Campamento de Verano [EN EDICIÓN]

Capítulo 14

Narra Dani.

- Pues no tengo nada pensado, podíamos hacer algo los dos juntos.

- Mi casa está aquí cerca como ya sabes. Si quieres podemos pasar el día solos allí.

- ¿Qué me estás insinuando? - contesté con voz de pillín.

- ¡Daniel!

- Tanto tú como yo sabemos que quieres ir, ¿qué te cuesta?

- Bueno, iremos, nos merecemos estar un rato a solas. Compraremos algo de comida antes para poder sobrevivir allí.

- Pues voy a ir haciendo la compra y nos vemos en tu casa - comenté levantándome de su cama.

Narra Lorena.

Dani se marchó de mi habitación y yo me arreglé con un vaquero y una camiseta de manga corta. Le añadí una sudadera porque todavía hacía bastante frío.

Al llegar a mi casa me lo encontré esperándome.

- Perdón por tardar tanto - comenté al llegar.

- Acabó de llegar no te preocupes.

Abrí la puerta de la casa y entramos al sofá. Encendimos la televisión y pasamos la mañana comiendo patatas y chucherías y dándonos caricias. Dani cada vez me ponía más lo que hizo que mantuviéramos relaciones en el sofá y en mi habitación, lo necesitaba tanto.

- ¿Sabes que te quiero? - dije yo.

- Yo te amo.

- Yo más. - comenté intentando de finalizar la conversación. - Mi princesa mimada de un cuento de hadas.

- No me digas lo mismo que le dices a tus fans - reí bastante. - Guárdatelo para ellas que dentro de poco las ves. Ahora debo hablar contigo.

- ¿Algo malo? - dijo él asustado.

- Para mi no lo es pero no se para vosotros. Avisa a Jesús para que venga aquí y hablamos.

Tras esperar un rato a que viniera mientras continuábamos comiendo porquerías, el timbre sonó, seguramente sería Jesús.
Abrí la puerta y estaba en lo cierto, el gemelo de mi novio se encontraba en la puerta de mi casa. Le dejé pasar y fuimos al salón.

- Hola bonito - comenté abrazándolo.

- Hola guapa, ¿qué necesitas?

- Pasa, necesito hablar con vosotros. Para mi no es algo malo pero no se para vosotros.

- Cuando salisteis en el programa de televisión algunos de mis conocidos se hicieron fans vuestros y ahora mantengo una buena conversación con ellos... - comenté dejando de hablar.

- ¿Y? - dijeron los dos a la vez.

- Quería preguntaros que si os molestaba que tuviera algo de ese tipo en mi teléfono.

- Claro que no - contestó cogiendo mi móvil. - Confía en mi.

Le presté mi móvil y...