Sydney Fashion Week, almost.

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—Mike, en serio no me quiero separar de ti, pero le prometí a Cas que iríamos a comprar ropa. Tiene una cita importantísima mañana.

—Tú también tienes una "cita importantísima" mañana. —respondió pícaro con los brazos cruzados.

—JA-JA, pero qué gracioso. Espero que me sorprendas, porque si no... —acoté amenazándolo.

—Será la mejor cita que hayas tenido en toda tu vida. —aseguró.

Claro que sí: era una cita con él.

—Casie, querida, ya estoy yendo. —hablé por teléfono, respondiendo la llamada de mi mejor amiga.

—Vale, te espero.

—Luke me prestó el auto, así que cuando terminemos, tenemos que pasar a buscarlo. No te molesta, ¿no?

—No, claro que no. Espera, me está entrando otra llamada. No tardes demasiado. —y colgó.

Mike se despidió de mí con un beso en los labios; realmente no esperaba eso, pero tampoco se lo negué. Luke me repitió por quinta vez que si algo le llegaba a pasar a su auto, no me iba a volver a hablar nunca más, y Ashton y Calum me despidieron con un beso en la mejilla.

Al llegar a la casa de Casie, se subió al auto rápidamente, alegando que Beau la había llamado y que pasaría por su casa mañana a las 11, y que eso significaba que nos teníamos que apresurar a comprar la ropa para que ella pudiera ponerse su mascarilla de 7 horas.

SIETE.

HORAS.

—¿Y este? —señalé mostrándole otro vestido.

—Addie, necesitaría bajar diez kilos para entrar en ese vestido. —suspiró.

—¿Y si vas desnuda y listo? —ofrecí—. No gastarías dinero ni tiempo, y a Beau le encantaría. Créeme. —sonreí guiñándole un ojo.

—¡Adelaide! —rió.

—Tal vez puedes ir con un jean, una remera, y un abrigo.

—¿A un club de campo?

—Cas, si él va a salir contigo, tiene que aceptar la manera en que te vistas y cómo eres. Sé que no te gustan los vestidos, pero ponerle uno sólo para él, es como negarte quien realmente eres.

Casie me miró sorprendida.

—Está bien; primero, eso es un buen punto, y segundo, ¿desde cuándo te has vuelto tan reflexiva? —exclamó contando con sus dedos.

Me sonrojé encogiéndome de hombros.

Eso me pasaba por juntarme con un Michael Clifford hippie.

—Entonces —retomé ignorando su comentario—, ¿vas a seguir mi consejo o no?

—Bueno, dado que tienes razón, probablemente vaya con un jean y una remera, pero lo que necesito es un abrigo.

—¿Un blazer, tal vez? —pregunté alzando uno de color beige.

—O uno militar... —contestó alzando uno blanco con botones negros.

—¿No crees que sería mejor en verde? —comenté—. El blanco es... "manchable". Y más si estás en un club de campo.

—Oh, Addie, qué haría sin ti —sonrió tomando la prenda, y entregándole el dinero a la chica de la caja—. Entonces... Tu cita con Mike... —insinuó mientras salíamos de la tienda.

—¿Qué pasa con eso?

—Que qué vas a usar, idiota.

—No lo sé. Ni siquiera sé dónde es. Él sólo me dijo que me pasará a buscar a las siete.

—¿Una cena? —preguntó, a lo cual asentí, posiblemente. Ella comenzó a mirar los maniquíes de las tiendas que había alrededor nuestro—. Un vestido así se vería genial en ti. —señaló apuntando con su dedo índice a algo a mis espaldas.

Cuando giré a verla, instantáneamente me enamoré de la prenda.

Era un vestido blanco con aberturas a cada costado del abdomen, y con un triángulo en el diafragma. 

Era perfecto.

—Oh, Casie, qué haría sin ti. —sonreí pasando mi brazo por encima de los hombros de mi amiga, repitiendo lo que ella me había dicho hace sólo unos minutos.

Ella tomó mi mano y me arrastró hasta la tienda, donde prácticamente me tiró en el vestidor y me arrojó el vestido, esperando a que me cambiara. Cuando terminé, corrí la cortina para que me vea.

—Me encanta. —rió dando saltitos de alegría.

—Te queda genial. —opinó la vendedora desde atrás.

—Voy a cuidar ese vestido con mi alma. —dije guardando mi billetera casi vacía dentro de mi cartera.

—A Michael le va a encantar. —acotó Casie.

—Esperemos. No gasté la mitad de mi dinero en nada.

—Adelaide, créeme: le va a encantar. Si yo fuera hombre, definitivamente me gustaría.

—Si yo fuera hombre... Bueno, sería raro tener pene.

—Si  fueras hombre, habría miles de mini-Adelitas por todo el mundo. Sería peor que un apocalipsis zombie.

—¡Hey! —exclamé golpeándole el hombro—. Formaría mi propio ejército de mini-yo's y dominaría el mundo sentada en un trono comiendo uvas de la mano de Ashton Kutcher.

—¿Y Chris Carmack?

—Probablemente engañe a mi marido, Channing Tatum, con Chris Carmack. Y luego engañe a Chris con Patrick Stump. 

—Es decir, que tu vida se basaría básicamente en engaños y uvas... —reflexionó—. ¡Genial!











hello again >.<

so, estuve desaparecida como tipo (don't think that's possible to say but kay) dos meses, pero es lo que siempre me pasa con mis fics: estoy re emocionada, las escribo, las subo, leídos-votos-idk, y después me olvido y dejo de entrar a wattpad.

y, cuando no sé qué escribir, hago los capítulos cortos (como este lol)

tenía una idea para la vida de michael pero no sé si realmente escribir eso porque es muy triste SPOILER ah

bueno, no sé qué más decirles

see ya soon baes

<3

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