El unico lugar donde quiero estar

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Lo único que no me gusto de Debby: su forma de conducir. Ella era muy precavida lo que la limitaba a una velocidad de abuelita, lo cual de seguro Liam aprobaba pero a mi me desesperaba.
Ahora caminábamos hacia la puerta en donde antes de siquiera tocar una Paola algo hostil abrió la puerta logrando dar sin querer con su mano en el hombro de Debby, sin decir ni una palabra ella camino hasta su auto rojo.
- ¿Quién es ella? - pregunto Debby sobando ligeramente su hombro.
- Solo ignórala, cuando ella este de humor, entonces la conocerás - le asegure - pasa adelante bella dama.
Debby rio al tiempo que pasaba por delante de mi, adentro se escuchaban muchas voces y un delicioso olor a pollo horneado lleno mis fosas nasales. Al llegar a la sala donde se encontraban todos los chicos junto a Ilse, Linda y Estefany sonreí, todos hablaban y parecían divertirse. Cuando los ojos de Liam repararon nuestra presencia pareció que la sonrisa no cabria en su rostro por lo cual reí captando la atención de todos.
- ¡Hola a todos! - exclame batiendo mi mano.
- Dijiste media hora, tardaste mas - me recrimino Ilse al tiempo que daba su atención a un juego de cartas que se llevaba a cabo en una pequeña mesa.
- Lo siento, la culpa la tiene Debby, maneja como abuelita - la señale y Debby rio.
- ¡eso no es cierto! - se defendió ella.
- Si que lo es cariño - comento Estefany lanzando una carta - pero eso es muy sexy en ti.
Todos nos reímos y Debby solo negó con su cabeza al tiempo que caminaba hasta detenerse a un lado de Liam y decirle algo que no logre escuchar pero que lo hiso sonreír.
- Por cierto Paola iba saliendo, parecía algo molesta, ¿Qué sucedió? - pregunte retirando mis lentes revelando pequeñas grietas en mis ojos y sombras bajo mis parpados debido al poco descanso.
- Definitivamente ella estaba molesta - indico Zayn encogiéndose de hombros.
- Ella cree que Ilse hiso trampa - comento Linda al tiempo que escribía en su celular.
- Lo cual es mentira - intervino Louis haciendo que Ilse asintiera con la cabeza - por cierto tus ojos lucen como una completa drogadicta.
- Gracias por tu comparación Louis - asegure con sarcasmo llevando una mano a mi cuello el cual dolía.
En ese momento Harry venia bajando de las escaleras con un juego de mesa en manos gritando "¡lo encontré!" y por Dios que mi corazón pareció haber emprendido una carrera maratónica, porque este quería salir de mi pecho.
- Hey - dijo viéndome muy lentamente, reparando mi presencia y con algo de inseguridad en su voz.
- Hey - dije de vuelta y percibí la pequeña risa de Zayn.
- Ellos están siendo muy estúpidos - escuche a Ilse decir y rodee mis ojos pasando una mano por mi rostro, no dudaba que Louis tuviera razón en el aspecto de mi rostro, había tenido tres días pésimos empezando desde el día de mi discusión con Harry, estar de malas solo me había hecho tener pocas horas de sueños, mala alimentación y mucho cansancio.
- Realmente tus ojos tienes aspectos de una drogadicta o alguien medicado _______ - comento Linda guardando su celular y viéndome fijamente.
- Solo han sido unos días malos - dije encogiéndome de hombros - ahora si alguno de ustedes se ofrece a darme un masaje en mis hombros o arrullar mi cabello con mucho cariño lo agradeceré.
A penas termine todos observaron a Harry y no pude evitar reír porque casi dio la impresión de ser alguna especie de coreografía planificada.
- No se preocupen, malos amigos...
- Yo lo hare - comento Harry dejando en las piernas de Liam el juego de mesa.
Por supuesto que yo no me negué, por lo que luego de que él subiera por una almohada, bajara, se sentara en el suelo y pusiera la almohada sobre sus piernas, yo me acosté en el suelo, libere mi cabello de la cola y recosté mi cabeza de su almohada y suspire muy audible cuando los dedos de Harry masajearon mi cuello cabelludo, toda la tensión abandono mi cuerpo.
Cerré mis ojos dejándome llevar, la verdad es que estábamos en una esquina de la sala, algo alejados de los demás, por lo que me fue muy fácil poder escuchar cuando su voz comenzó a entonar una canción con un susurro.
- ¿Christina Aguilera? - pregunte sonriendo.
- Un chico tiene sus momentos - respondió y pude percibir su sonrisa.
- Lo cual no critico.
Permanecimos en silencio por al menos tres minutos. Abrí mis ojos y me encontré con sus preciosos ojos enfocados en los míos, sus labios estaban entre abiertos y unas inmensas ganas de besarlo me asaltaron.
Nos miramos durante un largo tiempo, de verdad yo era una chica muy suertuda, a veces se me hacia difícil creer que este monumento de hombre era mío. Sus dedos hacían magia en mi cuero cabelludo, el sueño comenzaba a inundarme.
- Lo siento - murmuro - se que definitivamente fui un idiota, y lo siento mucho cariño.
Lleve mi mano a su barbilla acariciándola suavemente y sonreí ante el hecho de que Harry básicamente tenia una piel de bebé libre de vellos faciales lo cual en ocasiones parecía molestarle pero a mi me encantaba.
- Espero y no se te vuelva costumbre ser idiota.
- Aunque si tanto te molesta que me reúna con Claudia, debes decírmelo, no soy adivino para saber que no te sientes cómoda con eso, es por eso que yo te expreso mi molestia, tú deberías hacer lo mismo.
Eso era muy cierto, ese si era mi error, él no era adivino.
- No quiero parecer una novia retenedora.
El suspiro hondo al tiempo que comenzaba a sonreír, bajo su rostro hasta rozar sus labios con los míos, torturándome con esa tierna caricia, haciéndome desear más. Deslice mi mano desde su barbilla hasta tomar los pequeños rulos en la parte baja de su nuca, su presencia se notaba en el olor que inundaba mi espacio.
- Si algo no te gusta dímelo, no quiero hacerte sentir incomoda - murmuro contra mis labios siguiendo con el roce de sus labios contra los míos.
- Vale, ahora bésame - pedí impaciente haciéndolo reír.
Él negó con su cabeza al tiempo que finalmente presionaba sus labios sobre los míos. Suspire al tiempo que sentía sus caricias barrer mis labios de arriba a bajo. Una de sus manos tomo mi barbilla inclinando mi rostro hacia arriba mientras la otra continuaba masajeando mi cuello cabelludo, dándome una sensación de protección impresionante. Entre abrí mis labios dándole permiso a su lengua de acariciar cada rincón de mi boca, dejándolo guiar este beso al tiempo que mis labios seguían los movimientos de los suyos.
Un beso dulce, arrullado en amor y dulzura. Suspire nuevamente y sentí una pequeña risa emanar de su garganta sofocando en mi boca. Pase mi lengua por su labio inferior antes de succionarlo con dulzura y dejarme guiar por él en los dulces movimientos de lo que considere un beso perfecto.
El beso poco a poco se fue convirtiendo en pequeños besos juguetones que acabo con un pequeño mordisco de sus dientes en mi labio inferior.
- Si, definitivamente deberías darme mas a menudo este tipo de masajes - bromee haciéndolo reír.
- Siempre a la orden, estoy para satisfacer sus necesidades - índico guiñándome un ojo.
Cerré mis ojos al tiempo que él proseguía sus caricias y cantaba otra canción haciendo que rápidamente cayera en el mundo de Morfeo sostenida entre sus brazos, el único lugar en donde quería estar.

The perfect coupleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora