Capítulo 30

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Calum insistió en dormir conmigo pero yo no quería.

- Calum que no, que quiero dormir yo sola.

- Bueh, porque eres muy cabezota que si no dormía aquí contigo.

Me quedé pensando un rato pensando en todo pero mi sueño termino cediendo y me quedé dormida en los brazos de morfeo.

- Eh niña despierta. - gritaba una voz que conocería a kilómetros.

- Caluuum, déjame dormir. - dije moviendome.

- Noo, levanta que me aburro y son las 12 de la mañana.

- Pos ponte a ver la tele o algo pero es que yo quiero dormir.

- Ya has dormido suficiente. Levanta tu culo ya.

Al final fue demasiado pesado y terminé levantándome.

- ¿Y ahora que hacemos?

- Anda ven que te he echo el desayuno.

Bajé a la cocina y estuve desayunando un rato porque no tenía ganas y desayuné súper lenta.

- Calum Heaslip Arredondo! - dije gritando.

- Dígame.

- ¿Puedes relajarte un poco? Que me acabo de levantar y ya estas haciendo millones de planes, stop, relax.

- Jajajaaj vale. - dijo abrazándome. - ¿Tú que quieres hacer?

- Relax, piscina..., tu sabe lo normal.

- Pues si la niña quiere piscina y relax pues piscina y relax.

Subí a mi cuarto y me puse el bikini (imagen multimedia).

- ¿Caluumcioo estás?

- Sii. - dijo saliendo del cuarto de invitados.

- ¿Dónde vas con la gorra? - dije quitándosela. - A mi me queda mejor.

- Para estar bello hay que sufrir. - dijo intentando quitarme la gorra pero salí corriendo.

- Ven aquí. - dijo saliendo corriendo detrás mía.

Creía haberlo perdido de vista por lo que paré a descansar. Pero no era así y al momento alguien me tenía cogida de la cintura.

- Creías que no te iba a pillar eh. - dijo riéndose.

- Bueh bueh, pero que la gorra me la quedo yo.

- Bueno te la presto, pero ya está.

Salimos a la piscina y no me dio tiempo a soltar todo cuando Calum me tenía en brazos para tirarme a la piscina.

- Calum Heaslip déjame ya que vaya mañanita que llevamos. - dije en tono serio pero riéndome por dentro.

- Lo siento. - dijo metiéndose en el agua. - Yo que iba con toda mi buena intención.

- Que no pasa na rubio que yo te quiero. - dije subiéndome a su espalda.

- Así no te veo la cara tan preciosa que tienes.

- Pa que veas lo fea que soy no me doy la vuelta.

- Pos te la doy yo. - dijo cogiéndome haciendo que mis piernas quedaran enrolladas en su cintura.

Los dos mirándonos fijamente. Nuestras miradas conectadas en ese mismo momento. Él, yo y el mundo, nadie más. Todo volvió a cambiar en el segundo que...

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Campamento de Verano [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora