Capitulo 15

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Había decidido ir a casa de Estef, estaba aburrido y no tenía algo más que hacer.
Toque el timbre cuando llegue, se tardaron en salir a abrir, y sí, era Estef, despeinada y con cara de adormilada.
Me seguía gustando... Aún así. Se veía hermosa.
-Harry, ¿qué haces aquí?-talló sus ojos.
-Quise venir a verte, sólo eso.
Estaba jodidamente nervioso, y no, no debía estarlo. Estaba arriesgandome a que Estef me corriera. Me alivié cuándo me dijo que pasara.
-¿Qué pasa Harry?
-Perdón. Me siento muy mal.
-¿Por qué? ¿Quieres algo para aliviarte?-Sonrio malevolamente-Espera aquí.
Subió y bajo inmediatamente, traía su cartera. Qué chica tan rara. Se sentó al lado de mi en el espacio que sobraba. Sacó marihuana de una bolsa y con papelitos comenzó a hacer cigarros. ¿Marihuana? ¿Qué?
-Estef... No... No puedes.
Le tomé el brazo bruscamente. Quería safarse pero no podía.
-¿Te drogas, Mellow?-Fruncí el ceño.
-Ay Harry, esto sólo es poco, me dijiste que estabas mal, y sólo quería ayudarte un poco. A mí me ayuda mucho. Ya era hora de que lo supieras, somo mejores amigos, ¿no?-Sonrio inocentemente.
Mientras más conocía a esta chica, más me sorprendía. Tenía que ayudarla de una forma u otra.
-¿Quién más sabe de esto?
-Mis amigos, todos. Excepto mi hermano.
Saco un encendedor de donde haía sacado la marihuana y encendió el cigarrillo. Quise arrebatarselo, per se echó hacía atrás.
Se acercó a mí y sopló en mi cara. No, no podía creer lo que estaba viendo.
Estaba en estado de shock. No sabía que hacer.
De un momento a otro comenzó a reír como loca.
Repitió la misma acción de hace un momento.
Logré quitarle el cigarrillo. Tenía los ojos levemente rojos.
-Dame eso.-se abalanzó hacía mí. Me levanté del sofá.
-No puedes seguir haciendo esto. Está mal, ¿sabes? Te afecta, te hace daño.
-Pareces mi mamá, dejame.
Se dejó caer en el sofá comodamente. Riendo más de lo normal.
***********
Seguía en casa de Estef, me había quedado con ella hasta qué regresara a su estado normal.
-Olvida eso Harry.-Llevó sus manos hasta su cara.
-Está bien, después hablaremos de esto pronto.-Amenacé.
-No-Tomó una almohada y presiono su cara con esta-No quiero.
Parecía una niña pequeña avergonzada, quería abrazarla, pero no tenía el valo para hacerlo.
La quería, la quería. Quería que estuviera conmigo toda la vida, verla en ese estado hizo que me diera cuenta que algo estaba mal en su vida, sabía poco de lo que le pasaba, y una parte era por lo qué le sucedía con sus padres. Necesitaba pregúntarle que más tenía, pero no era el momento. ¿O sí era el momento? La verdad no sabía, pero no quería tratar eso ahora.
Mejor le haría la pregunta que siempre había querido hacerle.
-Y bueno Estef-jugaba con mis manos-¿Por qué estás estudiando derecho si tu habías escogido contabilidad?
-Bueno, mi hermano está estudiando contabilidad, así que bueno, mi padre me dijo que mejor me cambiara a derecho penal. Porque él siempre había querido estudiar eso... Ya sabes cómo son los papás-agachó la mirada.
Lo único que pude hacer fue asentir con la cabeza. No tenía palabras para este momento.
-¿Y tú qué querías estudiar?-Sonreí de lado.
-Bueno, yo quería psicología, para ayudar a personas cómo yo a salir de sus problemas.
Alzó la mirada y me sonrío falsamente.
-¿Personas cómo tú? ¿Cómo?
Oh, pero qué idiota era.
Volteó a mirarme y sus ojos comenzaron a aguarse.
-Eres un idiota, Harold.-Soltó un sollozo replicádome.
-Perdona, no quise...
-Sólo cállate-me interrumpió-sabes sólo pocas cosas de mi vida, y con eso que sabes, creo que es suficiente cómo para qué sepas porqué.-Rodó los ojos y se secó las lagrimas.
No pude contestar nada.
Ok Styles, segunda vez que la cagas en este día con la misma persona.
Al conocer a Estef pensé qué era una mujer fuerte que nunca lloraba. Esa había sido mi primera impresión hacía aquella chica. Después cuándo la conocí más a fondo me di cuenta de que era frágil e indefensa. Qué era muy fácil de romperse.

Yo había roto sus sentimientos, y lo sabía por sus comportamientos de ese día.

Quería huir en ese momento, estaba fulminandome con la mirada. Si su mirada fuera un rayo láser o cualquier otra cosa por el estilo cómo una arma de fuego, ya estaría muerto en este preciso momento.
También quería quedarme con ella y hacerle entender que la quería.
Pero creo que la primera opción era la más conveniente. Parecería un cobarde ante una mujer.
Está bien.
Me relaje y solté un suspiro de resignación. Me iría de esa casa. Hablar con ella ahora sería muy difícil.
-Bueno, Harold, ¿quieres ver algo?-Sonrió.
Qué bipolar.
-Em, claro-dije rascando mi nuca.
-Serie o película.-Se levantó del sofá.
-Película, está bien.
-Traere las palomitas.
Me quedé sentado en mi lugar confundido. Estef primero estaba feliz, después estaba super feliz, triste, enojada y finalmente feliz. Sí que necesitaba atención psicológica.
Llegó a la sala de estar con unas palomitas de microondas en una mano y un tazón en otras.
Yo seguía en mi lugar sin moverme por si las dudas de que Estef cambiara de estado de ánimo. Prendió la TV y el Blu Ray en seguida. Tenía Netflix.
Los dos elegimos una película de terror juntos.
Tomaba un puño de palomitas y lo metía a mi boca cada qué entraba en panico.
La película era la de Juegos Diabolicos. No daba mucho miedo pero en algunos momentos sí. Era algo como el carácter de Estef.

Qué mujeres tan más locas, pensaba seriamente en volverme sacerdote y morir solo con 50 gatos, creo que eso sería menos complicado que aguantar a una loca mujer exagerada durante toda mi vida.
Metí mi mano al tazón de palomitas para llevarme otro puño a la boca, pero sentí otra mano juntarse con la mía... Bueno, no entraré en pánico, no, no y no...
Mi corazón comenzó a latir muy rápido... ¿Ahora qué hago?

«Pov's Estef»
Bueno, no entraría en pánico y mucho menos volvería a mostrarme vulnerable ante Harry, no de nuevo.
Mi corazón comenzó a latir muy rápido.
Saqué mi mano después de reaccionar, al igual que el.
Nos miramos fijamente y noté que estaba un poco sonrojado.
A la mierda todo.
Aventé a un lado el tazón de palomitas, me acerqué a él, tomé su cabeza entre mis manos provocando que su respiración acelerada quedara muy cerca de la mía, sonreí malevolamente. El repitió mi acción y juntamos nuestros labios desesperadamente. Nos necesitabamos. Sabía que el tenía la misma necesidad de mí como yo de él.
Acariciaba su cabello y el mis mejillas, nunca antes habíamos tenido un beso así.
Nos separamos cuando nos quedamos sin aire. Noté sus labios rojos, al igual que siempre que dejaba de besarlo.
-Me encantan tus besos-susurró.
-Imagina a mi los tuyos.-Le guiñé un ojo.
**********************
Al terminar de ver la película ninguno de los dos había entendido nada. Así que la regresamos a la mitad y volvimos a repetirla, para entenderla, claro.
Terminamos de verla y creo que al final habíamos entendido.
Empezamos a comentar sobre todo lo que habíamos entendido y al final, captamos mejor.
Ordené una pizza y ni tarsó en llegar mucho.
Fui a recibirla yo ya que la asistente de limpieza estaba de vacaciones en esos momentos.
La lleve hasta la sala de estar, y Harry y yo comenzamos a comerla.
Hablabamos sobre cualquier cosa que se nos viniera a la cabeza.
-¿Y qué opinas sobre el camentamiento global?
Preguntó Harry dandole un mordisco a su pizza.
-Bueno, creo que a mi no me afecta, o no lo sé. Yo sólo pienso en comer, jo.-Imité su acción.
-Y es por eso que estás gorda.-río discretamente.
Entrecerre los ojos haciendome la enojada, provocando una risa de Harry.
-Algún día quedarás tan lácio que te deprimirás y ya ni vas a querer hacer bromas.
-No es una broma, es la realidad.-me guiñó un ojo.
-Eres un idiota-volqué los ojos divertida- ¡Peter, Harry dice que estoy gorda!-grite lo suficientemente alto como para que me escuchara desde su habitación.
-¡No lo odies por decir la verdad!-Peter gritó de regresó.
-¿Ya lo ves? Eres una gorda oara todos.
Hice un puchero.
-¿En serio crees que estoy gorda?
Fingí estar triste haciendo reir fuertemente a Harry.
-No, era broma. ¿Tienes soda?
Su celular comenzó a sonar, su ring tone era algo gracioso, eran gatos o algo así, comencé a reirme. No contestó la llamada y lo marcó cómo ocupado, al parecer. Su celular volvió a sonar un par de veces más haciendo que este soltará un suspiro.
-Será mejor que contestes o voy a terminar aplastando tu celular por ese sonido. Odio los maullidos de gatos.
-Está bien, está bien, lo apagaré.
Hizo lo que me dijo y guardó su celular.
-Entonces Estef, llegó la hora del Doc Harry Styles-hizo una voz madura-Tenemos que hablar de algo.

No quería hablar de eso, no ahora, ni debía saber por lo demás que estaba pasando.

Sabía que era lo que quería saber, y no estaba en mis planes decirle en algún momento.
No sé en que estaba pensando en el momento en que había sacadi aquella arihuana con Harry, sabía lo que pasaría, y aún así me había arriesgado.

-No.
Me negué por milésima vez a contarle.
Sabía que no me dejaría en paz hasta que se lo contara. ¿Debía resignarme ya y decirle?
-Te lo diré cuando cumplamos un mes cómo amigos, ¿te parece?-Sonreí, sabría que así, tal vez, se le olvidaría.
-Esta bién-suspiró-pero te advierto que no se me olvidará.
Levantó una ceja y me señaló.
-Tengo que irme-Se levantó rapidamente del sofá.
-Esta bien.
Caminé con el hasta la puerta de mi casa.
-Nos vemos.-Sonrió al momento de salir.
-Hasta mañana, Harold.-le devolví la sonrisa.
-Oye...-Harold me sorprendiò al momento en que me llamó.
-¿Ajá?-contesté casi cerrando la puerta.
Empezó a frotar sus manos nerviosamente.
-Quería saber si tú...-rascó su nuca riendo-Quisieras ser mi novia.
-¡Sí, Harry!-Me lancé a sus brazos y le di un beso inocente en los labios.
Nos despedimos por segunda vez, como novios y el se fue.

Perfecto, todo estaba saliendo muy bien, ahora sabría cómo vengarme... Me sentía realmente feliz por el hecho de cobrar venganza.

Guerra de corazones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora