LAZOS DE LUNA

CAPÍTULO 28. TUS MAESTROS.

POV: VALERY.

Ya habíamos terminado de comer, los chicos me preguntaron respectivamente, de qué quería hablar con sus padres. Que hablará con ellos y que les tuviese confianza.
Aunque no era maneste decirme, porque, por alguna razón ya confiaba en ellos, más que a nadie. Decidí negarme a contarles algo, ellos respetaron mi decisión con una condición.

Cuando terminará de hacer mis "preguntas", les contara de que habíamos hablado y que me habían dicho ellos.

Acepté para no tenerlos pegados a mi en cada instante, no es que me molesten o algo por el estilo, quería respuestas que quizás no me gustaran o que tal vez si, todo se iba a descubrir en tan poco tiempo.

Contaba cada paso que daba atras de los padres de los chicos, nunca imaginé que me encontraría a mí, siguiéndolos para hacerle un montón de preguntas sobre mi. Porque si es sobre mi, yo deberia de saber ¿No?, es mi cuerpo, mi vida, era yo... Se supone que debería de saberlo. Pero no.

«Tranquila, no nacemos sabiendo todo, con el tiempo aprendemos de todo. Incluso de nosotros mismos»

Lo sé, Eris, se que no hemos nacido sabiendo todo, solamente que siento que nose ni un poco sobre mi. Como si yo no me conociera y eso es inquietante, quisiera decir que soy una loba normal, pero estoy segura de que soy todo menos eso. Soy algo que yo no sé. Los vampiros saben que son vampiros, las brujas saben que son brujas, los lobos saben que son lobos. ¿Y yo?, nose nada de mi.

Seguimos caminando, pasamos por la puerta trasera y llegamos al enorme jardín que abarca en esta casa. Tiene plantas en casi todos el lugar, es amplio, los dos arboles que están. Ya tienen un tamaño enorme, deben de tener años ahí plantados. Hay mariposas volando de un lado a otro.

Sigo a Elena y su pareja, ellos van directos a unas bancas blancas que están al final del jardín, toman asiento en unas de las sillas y yo hago lo mismo. Me siento al frente de ellos.

Mi mente se queda en blanco y todas las preguntas que hace un momento estaban ahí desaparecieron.

—Ahora si. Ya que estamos solos— empieza Elena llamando mi atención— nos puedes decir de qué querías hablar con nosotros.

— Bueno... Quería hacerles un par de preguntas, es que en verdad. Necesito un montón las respuestas que espero que ustedes tengan. Ya que son las únicas personas más... ¿Mayores?

— Ay— finge dolor el padre de los trillizos.

— y de qué son esas preguntas, veo que las necesitas, pero ¿Por qué?— me mira Elena y luego dice — comienza.

— ¿Con las preguntas?

—si.

Respiro hondo mientras pienso que pregunta elegir para comenzar. Una que me lleve a otra.

— ¿Que soy?— digo mirándolos a ambos, Elena borra su sonrisa, su compañero mira a otro lado y yo quedó con mi pregunta en el aire.

Luego de un minuto en silencio Elena se acomoda en su asiento y me mira. Le da un golpe en el hombro a su compañero para que me vuelva a prestar atencion.

— Esa pregunta solamente alguien tiene la respuesta, Val— ¿Quién?, ¿Quién tiene la respuesta?, si ellos son las únicas personas que deberían de saber, ellos eran alpha y saben todo sobre los habitantes de su manada— y ese alguien eres tú.

—¿Qué?, no. Yo no tengo esa respuesta por eso he venido a ustedes.

— Claro que si. Solamente lo averiguaras con el tiempo.

¿A qué se refiere?.

— ¿Por qué... Sofía al mirarme... Empezó a derramar sangre por su nariz? ¿O es qué ella tiene alguna enfermedad?— solamente pensar en que ella padece un tipo de enfermedad y yo le golpeé. Me hace sentir mal.