Capitulo 44

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¡Babā! - exclamó Ferit sorprendido, su voz llena de emoción al ver al recién llegado.

El hombre entró en la habitación con una sonrisa cálida y abrazó a Ferit con fuerza. Ferit se sintió abrumado por la repentina llegada, pero se dejó envolver en el abrazo.

Kaya, Suna y Abidin se miraron entre sí y, sin decir una palabra, se levantaron y se retiraron de la habitación, dejando a Ferit y al recién llegado solos.

—Dejaremos que hablen —dijo Suna con una sonrisa, cerrando la puerta detrás de ellos.

Abidin asintió y siguió a Kaya y Suna, su mirada llena de curiosidad.

—¿Qué pasará ahora? —preguntó Kaya en voz baja, mientras se alejaban.

—Solo el tiempo lo dirá —respondió Suna, su rostro serio.

Los tres se detuvieron en el pasillo, mirando hacia la puerta cerrada, esperando ansiosos por saber qué sucedería a continuación.

Mientras tanto, Ferit y el recién llegado permanecían en la habitación, sumidos en un silencio tenso, lleno de expectativa...

– Padre, ¿qué te trae a este lugar? – preguntó Ferit, frunciendo el ceño con confusión y desconcierto, mientras se separaba del abrazo con un movimiento brusco, como si intentara alejarse de una realidad que no quería enfrentar.

– Ferit, hijo, tu abuelo anhela tu regreso – respondió Horhan, su voz llena de autoridad y preocupación, con un tono que reflejaba la gravedad de la situación – debes volver ahora, antes de que la situación se agrave y se convierta en un abismo sin salida, donde las sombras te consuman.

– No puedo ir ahora, papá… mi corazón late con fuerza por Seyran, mi alma se siente vacía sin ella, como un jardín sin flores, donde la belleza y la vida han sido reemplazadas por la sequedad y la desolación – dijo Ferit, forzando una sonrisa burlona y amarga, como si intentara ocultar el dolor que lo consumía.

– No puedes seguir huyendo así, Ferit, debes enfrentar tus responsabilidades como heredero de tu abuelo – dijo Horhan, su voz firme y autoritaria – debes volver y olvidarte de esta chica, no puedes dejar que tus emociones te dominen, al final no fuiste tú quien reclamó esta unión a tu abuelo, fue él quien decidió tu destino.

– La magia, la profecía, los hechizos ya no importan, papá – respondió Ferit, su voz llena de pasión y desesperación – yo amo a Seyran, ella es mi razón de vivir, mi luz en la oscuridad, sin ella, mi alma se siente vacía y perdida, como un barco sin rumbo en medio de la tormenta – empezó a explicar, su voz temblando con emoción.

– Entiendo que la amas, Ferit, pero por ahora debes volver – dijo Horhan, suspirando con pesadez – la situación empeorará si no lo haces, y no quiero verte sufrir, sé que Seyran es lo que te mantiene con vida, pero debes cumplir tus responsabilidades como nieto de Halis, no puedes abandonar tu legado por amor.

– Solo por un día, papá – suplicó Ferit, su voz llena de desesperación y anhelo – mañana por la noche estaré de vuelta en casa, incluso puedes quedarte aquí si lo deseas, pero necesito un día más para estar con Seyran, para sentir su calor y su amor.

– Solo espero que no te quieras ir por el mismo destino de tu hermano, Fuat – advirtió Horhan, su voz llena de preocupación y tristeza – él murió por ti, Ferit, y ahora tú te estás matando por ella, ¿eso es lo que quieres? ¿Perder tu vida por amor, como lo hizo Fuat?

Ferit sintió como si una flecha envenenada hubiera penetrado su corazón, el recuerdo del sacrificio de Fuat lo golpeó con fuerza, primero su abuelo, luego su tía y ahora su padre le recordaban el precio que había pagado por su supervivencia, y él se sentía atrapado en una red de culpa y dolor.

Kıʀıᴋ İᴘʟɪᴋʟᴇ Bᴀğʟı ┆𝐬𝐞𝐲𝐟𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora