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Han pasado ya siete años, en unos meses más seria el octavo aniversario desde que se separaron, y aun así, seguía invadiendo sus pensamientos día y noche... ¿cómo hacer para encontrarlo? ¿Cómo hacer para volver a verlo aunque sea una vez? Desde aquel día había desaparecido...

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Una copa de coñac descansaba sobre el pulido escritorio de caoba. Afuera hacia frío, un frío intenso que calaba hasta los huesos. El hombre detrás de la silla giratoria contemplaba a través de la ventana la ciudad congelada.

- Señor... ha habido inconvenientes. La persona encargada de la distribución dio un aviso y nos embargaron dos toneladas...

- Dos toneladas no es demasiado, aun así... si ya no funciona, deséchalo.

Un hombre había entrado en la habitación a darle la noticia, y con una voz fría y falta de sentimientos, el hombre de la ventana le había respondido... después de todo, así era el negocio.

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Las luces rojas y azules parpadeaban llenado el callejón con su luz. Las sirenas chillaban y todo parecía como sacado de una película.

El lugarsucho no tenía nada especial, a menos que se considerara de vez en vez. Los distribuidores menores llegaban allí para hacer tratos, o que a veces, y solo a veces podías encontrar con quien contactarte si querías entrar al negocio de venta y tráfico.

Así fue como el hombre detrás del escritorio había entrado.

La policía tenía acordonada el área y un par de reporteros intentaban pasar al alejado lugar. La fachada mal pintada y un poco descascarada daba la sensación de no haber sido restaurada en años. El cantinero tenía cara de fastidio y el policía que lo interrogaba parecía ya querer irse.

- Jungsoo... - lo llamó su compañero –. no vamos a encontrar nada más. Sabemos que lo han hecho los

rusos o posiblemente los chinos. Si seguimos aquí más tiempo, tendremos problemas, con el jefe y con quién sea el responsable.

- Ok... nos vamos Shindong, aunque no estoy conforme con esto.

Estaban a varios miles de kilómetros de donde se encontraba el hombre detrás de la silla, aun así, podían sentir el nervio puro recorrer su espina dorsal mientras se inmiscuían más en el caso.

- ¡Ahí! No puede ser, van desapareciendo dos personas en lo que va de la semana, y hemos encontrado un cadáver de un desaparecido hace tres semanas... ¡ah!

Jungsoo era el jefe del departamento de policía de la ciudad de Londres. Hacía poco que había llegado al puesto y estaba verdaderamente apasionado por su trabajo.

Sabía que algo muy grande estaba por pasar... lo intuía.

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Era ya muy tarde para que alguien estuviera trabajando en una oficina, pero para el negocio en el que la economía varía en cuestión de segundos, no había tiempo que perder.

- Vende las acciones del banco y compra las de la bolsa...

El chico era bastante joven para ser un ejecutivo, pero lo era, y uno de alto nivel. Detrás de su escritorio, había un gran ventanal por el que se podía observar el parlamento y la torre del reloj Big Ben, además de las cristalinas aguas del Támesis, pero él no las veía. Registraba una y otra vez los documentos esparcidos sobre el escritorio.

- ¡Ah! No sé qué vamos a hacer, las fluctuaciones de la bolsa son tantas.

- Déjalo ya Siwon, no hace falta que todo lo hagas esta noche... - había un chico a su lado, quizá un poco menor, y al igual que el aludido, bastante guapo.

LOST HEART ➞[sichul]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora