Escucha a la lluvia, junto con el sonido del trueno danzan en armonía creando belleza a sus pies...
Piper McLean siempre ha vivido por el patinaje sobre hielo, pero después de que Jason la traiciona, su mundo se desploma. Alejarse parece la única op...
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Tres meses antes de la ruptura
Algo que Piper amaba de salir con su novio era patinar con él.
Sobre todo porque no lo hacían seguido. Jason siempre estaba ocupado con los deberes del instituto, y muy raras veces se daba el tiempo para disfrutar una tarde juntos sin preocupaciones.
Y ella iba a aprovechar eso en toda su regla. Si tenía a su novio todo el tiempo posible, sin importar nada, disfrutaría cada segundo que tuvieran juntos.
—Pipes, ¿en qué piensas tanto? —La voz de su novio llenó sus oídos de manera dulce, como un abrazo cálido después de congelarse de frío.
Detuvo su momento de alistarse para lanzarse a la pista, lo miró y le sonrió. Le gustaba mirarlo, además de que él era en lo que pensaba tanto.
—En ti. Tú eres mi pensamiento favorito todos los días —Piper hablaba con el corazón en la mano. Estaba enamorada como nunca antes, pero no tenía miedo de la intensidad de sus sentimientos.
Vio cómo Jason se acercaba, dispuesto a besarla... logrando que ella, en el último minuto, decidiera apartarse para molestarlo. Él siempre reaccionaba de una manera adorable que le enternecía el corazón.
Ese era un pequeño juego que tenían ambos, donde simplemente jugueteaban cuando el otro quería darle un beso. En otras ocasiones, incluso, optaban por una pequeña mordida en el labio del otro, sin pasar a nada más que disfrutar el momento juntos.
—Y tú eres la chica de mi vida, mi universo entero, la lluvia de mi tormenta —Jason no se detuvo. A pesar de todo, siempre le decía un cumplido o, como en esa ocasión, le acariciaba el rostro con delicadeza—. Pero si no nos apuramos, no disfrutaremos mucho nuestro tiempo aquí.
Terminó su corta conversación con ese comentario. No le importó que las palabras fueran escasas durante su encuentro; había tantas cosas que decir, pero muy pocas palabras para expresarlo correctamente.
Y la única manera en la que ella sabía sacar todos sus sentimientos a flote, sin necesidad de hablar, era patinando. Moviéndose de acuerdo a todo lo que tenía en su pecho y que no podía mencionar en voz alta.
Buscó la canción perfecta para ellos dos, aquella en la que ambos pudieran expresar todo. Optó por la que, desde el primer momento en que la escuchó, la letra le recordó a su relación, pero no había tenido la opción de dedicarle.
"Light Me Up", de Ingrid Michaelson, llenó el espacio que dejaron en silencio, con su letra y ritmo inconfundibles, haciéndola sentir mariposas por compartir ese momento con Jason, quien captó el significado de cada palabra a medida que iba acercándose a ella.
Observó cómo su mirada se tornaba oscura pero comprensiva a la vez, entendiendo que ese era su momento de compartir una pequeña coreografía que no podrían presentar en ninguna competencia.
