Making out session.

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-¿A-Alzheimer? -respondí tartamudeando-. No lo entiendo.

-Sus... estados de ánimo, cambian continuamente; un día te odia, y al otro te ama. No es tan grave como suena, ella sólo está en el inicio de la enfermedad. -suspiró.

-¿Y por qué nunca me lo has dicho? -pregunté con mis manos en mi cadera, pero en un tono calmado.

No podía enojarme con Mike.

Él se pasó la mano por la nuca, nervioso.

-Pensé... Pensé que ibas a rechazarme o algo por el estilo. -admitió, y puedo jurar que se había sonrojado.

Yo abrí mis ojos, sorprendida. Luego puse mis manos en sus mejillas y me acerqué a él.

-Mike -dije conectando nuestros ojos-, no soy esa clase de persona. Te quiero, y si tú tienes problemas con tu madre, te ayudaré a resolverlos. Voy a ser tu hombro sobre el que llorar. Porque te quiero, y ni tu madre ni mi hermano, ni siquiera el mundo, puede cambiar eso.

Y lo besé.

Noté la sonrisa en el rostro de Michael, antes de corresponder mi beso.

Fue lento, tierno... Hasta lleno de amor, quizás.

-¿Te llevo a casa? -preguntó separándose.

-Todavía no hemos comido -respondí haciendo puchero con mis labios. Él rió-. Podemos comer en mi casa, si quieres. -sugerí encogiéndome de hombros.

-¿Segura?

-Mi hermano está en la casa de su novia, y mis padres en su apartamento en Darwin. Oh, y Luke está con Calum y Ashton haciendo Dios sabe qué.

-Entonces, bien. Vamos. -sonrió, caminando hacia su Chevrolet.

Pasamos el camino hasta casa cantando Hotline Bling de Drake, y no podía sacar la canción de mi cabeza.

Era demasiado pegadiza.

Por suerte, y como había corroborado, no había nadie en casa. Y como no quería que nadie nos molestara, saqué mi móvil, abrí Whatsapp, y envié un mensaje al grupo que teníamos con Chase, Luke y Cassidy.

yo: estoy con michael en casa; ni siquiera se les ocurra aparecer por aquí

chase aka el idiota: hay condones en mi closet

cass: usen proteccioooooooón ;)

luk jemins: por favor no lo hagan en el sofá (tengo que sentarme allí a ver televisión, sabes?)

Reí antes de mandar a todos a la mierda y guardé mi móvil.

Mike se había quedado admirando la colección de videojuegos de mi hermano, en la sala.

-Hay pizza en el refrigerador, ¿está bien? -grité desde la cocina.

-Más que bien. -sonrió apareciendo detrás de mí, rodeando mi cintura con sus brazos, y dejando pequeños besos en mi cuello.

Le di un rápido beso en los labios y me separé de él, pidiéndole que me ayude a poner la mesa.

Había pasado casi una hora y entre los dos nos habíamos comido una pizza entera.

-¿Quieres ir a mi habitación? -solté de repente, llamando la atención de Mike. Él me miró alzando las cejas sugestivamente -. ¡Idiota! No para eso.

-Por mí, no hay problema. -respondió guiñándome un ojo.

Suspiré con diversión, y le tomé de la mano, arrastrándolo escaleras arriba.

-Aquí estamos -hablé gesticulando con mis brazos-. Mi Addiecueva.

-¿Vives en el ático? -dijo en tono socarrón. Yo me crucé de brazos haciéndome la ofendida, y le di la espalda, sentándome en la cama-. Oh, vamos -suplicó, sentándose a mi lado-. Addie, por favor. -habló cerca de mi cuello; su aliento chocando contra mi piel.

No pude evitar soltar un pequeño -y casi inaudible- gemido.

Mike tomó mi barbilla con una de sus manos y me obligó a mirarlo.

Y claro, cómo no caer en esos hermosos ojos verdes.

Lo besé, prácticamente tirándome encima de él. Su espalda cayó sobre la cama, y yo me senté a horcajadas arriba suyo.

Se sentía... Bien.

Como si hubiera esperado toda mi vida para esto.

Mike era una persona genial, y si estaba segura de una cosa, era de que...

-Te quiero. -espeté en voz alta.

No era la primera vez que se lo decía, pero era igual de importante.

-Te quiero más. -contestó él con una sonrisa en sus labios.

No pude evitar sonreír.

Mike me hacía feliz.

Bueno, hasta que oí la puerta de entrada abrirse y los dos comenzamos a desesperarnos como locos.

-¡Addie! ¿Estás en casa? -gritó la inconfundible voz de mi mamá desde abajo.

-¡Sí! -respondí a los gritos, levantándome de Mike y haciéndole señas para que se escondiera bajo la cama.

Él me miró con los ojos achinados, seguramente buscando una manera de matarme, pero aún así me hizo caso.

Sentí los pasos de mi madre en la escalera, cada vez más cerca, hasta que tocó la puerta.

-¿Addie? -preguntó, y abrí la puerta para dejarla pasar.

-¿Q-qué haces en casa? -balbuceé-. No es que no te quiera aquí, mamá, pero... pensé que estaban en Darwin.

-Oh, no, tu papá se quedo allí, he venido yo sola. Sólo vine a buscar algunas cosas.

-¿A las once de la noche? -inquirí cruzando mis brazos.

Ella suspiró, rodando los ojos.

-Tenía que escapar de tu abuela. La amo, pero no puede obligarme a comer sus horribles bocados de brócoli.

Yo solté una carcajada.

-Si quieres te preparo la comida. -sonreí abriendo la puerta, decidida a ir hacia la cocina.

-Pero antes -habló ella, con una sonrisa... ¿pícara?; tomándome de la muñeca-, ¿te importaría explicarme quién es el jovencito que está debajo de tu cama?

Oh, mierda.
















Yas bitches

Vengo con otro capítulo

Bc soy genial

ahre

Bueno, dos cosas:

1) le cambié el nombre a la amiga de addie, bc cassidy me gustaba más que cassandra

Y 2) solamente quedan cuatro capítulos lloren conmigo

Igual yo les había dicho que iba a ser una historia corta

Sepan que las amo <3

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