El inicio de mi final

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- 3 años después -

Pasaron 3 años desde que mis padres me contaron lo sucedido en mi nacimiento... cada dia era lo mismo, llevaba una vida repetitiva y como de costumbre fui a los baños del colegio.

Mientras me estaba labando la cara escuché unos ruidos que venían de los retretes, y por curiosidad fui a mirar... pero ya sabes lo que dicen "La curiosidad mato al gato" y en este caso casi me mató a mi...

Al entrar en los retretes vi a 6 chavales acosando a una sola persona... le estaban haciendo tragar el agua del retrete.
Yo hice lo que haría cualquier persona normal, fui a detener esa locura... y evidentemente me metí en más problemas...
Fue entonces cuando vino el "jefe de la pandilla" y me dijo:

¿Acaso sabes donde te metes pedazo de subnormal?

A lo que yo respondí:

Me da igual donde me meta, no veo la normalidad a lo que estais haciendo.

Eso le onfendió mucho y respondió con un tono chulo y agresivo:

Mira chaval, tu te metes en problemas y yo en el coño de tu madre (los otros 5 chavales soltaron el típico ¡ohhhhhh!)

Escúchame puto rarito, nos vemos a la salida, ni se te ocurra escaparte almenos que quieras una jodida paliza, ¿vale?

En ese momento sentí un miedo dentro de mi que me consumía... y apenas pude vocalizar una palabra.

En clase no paraba de pensar en ese tema... no sabía lo que me iba a pasar y eso me hacía sentir más miedo del que tenía.

Tras las 2 últimas largas horas de clase, fui hacia la salida, donde me esperaba aquel imbécil. No podia escuchar nada, solo el silencio y los latidos de mi corazon... hasta que aquel acosador rompió aquel eterno silencio:

Mira... te lo voy a explicar muy claro para que alguien tan inútil como tú pueda entenderlo... ¿tú quieres recibir una paliza?

La respuesta era evidente, pero casi llego a confundirme por los nervios de ese momento:

S... quiero decir, no...

Entonces, aquel inutil volvió a pronunciar una frase:

Vale... si quieres librarte de la paliza simplemente tendrás que darme 15€ diarios... no es para tanto ¿verdad?
Además, fíjate que amable que soy... que hoy no te los pediré...

En ese momento solo pensaba en partirle la cara a aquel idiota, pero no podía, era demasiado débil. Para el colmo la situación económica de mi familia en aquellos tiempos era pésima, y me asustaba tener que dar esos 15€ diarios... pero no tuve más remedio a afirmar aquella opción tartamudeando por el miedo:

D-De a-cuerdo

Y como siempre, llegué a casa, simulando una sonrisa para ocultar mi auténtico rostro sombrío. Fue entonces cuando mi madre me dijo:

¡¡¡Noah!!! ¡¡¡Hijo!!!, ven aquí, tengo que contarte una cosa muy importante...

Cadenas de sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora