con capucha para ocultar su rostro dea situación.

Reiju y Robin estaban sentadas en los 2 sillones que se encontraban al lado del otro.

Y ella estaba en el medio.

Y si eso fuera poco, ambas se miraban con odio puro mientras que ella deseaba que todo esto dejara de ser tan incómodo.

Reiju:¿Que hace ella aquí? -pregunto cruzada de brazos.

La de cabello rosado miro a su cuñada mientras que Robin fruncía el seño.

Robin: quería verla -dijo con calma.

Reiju: eso no debe de darle mucho gusto a tu novia -dijo con seriedad.

Nami se tenso ante las palabras de Reiju, no entendía el porque las 2 chicas parecían odiarse.

¿Por qué?.

Robin; Boa Hancock no es mi novia... Es mi ex y ya -dijo seria.

Reiju no cambio su expresión y simplemente miro a la menor que se había mantenido callada todo este tiempo.

Reiju:¿Estás bien? -pregunto preocupada.

Nami: e-estou bien... No te preocupes -dijo con una sonrisa nerviosa.

Reiju: de acuerdo...

La pelirosada se acercó a su cuñada y le susurro algo al oído que Robin no pudo escuchar Pero parecía que dejó a Nami con la cara roja de vergüenza.

Reiju: me debo ir, tengo muchas cosas que hacer, nos vemos.

Sin dejar que Nami dijera algo Reiju se fue dejándolas nuevamente solas, Nami no era capaz de ver a Robin a la cara y Robin estaba confundida.

Robin:¿Eh?.

Nami: ignorala... -murmurro nerviosa.

Robin: okey...¿Necesitas algo? -pregunto curiosa.

Nami:¿Eh? No, no te preocupes... -dijo con una sonrisa.

La menor pensaba en levantarse Pero su cuerpo la traiciona y casi caí al suelo su no fuera porque Robin la había tomado de la cintura para evitar que tocara el suelo.

El rostro de Nami estaba peor que el cabello de su esposo.

Jamás lo noto Pero los ojos de Robin la hacían recordar al cielo, eran tan bonitos y tenían un brillo único que jamás haya visto antes.

Robin: creo que necesitas una ayudita ¿No te parece? -dijo con diversión.

Nami hizo un puchero y miro a otro lado con las mejillas coloradas, no quería admitirlo pero Robin tenía razón.

Robin la tomo estilo princesa y la cara de Nami estaba aún más roja, si eso era posible, y se la llevó al segundo piso con tranquilidad.

Nunca se espero que Robin fuera tan fuerte si era honesta Pero tal parece que se equivocó.

Se sentía extrañamente cómoda en sus brazos y los latidos del corazón de Robin eran una melodía bastante linda.

Nami: aquí, es mi habitación -murmurro nerviosa.

Robin obedeció y entro al cuarto de Nami con toda la calma del mundo.

Nami: disculpa el desorden... -murmurro nerviosa.

Aun seguían algunos materiales del dibujo que había hecho, al recordarlo su rostro volvió a estar rojo.

Robin:¿Dibujas? -pregunto curiosa.

Nami: s-sí... -murmurro nerviosa.

Robin la dejo con cuidado sobre la cama y miro la habitación con tranquilidad.

Su habitación era sencilla.

No había muchas cosas y ella no era fanática de comprarse cosas exageradas, y su esposo tampoco es que le quiera regalar algo.

Robin:¿Puedo ver lo que dibujaste? -pregunto curiosa.

Nami quería decir que no pero la mirada que Robin le dió fue suficiente para aceptar.

Nami: hace tiempo que no dibujo y bueno... No te burles -murmurro nerviosa.

Robin asíntio y Nami se acercó a su armario vacilando en su abrirla o no, soltó un suspiro y la abrió para sacar el dibujo que había hecho.

Robin abrió los ojos con sorpresa por lo que sus ojos estaban viendo, era un hermoso dibujo de ella.

Nami: yo... Verás... -murmurro nerviosa.

No sabía cómo decirle a Robin que pensaba en ella sin sonar extraño.

Robin: es hermoso...

Nami:¿Eh?.

Robin tomo el lienzo con una gran sonrisa en sus labios, Nami no pudo evitar sonrojarse hasta las orejas.

Robin:¿Me lo Puedo quedar? -pregunto curiosa.

Nami: claro... Está más seguro contigo que aquí -murmurro nerviosa.

Robin había escuchado el murmullo de Nami y fingió no haberla escuchado, quería decirle algo pero no quería sonar sospechosa.

Robin: debo irme...¿Estarás bien? -pregunto preocupada.

Nami: no te preocupes... Estaré bien -dijo con una sonrisa.

Robin simplemente asíntio y abrazo con calma a Nami.

Robin: nos vemos -murmurro con suavidad.

Nami: C-claro...

Robin le dió un beso en la frente de Nami y se fue con el cuadro dejando a la pelinaranja con las mejillas al rojo vivo.

Cuando Nami estuvo sola soltó un suspiro y se acostó en la cama, no sabía que haría de ahora en adelante Pero no podía permitirse caer ante la tentación de amar a la pelinegra.

Debía dejar encerrado esos sentimientos para siempre.

Debía dejar encerrado esos sentimientos para siempre

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Continuará

Gracias por leer~.

Mala MujerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora