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Y allí me encontraba, en la cafetería semi vacía, luego de dos largas horas de historia tratando de por lo menos conseguir un seis pero lo veo algo difícil. Sentada en la misma mesa de siempre apareció Abigail, quién no perdió la oportunidad y se sentó alado mío, mirándome como si fuera un bicho raro.

-¿Y eso? - Abigail me señala la mano donde se encuentra una lastimadura que me hice ayer con el vaso, digamos que es una linda cortada- Adivino, fue tu padre- se mofa.

- Eso no te importa, y no, no lo hizo- le contesto furiosa. Si no hubiera sido porque llegó Maxie a la mesa nadie me hubiera detenido de que le arranque las extensiones. Además, saltar sobre ella crearía rumores sobre nosotros y nos difamarían cuando en realidad nosotros nos encargamos de eso.

-Dios, estoy exhausto - Max abre una botella de agua y comienza a beberla desesperadamente brindando un show a todas sus espectadoras.

Aunque Abigail y sus amigas de plástico seguían riendo sin prestarle la mas mínima atención. Apreté los puños contenido la fiera interna.

-¿Que pasa?-Max me susurra al odio.

-Nada, me fue mal en un examen - intento sonreír pero como resultado obtengo una mueca.

- Se como subirte el animo-

Max aprovecha que alado suyo un chico estaba a punto de pasar con su almuerzo hacia una mesa del fondo y le mete la traba. Este cae al suelo y su espagueti termina esparcido por toda su remera de blink 182.

Todos comienzan a reírse enérgicamente, yo no pude evitar soltar una carcajada.

-¿Y bien? ¿Te mejoré el humor?- Max se sienta a mi lado posando sus brazos sobre mis hombros victorioso.

De repente, el morocho bañado en salsa se para y acto reflejo, Max también. Pegan sus pechos provocándose y cruzan miradas desafiantes.

Dios mío, es mi vecino.

Maxie da el primer golpe, directo en la nariz. El muchacho se tambalea hacia atrás, curvando la espalda y cuando vuelve le proporciona un puño en el medio del estómago a mi novio. Este se retuerce unos segundos en lo que aparece la máxima autoridad institucional a detener la pelea.

-¡Maxie Steven, a mi oficina ahora! ¡Y usted- señala a morocho cubierto de salsa- vaya a la enfermería y luego directo a verme a mi!

Ambos asienten y la multitud expectante se desilusiona.

-¡Y todos ustedes a sus respectivas clases!- El director ordena, tomando a Max del brazo y tirando de el.

Volteo buscando a la pobre víctima de Maxie y la visualizo a lo lejos, fuera del comedor, por el pasillo. Intento llamarle la atención pidiéndole que se detenga pero este me ignora y continúa su camino hasta la enfermería.

-¡¿Que quieres?! - pregunta molesto una vez que lo alcanzo.

-Quiero saber cómo estas ¿Te duele?- veo la sangre que recorre su rostro y me estremezco.

-¿Por qué una chica cómo tú hablaría con alguien como yo?

Eso no me lo esperaba.

-¿Por qué no?- sonreí a sus ojos y estos me miraron confundido.

- Olvídalo- Rueda los ojos y sigue caminando.

Llegamos a la enfermería del instituto, pero sin embargo allí no había nadie. Comencé a jugar con mis dedos, mientras el decidió sentarse en la camilla con su labio roto, la nariz sangrando y un moretón en su ojo derecho.

- Creo que te dejo el rostro algo no muy bien, perdón- En mis labios se formó una mueca.

-Gracias, no hacía falta decirlo- Me regala una sonrisa sarcástica.

DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora