Un año sin él
Habían pasado unas semanas desde la muerte de Sirius. Los días parecían ir mas lentos ahora, como si todo estuviera en un grande reloj de arena que nunca va a terminar de acabarse.
Harry estaba mal, no me lo dijo y no lo demuestra demasiado, pero conozco a mi hermano mejor que nadie. Tal vez estaba harto de que todo el mundo le pregunte como se siente o si se encuentra bien. Cosa que también me han preguntado mas de una vez a mi. ¿Qué se supone que tengo que responder?
La verdad es que no sabia que responder. Decir que estaba bien seria una mentira, pero admitir que no lo estaba me hacia sentir mas vulnerable de lo que quería. Ron y Hermione intentaban ser compresivos, pero había un limite en lo que podían hacer. Hermione me miraba con preocupación cada vez que me encontraba perdida en mis pasamientos, y Ron, aunque intentaba ser causal, se aseguraba de mantenerme cerca, como si temiera que pudiera desaparecer de repente.
Harry, por otro lado, se había vuelto mas distante. Pasaba la mayor parte del tiempo encerrado en si mismo. A veces lo veía mirando la ventana de la sala común como si esperara que algo, o alguien llegara para arreglarlo todo.
Una tarde decidí salir de mi cuarto y tomar un poco de aire fresco. Necesitaba aclarar mi mente. comencé a caminar por las afueras del castillo sin un rumbo en si.
El aire fresco me ayudaba a despejar un poco la niebla en mi cabeza, pero la sensación de vacío seguía ahí, como un peso constante que no sabía cómo soltar. Mientras avanzaba, me perdí en mis pensamientos, hasta que unas risas de voces familiares me hizo levantar la vista.
Fred y George caminaban juntos a pocos metros de mí, su paso rápido y animado como siempre. George cargaba una caja grande, que parecía a punto de caer en cualquier momento.
Hacia demasiado tiempo que no hablaba con los gemelos. Me alegro verlos.
Instintivamente, les lancé una sonrisa pequeña, desanimada, desde la distancia. Fred la notó primero, y su expresión habitual de despreocupación se suavizó. Murmuró algo a George, quien asintió y siguió adelante con la caja. Fred, en cambio, cambió de dirección y se acercó a mí.
—Lu.—Dijo con una sonrisa que intentaba ser cálida
—Fred.—Respondí, intentando que mi voz sonara más firme de lo que me sentía.
Nos quedamos en silencio por un momento, como si ambos estuviéramos buscando las palabras correctas para llenar el espacio entre nosotros.
—Es raro verte sola.—Dijo finalmente, rascándose la nuca.
—Es raro que no estés haciendo algo que termine en explosiones.—Respondí, más por reflejo que por ganas de bromear.
Fred dejó escapar una pequeña risa, pero sus ojos seguían examinándome, como si intentara descifrar algo.
—George iba con una caja.—Dije, señalando hacia donde había desaparecido su hermano.—¿Qué están tramando ahora?
Eso pareció romper la tensión. Los ojos de Fred brillaron con entusiasmo, y su sonrisa se volvió más auténtica.
—Es para nuestra tienda.—Dijo con orgullo.— Bueno, nuestra futura tienda. Estamos preparando todo para abrir un negocio de bromas en el Callejón Diagon.
—¿Una tienda? —Pregunté, sorprendida.
La idea me tomó desprevenida, pero no pude evitar sentirme genuinamente feliz por ellos. Era algo tan... Weasley.
Fred asintió, claramente disfrutando mi reacción.
—Sí, hemos estado trabajando en ello desde hace meses. ¡Va a ser increíble! Artículos de broma, pociones divertidas, todo lo que puedas imaginar.
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CORAZONES MALDITOS|| Mattheo Riddle.
RomanceLas mentiras envenenaron los corazones de aquellas dos personas malditas. Lu va en su 4to año en Hogwarts. Parecía que su vida iba normal, claro, su hermano era el mismísimo Harry Potter y por ende a ello siempre algo ocurría. Pero al parecer este a...