【Hyunjin, lindo, trabajador, estudioso, amoroso, honesto, ¿y su mayor debilidad? un joven con pecas y un pequeño cachorro.】
Si quieres una historia para derretirte de amor correspondido y buena comunicación. Esto puede ser lo que hayas estado busca...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El año estaba a punto de acabarse, siendo este suceso en tan solo un día. La verdad, es que si se ponía a analizar, aunque le dijo adiós a muchas cosas, otras nuevas y maravillosas llegaron para hacer de su vida un mar de emociones positivas.
Había decidido no pasar año nuevo en casa de sus padres, pues lo último que quería era seguir haciendo sentir a su madre incomoda y arruinar otra festividad más. Además de que, pasarlo con Pingüi en casa no sería tan malo.
Esa mañana despertó feliz y entusiasmado, sabiendo que tendría una cita con Hyunjin más tarde, y que irían a la pista de patinaje en hielo que habían montado en la plaza comercial a la que con regularidad iban. Nunca había estado en ese tipo de eventos, teniendo miedo a caer o a lastimarse, sin mencionar la cantidad infinita de videos de accidentes con los patines que había visto en Internet a lo largo de su vida.
Pero, cuando la noche anterior le pidió con una cara preciosa una cita en aquel lugar, "me encantaría ir" por fin fue una frase que salió de su boca para referirse a dicho lugar.
Había varias cosas que tenía que hacer antes de que Hyunjin llegara, como por ejemplo, acomodar su maleta y lavar todo lo que había usado los días que estuvo en casa de sus padres. Contando que también tenía que escoger un buen conjunto de ropa, y arreglarse bonito para antes de las dos de la tarde.
Lo primero que hizo en cuanto se paró de la cama, además de ir al baño, fue darle de comer al cachorro que con desesperación jalaba de su pijama pidiendo ser alimentado. Sirvió una buena porción de alimento húmedo y, mientras veía como se devoraba todo lo de su tazón, el comía un poco de cereal para traer algo en el estómago y poder hacer todo lo planeado.
Gracias a Hyunjin, su casa estaba recogida y no tenía que hacer cosas como sacudir y quitar el polvo. De lo que tenía que encargarse ahora era de su propio desorden. Nada que un poco de música y motivación no arreglara. Doblar, lavar, tirar, cantar y lavar eran las únicas acciones que su cuerpo hacía sin parar. Pingüi, desde su lugar en el sillón, solo los observaba sin hacer movimiento alguno, girando su cabecita y moviendo su colita rápidamente cuando se detenía a hablarle por un momento.
-Mi pequeño bebé, ¿papá fue lindo contigo? Los extrañe mucho cuando no estaba-Cargado de ternura, comenzó a besar la cabecita del cachorro con entusiasmo, recibiendo más besitos como respuesta-¿Te cuento un pequeño secreto? Quiero pedirle a tu papi que dejemos de ser unos padres divorciados que te cuidan, ¿te gustaría ser una familia normal?
Felix era consciente de que el perro no tenía ni idea de lo que decía, tampoco de que si quiera era coherente decir aquello como "padres divorciados" pero era una broma que seguiría en su vocabulario hasta que un "nosotros" sea oficial. Lo cual esperaba que no tardara tanto en pasar.
Se recostó un par de minutos en el sillón, para descansar su espalda y pasar un pequeño rato de relajación con el canino. Al parecer, era algo que su cuerpo le pedía a gritos, porque en cuanto estaba totalmente acomodado y él cachorro ya permanecía recostado en su pecho, él tampoco pudo evitar caer desmayado. Ni siquiera tuvo la oportunidad de poner una alarma que lo despertara antes de que Hyunjin llegara. Que error tan grave.